Resarcimiento

Los dólares de Mendoza que incomodan en la Nación: en 2023 se multiplican los pagos por la deuda con la Provincia

El año que viene los pagos que la Nación debe hacerle a Mendoza se multiplican. Son casi 450 millones para superar los US$1.000 en total que deben pagar como parte del plan de resarcimiento por la promoción industrial, y el Banco Central está en una situación crítica. Los destinos posibles.

Pablo Icardi
Pablo Icardi lunes, 5 de diciembre de 2022 · 07:04 hs
Los dólares de Mendoza que incomodan en la Nación: en 2023 se multiplican los pagos por la deuda con la Provincia
Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

El Gobierno nacional tiene una urgencia: sumar dólares para las reservas del Banco Central. Y Mendoza tiene una certeza: va a tener dólares ahorrados como nunca, provenientes del mismo tesoro que hoy está casi seco. Actualmente, la provincia tiene casi 600 millones de dólares en las cuenta creada por el fideicomiso de Portezuelo del Viento, un equivalente a casi el 20% de las flacas reservas líquidas del país. En medio de la crisis, hay algunos que temen por el uso de esos fondos a nivel nacional y que el cumplimiento del Gobierno nacional se altere. En realidad, el convenio está blindado para que eso pase, pero por las dudas en el Ejecutivo local advierten que "hay que cuidar" esos dólares por la incertidumbre.

Desde enero, los pagos que la Nación debe realizar a Mendoza se aceleran. Ni bien comience el 2023, deben transferirse 94 millones de dólares y luego comienzan los pagos de tres cifras: 113 millones de dólares en abril, casi 129 millones en julio y 111,8 en octubre del año que viene. Los casi 450 millones de dólares que se esperan para el año que viene son los desembolsos más fuertes para llegar a los 1023 millones que estipula el convenio firmado entre Mauricio Macri y Alfredo Cornejo.  

Los fondos tienen como destino exclusivo la construcción de Portezuelo del Viento u otra obra hídrica de generación de energía. Rodolfo Suarez le pidió al presidente Alberto Fernández que acelere el laudo que tiene frenado y de manera subsidiaria que se agregue una addenda al convenio para liberar esos fondos para otro uso. En ese sentido lo que se discute es el destino, pero no los pagos que son obligatorios. "Debemos protegerlos, sobre todo en un contexto de escasas reservas del Banco Central", reconocen desde el Gobierno de Mendoza. 

Lentos

Pablo Magistochi, de EMESA, es uno de los funcionarios clave en el plan para usar los 1023 millones de dólares. 

Esos dólares representan una deuda de la Nación con Mendoza, como resarcimiento por los perjuicios que generó la promoción industrial. En 2006 Julio Cobos y Néstor Kirchner firmaron el primer pacto con el que Mendoza desistió de una demanda ganada y la Nación se comprometió al pago de Portezuelo del Viento. Pero recién en 2019 se hizo el convenio específico para ponerle plazos y obligaciones. Mauricio Macri y Alfredo Cornejo acordaron el pago de 1023 millones de dólares para lo que se emitieron letras que se rescatan cuatrimestralmente. Mendoza formó un fideicomiso que tiene a su nombre una cuenta bancaria en el Banco Nación. Allí hay otro actor clave: EMESA, la empresa provincial de Energía, que tiene bajo su tutela el fideicomiso y hasta cobra honorarios por 10 mil dólares al mes. 

El destino original de los fondos era la construcción de Portezuelo del Viento, obra que se licitó, pero nunca se adjudicó. Por los problemas administrativos, ambientales y sobre todo el riesgo legal y político por la objeción de las otras provincias, la represa pensada para el Río Grande quedó descartada. Rodolfo Suarez priorizó El Baqueano, en San Rafael, para sumar una represa en el Río Diamante. Ese dique tendría dimensiones pequeñas y como fin casi exclusivo la generación de energía. Pero aún hay quienes ponen reparos.

La clave será el estudio de factibilidad económico que hay que hacer antes de licitarlo. La otra alternativa es la represa Uspallata, que tiene una complejidad mayor por la necesidad de trasladar la ruta 7. A nivel operativo y estratégico, ese dique tiene una relevancia mayor para darle más vida útil a Potrerillos y mejorar la regulación del Río Mendoza, la cuenca con mayor presión y demanda de agua. Hoy la única represa que redujo su capacidad por los sedimentos y está en su cota histórica más baja. De hecho el plan original siempre contempló la construcción de otra represa aguas arriba, hecho que no ocurrió. 

Como sea, el año que viene será clave: Mendoza recibirá recursos como nunca y habrá ansiedad por la inversión. Con Portezuelo pasó una gestión y media de Gobierno y la obra no se hizo. Ahora en el Gobierno y quienes pretenden gestionar desde 2023 tienen como objetivo que esa realidad cambie. 

 

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