José Luis Cabezas

A 25 años del asesinato de José Luis Cabezas habla su amigo y colega Gabriel Michi

No fue una muerte cualquiera. Su asesinato marcó un antes y un después en la sociedad, en el periodismo y en la política.

Lourdes Marchese
Lourdes Marchese domingo, 23 de enero de 2022 · 06:00 hs
A 25 años del asesinato de José Luis Cabezas habla su amigo y colega Gabriel Michi

El 25 de enero se cumplen 25 años del brutal asesinato del reportero gráfico José Luis Cabezas. Un hecho que conmocionó a toda la sociedad. Que dejó a la luz la oscuridad del poder, las mafias enquistadas, la connivencia policial. Un asesinato que tuvo todos los condimentos más macabros. En el que, como dice la frase, la realidad superó a la ficción. Otro 25 de enero donde se escuchará el grito de “Cabezas, presente, ahora y siempre”. Un crimen que nos marcó para siempre pero sobre todo tuvo un antes y un después. Que inmortalizó la frase “No se olviden de Cabezas”.

Un día como este donde se mezclan las emociones, donde se conmemora aquel fatídico suceso ocurrido cerca de Pinamar, en la cava de General Madariaga. No puedo obviar la entrevista con la persona que pasó los últimos días con el reportero gráfico de la Revista Noticias aquel verano de 1997. 

Gabriel Michi, quien junto a José Luis formaban un equipo. El periodista que investigaba y el fotógrafo que le daba vida a esas notas. Fue una foto la que sentenció de muerte a ese equipo de verano. No fue cualquier foto, era la del empresario Alfredo Yabrán. Aquel retrato sacaba de las sombras al poder detrás del poder. Al magnate que nunca había sido fotografiado. Ese fue el comienzo de un final poco feliz. A poco de cumplirse 25 años hablamos con Gabriel Michi sobre el significado de este nuevo aniversario.

-Se cumplen 25 años de aquel suceso que terminó con la vida de tu compañero. ¿Qué es lo primero que se te viene a la mente?

GM: "Este 25 de enero, que se cumplen 25 años del crimen de José Luis Cabezas, es muy especial, no solo por el número, por la fecha, por el cuarto de siglo que pasó, sino porque las cosas que tienen que ver con lo humano, que movilizan muchísimo, como el hecho de que hace poco tiempo, el 24 de noviembre, Agustina, la hija mayor de José Luis, fue mamá por primera vez de un nene precioso llamado Riu, y que cuatro días más tarde José Luis Cabezas hubiera cumplido 60 años, y en esas cosas es donde uno dimensiona la tragedia humana. Esa privación que significó su asesinato de poder disfrutar las cosas que la vida le regalaba. Entonces hay una dimensión humana muy fuerte en toda esta historia, sumado a una cuestión más general que tiene que ver con la impunidad que significa que todos sus asesinos hoy estén en libertad."

"A 25 años hay que decir que, pese a que hubo condenas ejemplares, todos sus asesinos están en libertad y gozan de una vida que le privaron a él. Lo que hay que destacar es que pasaron 25 años y todo el mundo aún hoy recuerda a José Luis Cabezas. Que ese famoso 'no se olviden de Cabezas' sigue estando vigente y que haya toda una sociedad que en el día de hoy todavía tenga presente lo que ocurrió aquel trágico 25 de enero de 1997, en lo que fue sin duda el peor ataque a la libertad de expresión contra el periodismo desde que volvió la democracia a la República Argentina."

-¿Cómo fue llegar a la escena y tener que reconocer a tu compañero?

"El momento de tener, prácticamente descubrir lo que había pasado con José Luis fue durísimo. A mí nadie me vino a contar qué fue lo que había pasado, sino después de despedirnos de la fiesta de Oscar Andreani, yo retirándome a las 4 de la mañana, José Luis salió a las 5:10 y lo estaban esperando en su casa para secuestrarlo. A partir de eso cómo nosotros habíamos quedado que a las 2 de la tarde me pasaba a buscar y no llegaba, yo llamé a la casa, me dijeron que no estaba. A la hora volví a llamar, me volvieron a decir que no había regresado desde la noche anterior y ahí empezó toda mi búsqueda hablando con los colegas que habían estado con nosotros en la fiesta de Andreani, con nuestras fuentes, con el hotel donde nosotros teníamos oficina y no aparecía por ningún lado."

"Finalmente terminé pasando por la comisaría de Pinamar donde estaba el comisario Alberto Gómez, a quien habíamos entrevistado unís días antes por una ola de robos que había hablado en el lugar y él me pregunta en qué auto nos movíamos. Yo le digo en un Ford Fiesta blanco y es cuando me dice que le parecía que tenía una mala noticia para darme. Entonces entra en su casa que estaba comunicada internamente con la comisaría, yo voy detrás preguntando qué pasó y no me quería decir. En ese momento habla con la cava donde estaban otros policías y les dice: me parece que tenemos identificada a la víctima. Sería José Luis Cabezas, fotógrafo de la revista Noticias. Yo le pregunto qué victima? Y me dice apareció una persona muerta en una cava en General Madariaga. Le digo pero ustedes tienen que saber si es o no José Luis. La respuesta fue que el cuerpo estaba totalmente calcinado. Entonces me llevan a la cava y me muestran una serie de elementos entre ellos un juego de llaves que coincidía con la de nuestra oficina, lo comparo con mi juego y veo que eran iguales. A partir de eso bajé a la cava para ver si el auto tenía un choque en el guardabarros delantero derecho como yo recordaba y tenía el golpe y vi ese cuadro terrible que nunca voy a olvidar que es lo que quedaba del cuerpo de José Luis. Es un momento que nunca, nunca voy a olvidar."

