Salieris de San Martín

El muro que debe atravesar Rodolfo Suarez antes de terminar su gestión

El Gobernador cruzará el "muro" de su gestión, como le ocurre a los maratonistas. Las decisiones que adelantó para no tener conflictos. Los dos principales obstáculos: renegociar la deuda y evitar internas partidarias por la sucesión.

Pablo Icardi
Pablo Icardi domingo, 20 de noviembre de 2022 · 11:11 hs
El muro que debe atravesar Rodolfo Suarez antes de terminar su gestión
Rodolfo Suarez está en el tramo final de la "maratón" de su gestión.

Hay una costumbre un tanto sobreactuada en el radicalismo local, una moda que inauguró de manera más espontánea Julio Cobos: correr. Los radicales mendocinos corren por la ciudad, la montaña y se hacen ver en ese rol deportista. Rodolfo Suarez es parte de esa tendencia, aunque es más afín a otros deportes.

Para tomar una figura relativa al ejercicio de “correr”, el gobernador está frente a lo que los maratonistas llaman “el muro”: ese momento clave de la carrera donde el agotamiento y el deseo de llegar juegan una pulseada en la mente del corredor. El “muro” aparece tras los dos tercios de la carrera, a los 30 kilómetros aproximadamente; el que lo atraviesa, llega con gloria. El que se deja vencer por el sufrimiento, tendrá un final doloroso.

Suarez atraviesa ese muro con la idea de no correr riesgos y, como se dijo antes, con la premisa de evitar conflictos agudos. Por eso cerró paritarias rápido para calmar a los grupos que pueden generar presión en la calle aunque no sean mayoritarios y recién luego de eso ejecutó un shock de aumentos en todas las tarifas que dependen de él. Esa medida genera un impacto brutal en los sectores que menos representación tienen, por lo que no entienden que haya un riesgo de conflicto en la calle.

Como ocurre a nivel nacional, es más importante calmar a quienes tienen más poder, que a quienes necesitan más asistencia. Un ejemplo: a nivel nacional es más importante beneficiar a los camioneros de Moyano con para que paguen menos ganancias, que buscar una ayuda para bajar el costo de los alimentos de todas las familias pobres que sufren la inflación. A nivel local es más importante cerrar paritarias con los docentes que no pagan por el colectivo, que amenguar la suba del pasaje de los estudiantes que, muchas veces, no van a la escuela por falta de recursos. Para no ser ingratos, hay que decir que la consigna tiene una parte oculta ineludible: los servicios públicos tienen un costo mucho mayor al precio que se cobra. En Mendoza, el Transporte está fuertemente subsidiado por el Estado para sostener el boleto, con un servicio que no se ha parado nunca y con empresarios que trabajan a cero riesgo.

El aumento del boleto se adelantó un mes. En diciembre costará $60 y en enero $70.

Decisiones

La decisión sobre el aumento de los servicios era una de las más complejas para Suarez hacia fin de año. El 2022 está “perdido” a nivel económico, con 100% de inflación y una enorme incertidumbre que paraliza posibles inversiones. Solo algunas señales espasmódicas alientan al Gobierno: una pequeña inversión de YPF (de la que la provincia depende cada vez más para sostener una actividad en baja), promesas mineras de dudoso impacto inmediato y un incipiente crecimiento de la economía del conocimiento. El “oro verde” que prometía Suarez con la marihuana medicinal aún no brota y desde el sector privado acusan una trabazón por parte del Estado para desarrollar esa actividad.

En muro de Suarez tiene un ladrillo más duro de romper. El Gobierno tiene la necesidad de renegociar la deuda en dólares tomada por Alfredo Cornejo y postergada por el Gobernador. El plan ideado por Víctor Fayad para tomar deuda en pesos, comprar dólares y pagar ese crédito tiene trabas legales. La objeción de Fiscalía de Estado a esa operatoria sorprendió, más por la falta de costumbre del oficialismo a tener voces disidentes que por falta de razones. El camino que le queda es la Suprema Corte, instancia en la que deberían avanzar con alguna delicadeza tras las tensiones generadas por la incidencia de la política partidaria en la gestión del máximo tribunal. La relativa paz lograda luego de sancionada la reforma se rompió con la discusión por cargos internos. La otra vía que tiene el Gobierno es la convencional: negociar con la oposición para lograr los dos tercios y conseguir el roll over. No parece ser la vía elegida. Si no lo consiguen, la deuda comenzará a limar parte de los planes para el 2023 electoral, año en que la esperanza oficialista está en transitar sin sobresaltos la gestión para conseguir el objetivo fetiche: tres gobiernos radicales continuos.

El 2023 puede ser un año en el que Mendoza marque una diferencia por la disponibilidad de recursos, siempre y cuando cambie el eje de la gestión de los ahorros de la provincia, que hoy están inmovilizados. Ningún otro distrito tendrá tantos dólares disponibles para obras sin tomar deuda. El Gobernador dejó pasar todo su mandato sin poder administrar esos ahorros de manera productiva.

La otra parte del muro que Suarez quiere derribar tiene que ver con la política. La sucesión incomoda, porque pone al Gobernador en un rol que no le gusta ejercer de manera directa, el rol de negociador interno. Hay tres candidatos que tienen un camino un tanto más sólido que el resto para ser candidatos. Cornejo, por la experiencia, De Marchi, que está armando un plan y arrastra varias candidaturas, y Tadeo García Zalazar porque elabora un esquema “innovador” (según sus allegados) y cuenta con la inercia cornejista. Ulpiano Suarez ve una oportunidad ahora, aún cuando le queda un mandato posible como intendente. Petri trabaja con la idea de provincializar una agenda más arraigada a la Ciudad de Buenos Aires y Orozco juega a un populismo lasherino que ha desencajado a más de uno en el radicalismo.

Ninguno tiene un equipo sólido detrás. Los radicales, por ejemplo, tienen serias dificultades para jubilar a funcionarios actuales que han juntado polvo en sus oficinas tras 7 años y más de dos décadas en la función pública.

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