Camino a las elecciones

Alfredo Cornejo y todas sus dudas acerca de qué hará finalmente en 2023

El exgobernador suelta señales confusas acerca de cuál será su futuro político y si apostará por una candidatura nacional o definitivamente buscará regresar al poder en Mendoza. Los tiempos se acortan y se mueve entre la decisión de no ser vice de nadie y buscar el bronce en la provincia.

Marcelo Arce
Marcelo Arce domingo, 13 de noviembre de 2022 · 11:02 hs
Alfredo Cornejo y todas sus dudas acerca de qué hará finalmente en 2023
Foto: Gentileza Prensa Alfredo Cornejo

Mientras los tiempos de las definiciones se van acotando y él solo se encarga de brindar señales confusas tanto hacia afuera como para su propio entorno, una pregunta es la que domina la escena política mendocina: ¿Cuál será finalmente el juego de Alfredo Cornejo en 2023?

Hasta hace no mucho, un par de meses nomás, el panorama para el exgobernador venía trazado más o menos así. Cornejo está convencido de que las respuestas para encontrar la salida a la crisis, en este contexto de extrema complejidad, se encuentran a nivel nacional y viene trabajando para influenciar lo que más pueda dentro de ese escenario. Y por eso su enfoque, más que en la provincia, estuvo siempre allí.



Fracasó en su intento de conseguir ser el aglutinante y hace tiempo se sabe que su aventura presidencial no consiguió siquiera el respaldo interno del radicalismo. Por ello buscó dónde posicionarse detrás de ese objetivo de influir: la figura de Patricia Bullrich cayó perfecto, no solo por algunas afinidades ideológicas entre ambos, sino porque, en esencia, la presidenta del PRO es quien encarna hoy el mensaje que más quieren escuchar los votantes de Juntos por el Cambio. O, dicho de otra forma, el discurso extremista y por momentos radical de la exministra de Mauricio Macri, es lo que le estaría asegurando a Bullrich un triunfo en las PASO para convertirse en la candidata. Para alguien como Cornejo, devorador compulsivo de encuestas, este no es un dato menor.

Pero este camino diseñado comenzó a sufrir desviaciones en los últimos veinte o treinta días, algunas de ellas desconcertantes. Cornejo se volvió a mostrar con Bullrich, en este caso en Rosario, cuando no había pasado ni una semana desde que asegurara que no tenía intenciones de compartir fórmula con ella. A pesar de ello, entre todas las dudas que reinan, algo ya estaría definido. El mendocino no buscará una candidatura a la vicepresidencia con ninguna figura del PRO y tampoco, porque paradójicamente tiene menos chances, integrará binomio con algún radical. “No es algo que necesariamente me atraiga”, confesó el lunes pasado, cuando le consultaron si acompañaría a Bullrich en su carrera hacia el 23.

Entonces... ¿Qué es lo que lo atrae? Por lo que se está viendo, del juego político dentro de Juntos, todo. Y es notable. En pocas semanas tuvo gestos hacia Facundo Manes cuando salió públicamente a defenderlo de las críticas del PRO, luego de que el neurocirujano y precandidato acusara al gobierno de Macri de populista. Puso la cara en un acto de la UCR junto a Gerardo Morales, en donde el presidente partidario salió también a fustigar al expresidente. El día después de ese ataque, Cornejo corrió en defensa de Macri. “Macri es nuestro aliado, mal que le pese a algunos”, dijo. En la canasta del PRO, también puso. “Se necesita coraje político para hacer las transformaciones en Argentina”, ensalzó a Bullrich, y casi en simultáneo defendió la gestión de Horacio Rodríguez Larreta en la ciudad de Buenos Aires. “Veo que hace un gran esfuerzo de gestión gobernando la ciudad, a mi me gusta mucho la gestión de Horacio, su trayectoria de gestor me gusta”, lo edulcoró. Un radical mendocino, que integra la fila de los que no lo quieren, describió con sorna esta situación peculiar. “El Petiso se ha dedicado en los últimos veinte días a mear en cada una de las macetas de Juntos por el Cambio”, ironizó.

En el medio de todo esto, él mismo se ocupó especialmente en patear hacia adelante cualquier definición. “Estoy acá para agradecer la invitación de Patricia, pero en lo personal estoy muy lejos de habla de candidatura para 2023”, contestó el viernes en Rosario, cuando todas las preguntas de los periodistas estuvieron centradas en desentrañar si esa foto que se había sacado con Bullrich ya obedecía a la la cristalización de una fórmula.

