Opinión

El futuro de la vivienda tiene que ser verde o no será

Mendoza sufre consecuencias climáticas cada vez más notorias y palpables, por un lado, y una crisis socio-habitacional, por el otro, por lo que la política de vivienda del próximo gobierno tiene que ser verde.

Mario Vadillo
Mario Vadillo domingo, 11 de diciembre de 2022 · 09:06 hs
El futuro de la vivienda tiene que ser verde o no será

El Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) solo ha servido como caja política, donde los dos partidos mayoritarios han tenido en sus gestiones un quebranto financiero por falta de pago o cuotas irrisorias 50.000 viviendas, por lo que se debe inmediatamente cambiar a una agencia provincial inmobiliaria que gestiona las viviendas sociales en base a el sistema moderno, transparente y eficiente como es el de “leasing inmobiliario” (alquiler con opción a compra), que crea un círculo virtuoso de desarrollo económico sustentable beneficiando a los inquilinos en convertirse en propietarios, los futuros desarrollos habitacionales se hacen en función a la mitigación del cambio climático y que sean un gran motor de la economía regional. Corrupción endémica del IPV quebrando 50.000 viviendas.

El uso del Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) como caja política, llevó a que los recursos presupuestarios nacionales y provinciales se perdieran, dado que los planes implementados congelaban las cuotas, la entrega de viviendas a personas "amigas, punteros, etc." llevó a que estas aparte de no pagarlas, las vendieran por boleto o cesión de derechos y que los nuevos poseedores no la pudiesen escriturar, ni tampoco pagarán las cuotas, ni siquiera los impuestos, tasas y servicio por lo que teníamos  adjudicatarios con saldos (por el total de la vivienda) de menos de 30 mil pesos en una cantidad de 28.863 viviendas.

En la infografía se puede ver los valores “irrisorios” de 55.000 viviendas entregadas con precios de cuota mensual de $100, $500 y solo un 11% mayores a $5000. El quebranto del IPV llevó al decrecimiento productivo de la provincia de la década.

La falta de pago de estas 50.000 viviendas, ha sido una de las causales que Mendoza venga retrocediendo en su producto bruto geográfico (PBG) dado que la construcción es uno de los motores del crecimiento, solo debemos ver que el año 2011 este sector ocupaba un 6,2% y en el año 2021 bajo al 2%, que también tiene consecuencias en otros rubros que componen el PBG como minería de tercera categoría, el sector de servicios, industria y comercio que tienen impacto directo por el decrecimiento de la construcción. 

El sector de la construcción es un instrumento de gran relevancia en la política económica, siendo esencial  su contribución para acelerar el crecimiento, crear empleo y convertirse en un pilar simultáneo del consumo (en relación a los insumos), inversión (hogares y firmas) y valor agregado. La actividad económica que genera la construcción duplica la inversión.

La actividad económica que genera la construcción duplica la inversión que se pueda hacer del sector privado y público.  La inversión en el sector de la vivienda social es de gran importancia para el desarrollo sostenible de nuestra provincia. Sus efectos tienen un impacto directo e indirecto en muchos más campos que la mera creación de casas y habitaciones.  Los impactos directos en la reactivación económica son bastante evidentes: el sector de la construcción impacta en el PBG (producto bruto geográfico), del 2% actual, a un histórico 6,2 % y un seguro 12% con la creación de la API (agencia provincial inmobiliaria)  con el sistema de leasing inmobiliario .

Así mismo, es un motor en la creación de empleo de nuestra provincia llegando a los 11.000 puestos registrados, donde se amplía dado que impacta en otras 78 ramas de la economía. Los impactos indirectos del sector de la vivienda son igualmente beneficiosos para la recuperación de la minería de 3 orden, la industria de productos y servicios de la construcción como transporte, seguros, alquiler de equipos, servicios profesionales de ingeniería y arquitectura, insumos como artefactos sanitarios, productos de vidrio, servicios inmobiliarios. 

Mendoza cuenta con recursos naturales para potenciar la industria de la construcción.

Mendoza cuenta con estratégicos recursos naturales para potenciar la industria de la construcción. Potenciando los recursos naturales transformando los mismos en insumos tecnológicos para abaratar la construcción de viviendas, tanto tradicional como los nuevos procesos industriales y prefabricados, le da una ventaja competitiva a la provincia para poder cubrir el déficit habitacional y también para venderlos a todo el país y exportarlos en la región del Mercosur. 

Tenemos minerales de tercera categoría, que actualmente se explotan poco o se envían en bruto a Buenos Aires, que pueden ser industrializados, como canteras de piedras ornamentales, áridos de construcción, yesos y carbonato de calcio o más conocido como cemento portland. Se le agrega la industria desarrollada en madera de álamo, vidrio, ladrillos, yeso, cerámicas y metalmecánica para la construcción. Vivienda, los “sin casas” son más de 100 mil familias mendocinas.

Transformar el IPV en un API (agencia provincial inmobiliaria) para que urbanice lotes para licitar a las constructoras para realizar viviendas sociales que se pongan en venta con el  sistema de  leasing inmobiliario (alquiler con opción a compra) donde los que se hayan inscripto en el IPV puedan por antigüedad y acreditando ser inquilinos tienen acceso a pagar la cuota en el sistema de locación hasta los 10 años que se toma a cuenta para cancelar y hacerse propietario. 

