Fractura expuesta: el escenario incierto que general la ruptura de Máximo y el kirchnerismo

Lo que antes era tensión, ahora es una fractura expuesta. Máximo Kirchner rechazó el acuerdo con el FMI, cuestionó duramente la negociación y hasta la autoridad del presidente Alberto Fernández, sugiriendo incluso cierta "docilidad" del Gobierno ante ese organismo. Máximo deja la presidencia del bloque porque no puede defender el acuerdo y ahora hace dudar si el oficialismo tendrá los votos propios necesarios para avalar en el Congreso el acuerdo. Máximo votará en contra y habrá que sumar para ver quiénes siguen el mismo camino.
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Con la carta el kirchnerismo duro, una de las patas clave del Frente de Todos, rompe y genera incertidumbre. Tras conocerse el entendimiento al que habían llegado el Gobierno con el FMI se sabía que el primer obstáculo sería interno: que las pautas para achicar el gasto, la emisión y el déficit pasaran el filtro del kirchnerismo. El silencio de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner ya era una señal. La carta de su hijo lo hizo oficial. Curiosamente ahora la principal oposición al acuerdo surge desde el propio oficialismo, con Máximo y Cristina como ejes.
Despecho
Máximo muestra despecho. Es que en la carta marca que las peleas trascienden la negociación con el Fondo. "No lamento haber brindado un trato que no fue recíproco", dice el presidente del PJ de Buenos Aires, sugiriendo que él se abrió, pero fue blanco de cuestionamientos internos. Pero apunta directamente contra el presidente Alberto Fernández, a quien acusa de haber generado un clima hostil hacia su persona "mandado" a decir que lo presionan. Esa es uno de los párrafos más ásperos y donde más se nota la pelea interna. "Decido liberar al Presidente para que no se sienta “presionado”, como tantas otras veces ha hecho trascender su entorno. ¿Presionar? No. Eso lo hace el Fondo Monetario Internacional", acusa.
El Frente de Todos fue formado como instrumento electoral bajo la conducción política de Cristina Fernández de Kirchner. Funcionó para ganar las elecciones, pero luego aparecieron las obvias tensiones por el manejo del poder, que cada vez fueron menos disimuladas. Máximo, Alberto Fernández y Sergio Massa hacían equilibrio. Pero internamente la presión aumentaba, hasta que estalló.
Antes, había sido la propia Cristina la que cuestionaba, también vía carta, las políticas del Gobierno. Ahora, con los eufemismos de lado, queda ver cómo se rearmarán los espacios de poder. La Cámpora maneja poder en el Congreso, la provincia de Buenos Aires y organismos clave como la ANSES y el PAMI. La duda es qué harán los dirigentes ambiguos, entre los que están los gobernadores del PJ: si siguen a Cristina o al presidente.
El acuerdo con el Fondo generó algún respiro financiero, pero obliga a enfrentar al presidente Alberto Fernández una tormenta política que lo incomodará. "No ve voy a volver a pelear con Cristina", dijo hace algunos meses. Pues del lado de enfrente no piensan lo mismo.
En la carta, Máximo Kirchner acusa de mentir, de haber cedido sin pelear y de construir realidades inciertas. "Sería más que incorrecto aferrarse a la Presidencia del Bloque cuando no se puede acompañar un proyecto de una centralidad tan decisiva en términos del presente y los años que vendrán. Algunos se preguntaran qué opción ofrezco. En principio, llamar a las cosas por su nombre: no hablar de una dura negociación cuando no lo fue, y mucho menos hablar de 'beneficios'", dice Kirchner, quien cree que el acuerdo será nocivo para Argentina pero desea "estar equivocado".