En el contexto del país, a Cornejo parecen caberles las generales de una ley que rige para casi toda la dirigencia en la actualidad: la desorientación y la falta de definiciones, mucho tienen que ver con la incertidumbre del derrotero del gobierno nacional. No es un secreto a voces en Buenos Aires, por caso, que Alberto Fernández (o Sergio Massa, mejor dicho) se enfrenta a otra tormenta durante los meses del verano en materia económica por la escasez de reservas en dólares de la cual no se sabe si se podrá salir.

Ante este panorama ¿Volverá acá para competir por la gobernación? Es una chance que está muy abierta. Cuentan que en Rosario, después del acto con Bullrich, Cornejo estiró la actividad con un grupo de personas que trabajan junto a la diputada santafesina Carolina Losada. Y por supuesto que en un momento de la charla la pregunta surgió. ¿Y vos qué vas a hacer el año que viene?. Entre explicaciones y algunos rodeos, respondió que la opción de presentarse como candidato a gobernador nuevamente está sobre la mesa. “A mi me entusiasma volver a Mendoza, sería el único caso de un gobernador electo para dos mandatos”, contestó.

Este buscado efecto bronce, tiene también otros elementos que lo lustran. Rodolfo Suarez sueña hace rato y le hubiera encantado que Cornejo le dijera hace mucho que vuelve. Un regreso del ex no solo le garantiza al gobierno una interna ordenada, cosa que hoy se le está haciendo difícil por la postulación a toda costa de Daniel Orozco, sino que además le dará a Suarez la chance de saltar sin esfuerzo al Senado de la Nación por los próximos cuatro años, si los radicales logran conservar al poder.

El gobernador aspira a dejar en claro que, si Cornejo no regresa, la definición del candidato surgirá de un acuerdo entre él y quien lo eligió en 2019 para sucederlo. Y que, a pesar de que por ahora nunca lo dirá en público, para él ese nombre ya está escrito en las boletas y es el de Ulpiano Suarez. ¿Se correrá Tadeo García Zalazar de la competencia así como así? ¿Lograrán cuadrarlo a Orozco? Hoy, sobre todo esto último, suena a imposible sin ese elemento ordenador que sería el de una candidatura que se transformaría en indiscutible, en caso de que el actual senador nacional decidiera jugar.

Y además está el factor Omar De Marchi. El dirigente del PRO mendocino avanza hacia la formalización de su candidatura y está detrás del armado de un frente electoral (con sectores del PD, del peronismo y radicales que están de la otra vereda cornejista) que pretenden pelearle la hegemonía a la UCR dentro de Cambia Mendoza.

A esta altura de las circunstancias ya se sabe que la coalición de gobierno es solo la fachada de una alianza que se reúne solo en épocas de elecciones. Mucho se mencionó por estos días, por caso, la vuelta de la mesa de conducción nacional de Juntos por el Cambio que se reunió el martes pasado para intentar bajar los decibeles de la pelea interna. Jamás existió en la provincia un órgano de debate similar dentro de Cambia Mendoza y la última reunión ampliada que se llevó adelante fue durante las semanas previas a las elecciones de 2021. Es más: Cornejo y De Marchi han roto su vínculo personal desde hace tiempo y no se hablan.

El lujanino cree haberse hecho fuerte en esta disputa tras el debate que se generó por el proyecto oficialista de modificación del funcionamiento de la Suprema Corte, en donde planteó sus disidencias y logró resistir las presiones para que los suyos votaran a favor. Hasta Mauricio Macri (incentivado por Cornejo) lo llamó en un momento de esa discusión para que no se opusiera. De Marchi repite a quien lo quiera escuchar que está harto del disciplinamiento interno que buscan aplicar los radicales y que está dispuesto a dar la batalla. Uno de sus juegos es apostar a que, si se presenta más de un candidato de ellos en las PASO, su candidatura consiga pasar por el medio. Por todo esto es que muchos están convencidos de que por más que no quiera ser, a Cornejo probablemente no le quede otra que ser candidato en Mendoza.

Acostumbrado a mostrarse como estratega político de envergadura, todo este recorrido sinuoso de los últimos tiempos bien podría verse como parte de otra de sus maniobras finamente calculadas. Pero en este caso, el plan aparece dominado tanto por la desorientación como por la incertidumbre. Y de qué forma será así, que cuando se cansa de que le pregunten una y otra vez por su futuro, Cornejo responde de mala gana que hasta podría no presentarse a nada y quedarse por cuatro años más en el Congreso Nacional. Aunque esto sea, en definitiva, lo menos probable que ocurra.

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