"Volvimos a Pinamar, probamos la llave en la oficina y cuando abrió es como que ahí recién pude creer que se trataba de él. Un hecho realmente terrible. En el camino de vuelta de la cava a Pinamar para ir a probar la llave yo iba en un auto lleno de policías, me llamaron de la revista para ver qué estaba pasando y yo les dije que habían matado a José Luis y que había sido el hijo de puta de Yabrán. Yo sin saber que todos los policías que estaban alrededor trabajaban para Yabrán como después se corroboró. Por suerte atrás venía un auto con amigos míos que evitaron cualquier cosa que me podía pasar."

-¿Tuviste miedo de que eso mismo te ocurriera a vos?

GM: "Sí, tuve miedo porque la verdad no sabíamos donde estábamos parados hasta ese momento. Desde el retorno de la democracia había habido amenazas a periodistas pero no un crimen. La variable muerte no era algo que estuviese presente en nuestro trabajo cotidiano y obviamente tuve mucho miedo. En algún momento me tuve que ir del país pero después volví porque sentí que tenía que estar acá para dar la pelea, la batalla y encabezar marchas en reclamo de justicia y aportar todo lo que tenía a la justicia. Pero bueno vinieron muchas amenazas contra mí después del crimen, desde llamados telefónicos, balas que dejaban en la puerta de mi casa, gente extraña alrededor. El tema es que hace uno con el miedo. Te puede paralizar o tratar de sacar fuerzas para vencerlo y eso fue lo que traté de hacer."

-¿Cómo era José Luis?

GM: "Era una persona muy divertida, solía hacer muchas bromas todo el tiempo. Cuando se enojaba era de tener, tenía carácter fuerte. El decía que era un chabón bravo y así era realmente. Un hombre muy familiero. Amaba a sus tres hijos, a su mujer, a su familia. Disfrutaba mucho de los encuentros con sus padres y su hermana y desde lo profesional era fuera de serie. Tenía una conjunción increíble entre la fotografía artística y el reportero gráfico que necesita de la inmediatez de conseguir la imagen así como demostró con la foto de Alfredo Yabrán en un instante. Un detallista y obsesivo del cuidado de la imagen y una persona que a mí siempre me sorprendió por las cosas que lograba con los entrevistados de convencerlos de posar de determinada manera que yo nunca había visto."

-¿Cómo se comportó la justicia con el caso?

GM: "La justicia tuvo distintas etapas. La primera fue de mucha confusión donde distintos sectores de la policía, de la política, intentaron desviar la investigación y lograron que por un tiempo se meta presos  a personas que nada tenían que ver como pepita la pistolera, y después de eso por el trabajo de los periodistas, la presión de la familia, de los medios, las movilizaciones sociales, la causa se fue enderezando y se logró una sentencia ejemplar contra muchos de los involucrados, en poco tiempo que es algo inusual para la República Argentina con condenas a perpetuas. El autor intelectual que fue ordenada su captura, se escapó y finalmente se terminó suicidando Yabrán en una estancia en Entre ríos escapando de la justicia que había pedido su captura. En ese primer tramo hasta el juicio y las condenas fue una justicia distinta a la que estábamos acostumbrados."

"Después vino un fallo vergonzoso del tribunal de casación de la provincia de Buenos Aires particularmente dos jueces Piombo Y Sallargués que les redujo la condena a los asesinos y con la aplicación del 2x1 y la buena conducta de estas personas empezaron a salir en libertad habiendo cumplido un tercio de sus condenas aproximadamente. Después eso fue apelado llegó a la corte provincial. Y dijo que había que volver a la sentencia de perpetua, lo mismo dijo la Corte Nacional, pero mientras tanto estaba vigente ese fallo de casación que los beneficiaba, el más benigno que a veces es una trampa letal en la justicia argentina y en todo el trayecto judicial pasó algo increíble que la voluntad de estos dos jueces logró la impunidad del caso y la liberación de los asesinos contra la decisión de otros 20 jueces que intervinieron en distintas instancias judiciales y que todos habían estado de acuerdo en que deberían recibir perpetua y pasar gran parte de su vida en la cárcel pero esos jueces con su fallo contaminaron todo e hicieron que hoy todos sus asesinos estén en libertad."

-¿Crees que hubo/se hizo justicia ?

