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Cristina Kirchner lo sabe: a diferencia de hace 4 años, nadie pide que se junten todos

Ni Alberto Fernández, que preside el PJ nacional, ni su vice, se expresaron por el Día de la Lealtad. Las marchas y los discursos dejan en claro que cada uno quiere resguardarse un poder de negociación ante lo que viene, que nadie sabe qué será. Pero ya no existe el clamor "júntense para ganar".
Foto: EFE
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Eran las 10 de la mañana y desde varias localidades los manifestantes ya empezaban a salir para la Plaza de Mayo, en este caso, en colectivos y vehículos particulares. Tuvieron la delicadeza de no movilizar en el mismo horario ni tomar la misma ruta que la que utilizaban, en esos momentos, quienes iban hacia el Club Obras Sanitarias de la Nación. No había por qué manchar con un cuerpo a cuerpo bochornoso lo que ya pronosticaba como un Día de la Lealtad sin ese valor que se pretendía festejar. 

Mientras esto sucedía en todo el Gran Buenos Aires, en Cañuelas, ya en la zona agraria pegada al Conurbano, Sergio Massa aceptó la invitación que le realizara Gabriel Katopodis para participar junto con el presidente Alberto Fernández de la inauguración de un nuevo tramo de la autopista Ezeiza-Cañuelas. También participó Axel Kicillof, quien no se sacaba una foto con el presidente de la Nación desde hacía más de cuatro meses. 

Esa foto representaba el Poder Ejecutivo en sus más diversas formas. Lo que sucedería después en Plaza de Mayo o en Obras Sanitarias de la Nación serían escenificaciones para reafirmar qué quieren esos respectivos sectores sobre el futuro, ya no del peronismo o del Frente de Todos, sino de ellos mismos.

A pesar de que hubo más de cuarenta intendentes en las cercanías de la Casa Rosada, en el palco sólo se vio a algunos pocos y en primera fila sobresalían dirigentes sindicales y el hijo de los dos presidentes, Máximo Kirchner

Cada actividad merece una atención especial. En Cañuelas no sólo se produjo una foto que no se lograba desde hace mucho tiempo. Sino que se provocó la escenificación de una unidad que en la cotidianeidad no es tal, pero por lo menos siguen tratando de que esa situación no desemboque en una guerra interna sin cuartel. 

Kicillof es quien reclama controles de precios y otro tipo de política que Massa no está dispuesto a ejecutar. El gobernador prefería alianzas internas y externas muy diferentes a quien hoy conduce la Economía nacional. En esto, como en otros temas, su pensamiento es similar a la de la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, que lo escucha y lo protege ante cada ataque que recibe de parte de su hijo y de su jefe de gabinete, Martín Insaurralde

A pesar que no lo expresaron, todos tomaron nota de que el presidente decidió empezar un camino de regeneración política. También consideran que ya es tarde y muy pocos creen en que su fortaleza anímica le dure más de una semana o dos. "Es imposible seguir esperando cosas distintas y depositar expectativas en personas que sabemos cómo son con anterioridad", aceptó hoy un funcionario que no encuentra solución en su espacio porque "ni el presidente, ni Máximo, ni Cristina van a hacer otra cosa diferente de la que hicieron hasta acá". 

En Obras Sanitarias de la Nación, en tanto, hubo claramente ganadores y perdedores. Quién volvió a ser relevante, aunque nunca dejó de serlo pero se había retirado de la exposición pública fue Luis Barrionuevo. Fue él quien lanzó la convocatoria para este acto bajo el lema de la reconstrucción de la Mesa Nacional Sindical Peronista a la cual se le sumó la CGT de manera orgánica aunque sin los referentes más alineados con el kirchnerismo duro. 

Seguramente, varios lo piensan, pero a todos les sonó "de alcahuete" las expresiones formuladas por Carlos Acuña, uno de los tres adjuntos de la central obrera, quien reclamó por Sergio Massa como presidente del 2023. Quizás fue en respuesta de muchísimos pedidos que está recibiendo la vicepresidenta de la Nación para que sea ella quien encabece la fórmula del año próximo. 

Ya no hay operativo clamor para "juntarse para que no gane la derecha", como pasaba durante el gobierno de Mauricio Macri y que permitió la creación del Frente de Todos. Inclusive con la Casa de Rosada atrás suyo, Máximo Kirchner recriminó buena parte de las políticas económicas aplicadas por este gobierno, que él dice que no es suyo, y permitió que muchos "marginales", como los denominan a varios de los que estaban en el escenario con él dijeran cosas terribles del proyecto económico instaurado por Massa, quien este fin de semana anunció el aumento del mínimo no imponible para los trabajadores bajo relación de dependencia y un subsidio especial para aquellos que no cobran ninguna asignación oficial.

Singular fue la apreciación del diputado nacional Leonardo Grosso, del Movimiento Evita, quien aún sigue participando de este espacio aunque tiene cada vez menos coincidencias en las maneras que Emilio Pérsico expone sus ideas. Desde La Matanza, donde buena parte de las organizaciones sociales movilizaron en el Día de la Lealtad, felicitó el discurso que dio Kirchner en Plaza de Mayo.  

"Bien Máximo en Plaza de Mayo. claro con los compañeros y compañeras sobre los intereses que afrontamos. Para hacerle frente al neoliberalismo hay que estar más unidos sabiendo que nuestra responsabilidad hay que defender al pueblo. De un lado estamos nosotros y del otro la flexibilización laboral, impositiva y ambiental", dijo en twitter Grosso. 

En eso coinciden las miradas de los sindicalistas de la CGT con la de Kirchner. Pero ambos sectores se detestan. El pedido de legisladores que se referencien con la dirigencia sindical sin que intervenga "el dedo de nadie" formulado en Obras Sanitarias tiene que ver con eso.

Los discursos, los reclamos y la manera de mostrarse dejaron en claro que en cada acto, además de la supuesta lealtad a los ideales de Juan Perón, están expuestas las maneras en las que se presentarán ante lo que viene. Saben que es muy probable que el 2023 no los verá como oficialistas con semejantes diferencias internas, desconfianzas, intrigas y desprecios que no pueden salvarse bajo la promesa de seguir en el poder.