Las características principales: la cuota es ajustable por ley, si no se paga se desaloja, se permite que el inquilino empiece a pagar su vivienda y también pueda hacer mejoras. A los diez años se puede cancelar el saldo para escriturar. 

El sistema permite un crecimiento exponencial al tener pagos actualizados y sin mora, que junto a los aportes impositivos nacionales del FO.NA.VI como los provinciales, e incluso aportes de fondos financieros privados, acrecienta en forma exponencial el círculo virtuoso de mayor cantidad de viviendas, mayor desarrollo económico y protección ambiental. Un programa de Hábitat Verde.

Debemos cambiar el antiguo paradigma de construcción del IPV y comenzar desarrollos habitacionales del API, pensando en el cambio climático, el ahorro energético y la sustentabilidad económica de las familias que la habitarán. La provincia cuenta con universidades y empresas para brindar a la Agencia Provincial Inmobiliaria (API) la ciencia, tecnología e innovación para el desarrollo de viviendas económicas, y 100% sustentables. 

Todas las viviendas que construya el API deberían contar con las máximas calificaciones de la Ley que aprobamos en la legislatura de etiquetado de eficiencia energética para viviendas y preservar el medio ambiente a través de la forestación de jardines, sistemas de acopio de aguas de lluvia, sistemas de reutilización de aguas grises, tratamiento de desagües cloacales con biodigestores, utilización de inodoros de doble descarga, grifos termostáticos, grifos con cierre electrónico, grifos automáticos, grifos con aireadores, artefactos de tipo W y W y todo aquel sistema eficiente que se desarrolle a futuro. 

Los rasgos más característicos de estas viviendas se encuentran en la capacidad de aislación térmica y sonora, como los implementados en el sistema “steel framing”, la merma en el costo energético de calefaccionar o refrigerar y vivenciar los ambientes es realmente significativa de hasta un 60%. 

La utilización de artefactos sanitarios que permiten el ahorro y reutilización de agua potable, sistemas de tratamientos de afluentes grises como son las de lavatorios, duchas, lavarropas y fregaderos, para que la misma sea reutilizada para la carga de inodoros y también para riego de espacios verdes, que puede reducir hasta un 40% el consumo de agua de la red y baja en el costo de la misma en sistemas medidos.

Otra de las características secundarias que contribuyen a alcanzar el impacto cero o nulo en la construcción de viviendas es la autogeneración de energías para consumo propio o para inyectar a la red de distribución. La utilización de paneles fotovoltaicos y calefones solares. La incorporación de técnicas autoconstructivas colaborativas que permiten en zonas rurales con materiales naturales y locales, como por ejemplo la quincha y el tapial en tierra cruda, piedra, cañas llevar a cabo estos proyectos habitacionales con apoyo estatal. 

Se plantea también en las mismas el tratamiento de efluentes con reúso de aguas grises y filtrado para riego de todos los efluentes. Incorporando distintas estrategias de climatización pasivas y semi pasivas adecuadas a nuestra zona bioclimáticas de nuestra provincia, teniendo en cuenta la eficiencia energética de la edilicia, aislación de la envolvente, orientaciones, sistemas híbridos de refrigeración con evaporación refrigerativa y sistemas de calefactores solares de aire. 

Se implementa también en conjunto con energía solar fotovoltaica y térmica para abastecimientos eléctricos y de agua caliente respectivamente en los lugares sin acceso a servicios públicos. La API: motor de recuperación económica y desarrollo sostenible La propuesta del partido Verde es que la API (agencia provincial inmobiliaria) tiene que reemplazar al IPV que ha quebrantado el enorme gasto provincial por el valor de 50 mil viviendas que se dieron a los amigos y punteros políticos de los dos partidos mayoritarios. 

Un concepto de equidad que proponemos es elegir adjudicatarios de las casas a los inquilinos que son las familias que pagan todos los meses puntualmente, que llevan años inscriptos en el IPV y nunca se les respeto, con el sistema de leasing inmobiliario (alquiler con opción a compra)  para que concreten su sueño de convertirse en propietarios, generando el círculo virtuoso que permite año a año crecer en mayores emprendimientos habitacionales, y generar un verdadero motor de riqueza y crecimiento sustentable.

Triplicar el sector de la construcción de la provincia mediante el uso de ciencia, tecnología e innovación de nuestras universidades y empresas de punta  para abaratar costos, el uso eficiente del agua potable y del consumo energético, con el uso de materias primas locales y sistemas colaborativos. No puede haber un plan de viviendas sociales más, ni un desarrollo urbanístico privado, en donde la activación del suelo y la infraestructura necesaria, no se conciban sobre una planificación sustentable que minimice el impacto ambiental que los mismos generan.

Los desafíos para cualquier plataforma política van a estar dados por cómo logren incorporar la sustentabilidad, ya no como un cliché de campaña vacío, sino como un eje programático que incluya acciones serias y responsables que permitan incorporar a la misma, como parte inescindible y esencial de toda la política habitacional en su conjunto.

Es hora de una política Verde.

* Mario Vadillo, Diputado Provincial de Mendoza mandato cumplido, y actual Presidente del Partido Verde. 


 

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