GM: "Hubo justicia cuando se dio esa sentencia a perpetuas, pero después hubo una enorme injusticia e impunidad cuando se aplicó esa reducción en las condenas y se logró la libertad de los asesinos, entonces hoy todos tenemos a 25 años del crimen la sensación de que quedó impune, no que haya habido condenados. Hubo un fallo en tiempo récord para lo que es la Argentina, pero después hubo una resolución vergonzosa que terminó bañando de impunidad al caso."

-El principal apuntado fue Alfredo Yabrán. ¿Por qué un magnate como él mandó a matar a un reportero gráfico?

GM: "Alfredo Yabrán fue acusado, no logró ser condenado porque se suicidó antes como autor intelectual del crimen porque había sobradas pruebas en la causa judicial que mostraban como él había ordenado este crimen en manos de su jefe de custodia Gregorio Ríos y del policía Gustavo Prellezo que fue el ejecutor del José Luis y el que llevó a los horneros Horacio Braga, José Luis Auge, Sergio Gustavo González y Héctor Retana para el momento del secuestro y asesinato con la colaboración de otros policías de Pinamar como Aníbal Luna que hizo inteligencia sobre nosotros, Sergio Cammarata que le brindó logística a los asesinos y con una zona liberada por parte del comisario de Pinamar Alberto Gómez. Esto es lo que se probó judicialmente, para nosotros había mucha más gente involucrada vinculada a la policía de Pinamar, y vinculado a los custodios de Yabrán."

"Porque lo ordena, bueno hay que meterse en la mente de alguien que mismo había dicho que sacarle una foto a él era como pegarle un tiro en la frente y que ni los servicios de inteligencia tenían una foto suya y que después del crimen le hacen una entrevista y le preguntan que es tener poder y él dijo “tener poder es tener impunidad”. Creo que esa frase lo define de cuerpo entero a Yabrán. Y era un hombre todopoderoso, no acostumbrado a que en este caso el periodismo haga su trabajo y revele su identidad como fue a través de la foto y la investigación que hicimos con José Luis. Esa impunidad lo encegueció, este es mi punto de vista y llevó a que ordene este crimen, pero hay muchísimas pruebas que lo involucran en la causa y que incluso cuando se dicta su captura a partir de la declaración de la esposa del asesino, de Silvia Belausqui, que dijo que su marido le había confesado que Yabrán había sido quien había estado detrás del crimen y que se decide la captura."

"La clave es aquellas personas que están enceguecidas por la impunidad que creen que pueden hacer cualquier cosa porque tienen garantizada esa impunidad que en ese caso se la daba los vínculos con todo tipo de poder que tenía. Yabrán era el hombre más poderoso de la Argentina y el más enigmático, el que se escondía en las sombras que tenía vínculos con el Poder Ejecutivo de Carlos Menem, con los servicios de inteligencia, con la fuerzas armadas, con la policía, con la iglesia, con los sindicatos, con todos los estamentos del poder y que se había dotado de toda una custodia de personal de 35 hombres que era la que conducía Ríos, que tenía dos objetivos: evitar los secuestros de sus familiares y alejar al periodismo para que no lleguen a él y también tenía un ejército de 630 hombres custodiando sus empresas cuya cúpula era manejada por ex represores de la dictadura militar que estaban alistados en una empresa que se llamaba BRIDES que era la sigla de brigada de la Esma donde reportaban lo que se dio en llamar la mano de obra desocupada de la dictadura que nunca estuvo desocupada sino que en democracia pasó a trabajar bajo el amparo de Alfredo Yabrán, entonces todo ese entramado hizo que este hombre se crea impune y que ordene el crimen de José Luis Cabezas."

-¿Cambió algo después de la muerte de José Luis?

GM: "Cambió mucho después del crimen de José Luis Cabezas, cambió el periodismo. Empezó a entender que a veces investigar al poder podía ser riesgoso, pero que tenía esa misión frente a la sociedad. Se vio una sociedad muy comprometida con la lucha con el esclarecimiento del crimen de José Luis con mucha credibilidad sobre la prensa. Cambió también desde lo político porque el crimen y las consecuencias, las repercusiones que esto tuvo llevó a que se entierren definitivamente los sueños reeleccionistas de Carlos Menem, también cambió porque se desarmó esa estructura de poder paralelo que rodeaba a Alfredo Yabrán y también cambió a nivel de la mirada internacional porque muchos se sorprenden en todo el mundo la reacción que generó el crimen de un periodista cuando muchos otros países, caso Colombia, México, entre otros se asesinaba o se asesina a periodistas casi en forma corriente y todos esos casos quedan impunes. Muchos colegas del mundo se sorprenden por lo que se generó en cuanto a las marchas, reclamos de justicia y el hecho de que José Luis se haya convertido en un símbolo que hoy por ejemplo existe un mapa que muestra todos los lugares que recuerda la memoria de José Luis Cabezas y hay más de 70 en todo el país y eso no pasó nunca a ningún periodista en todo el mundo. Por eso sin dudas que el crimen de José Luis cambió muchas cosas, pero para nosotros, para su gente cercana, para su familia, compañeros y amigos el costo es demasiado alto y el dolor sigue estando tan presente como el primer día."

Este 25 habrá un acto conmemorativo a las 10 am en el Monumento a Cabezas en avenida Bunge 2100 de Pinamar.

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