Día de la militancia

Cristina Fernández de Kirchner subió al ring a Mauricio Macri, que se prepara para pelear

Los equipos técnicos ya trabajan para posicionarlos. La épica peronista en su máxima expresión pidiendo "CFK Presidenta" y la masiva presencia de funcionarios y militantes.

Pedro Paulin
Pedro Paulin viernes, 18 de noviembre de 2022 · 08:30 hs
Cristina Fernández de Kirchner subió al ring a Mauricio Macri, que se prepara para pelear

El discurso de Cristina, como suele pasar, paralizó a más de uno, envalentonó a otros e incomodó a casi todos. Es lo que mejor le sale últimamente. Extremar su populismo en contra de la Justicia a sabiendas de que va a recibir la noche buena ya condenada por corrupta, condenar a los medios de comunicación como responsables de todos sus males, alimentar una sed de revancha en sepia setentista basada en una militancia no verificable en términos fácticos y cargar las tintas sobre las ideas que expresa Mauricio Macri; la esencia de la Cristina Fernández de Kirchner que se viene de cara al año electoral.

Fiel a la épica cristinista, planteó una Argentina arrasada hasta que llegó el kirchnerismo, adornó entonces su verba con pobres analogías católicas, propias de la desesperación de quien busca agarrarse de algo ante el abismo. No hubo tiempo para la autocrítica, sólo la reconstrucción de su realidad, cada vez más endogámica y violenta en sus formas, planteándose fuera del pésimo Gobierno que ella describe, integra y comanda parcialmente.

Cristina está generando el caldo de cultivo para lo que algunos empiezan a bosquejar: Kirchner vs. Macri. Mauricio tuvo en sus reuniones de mesa chica desde las oficinas que usa en avenida del Libertador una decisión que lo pone al borde de empezar la campaña. Fernando de Andreis, Dario Nieto y Hernán Lombardi tomaron la iniciativa y empezaron sondeos de opinión con las consultoras Poliarquía, Isonomía y con los hermanos Facundo y Lucas Nejamkis, otrora funcionarios del kirchnerismo de paladar negro.

 

Los principales centros urbanos son los que fueron a medir, las grandes ciudades, en búsqueda del dato preciado: cuán mal están los argentinos, cuán enojados están con su presente y en consecuencia si le darían una oportunidad a Mauricio Macri para que sea presidente nuevamente. "No sabe cómo hacer para no jugar, se lo piden todos, no va a tener opción, no puede no jugar", aseguró a este medio uno de los que accede a la privacidad de Macri. La coyuntura exhibe un problema transversal: diez años después, los partidos no supieron forjar herederos, y sólo Cristina Kirchner y Mauricio Macri sostienen la fuerza centrípeta en caudal de votos en sus fuerzas de forma mayoritaria. No hay encuesta en la que Macri no sea un candidato de peso dentro de su espacio ni Cristina en el suyo; síntomas de del raquitismo interno que atraviesan los partidos.

Alberto Fernández cree en su intimidad que la imagen de Cristina Kirchner no es recuperable, que con casi 8 de 10 argentinos con percepciones negativas sobre ella, no puede ser candidata, pero la vicepresidenta no hace más que dejar en claro que el escenario es posible. Días atrás comenzaron los llamados a distintos gobernadores, quieren saber quién se juega un pleno por Cristina Kirchner dada la crisis interna del peronismo, nuevamente fragmentado. Alberto es de la idea de que haya internas en todos lados, que incluso en Matanza permitan que todos jueguen, algo que va a contra mano del endurecimiento discursivo de Cristina y sus fieles seguidores. Cristina quiere reconstruir la fracasada Concertación Plural de 2005 con los radicales adentro, pero los radicales que estén dispuestos a ser vapuleados y ninguneados como ayer lo hizo, más allá de Leopoldo Moreau, siempre dispuesto.

"Somos menos, más duros y más leales a Cristina", resumió un ministro días atrás a este cronista. Es la mirada más transparente de la lógica que impera puertas adentro en el Instituto Patria, a contra mano de la apertura que plantea Alberto para armar la boleta electoral en ocho meses. El Frente de Todos va a ir a unas PASO, lo afirma Alberto en privado y se lo hace saber a Cristina. Cree entonces el presidente que dada la imagen negativa irreversible de Kirchner, Massa confirmando que no va a jugar, entonces un gobernador, el propio Alberto y algún tapado pueden ser los que engrosen la interna y se animen a jugar. Siempre y cuando la elección de agosto no sea con 100% de inflación anualizada, nada tiene sentido cuando la inflación toca los tres dígitos, no hay plan, no hay Mundial ganador, nada puede hacer que el oficialismo gane con los salarios perdiendo y la inflación masticando paritarias cada treinta días. 

En la tribuna, Máximo Kirchner y Mayra Mendoza, dos referentes de La Cámpora, saltaban en un para avalanchas demostrando que era la primera vez que lo hacían. Las bermudas y el look adolescente del hijo presidencial que mira los 50 años de cerca llamó la atención, pero sonrieron y gritaron pidiendo que Cristina Kirchner sea presidenta nuevamente. Entonces, si los dos lados de la grieta sólo evalúan volver a los liderazgos de Kirchner y Macri, cuánto espacio tendrán para evitar generar la elección más polarizada de la historia del país.

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