PASO: entre la cautela, el optimismo y el temor por las grietas internas
A cinco días de las elecciones PASO, ambos frentes electorales exponen una llamativa cautela. Nadie se anima a verse como ganador, y subsisten diferencias internas que podrán explotar en la madrugada del lunes, cuando el recuento de votos deje una proyección definitiva.
A menos de cinco días de las PASO, los dos principales frentes políticos se encuentran atravesados por una puja interna, por lo que nadie sabe cómo se reacomodarán a partir del próximo lunes. Sin embargo, oficialistas y opositores deslizan resultados que van desde una leve pero indescontable ventaja de cinco puntos para el oficialismo hasta un empate técnico.
El Frente de Todos sufre por la clara grieta interna que apareció tras los gruesos traspiés sufridos por el presidente Alberto Fernández y las inconsistencias políticas que le achacan a su jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. Sergio Massa, Máximo Kirchner, la vice Cristina Fernández y un nutrido grupo de jefes comunales no saben cómo hacer para torcer la tendencia que llega desde el Gobierno nacional.
En cuanto a la oposición, si bien Facundo Manes ha dicho que “vino para quedarse” y que “esto recién empieza”, no son pocos los que creen que, ante una derrota, y lo mal que fue tratado por los mismos socios políticos, que hace cuatro años le ofrecieron formar parte de su lista bonaerense cuando los radicales aceptaban los mandatos PRO, el neurocientífico plante bandera y no participe de una lista común con Diego Santilli. Piensan que puede renunciar.
“Es una locura, esto no va a pasar”, aseguraron en su entorno. Por las dudas, Horacio Rodríguez Larreta ya está tratando de bajar todos los decibeles de la disputa que se inició apenas se oficializó la candidatura radical y que sigue hasta el día de hoy. El jefe de Gobierno porteño sabe que la fuga de votos que le provocará lo obliga a rearmar toda la estrategia política dentro y fuera de lo que hoy se conoce como Juntos por el Cambio.
Birome en mano, un intendente del conurbano, que representa al peronismo y al Frente de Todos bonaerense, garabateó números y proyecciones. Para eso tomó como base las elecciones en su territorio y sección electoral en 2017 y 2019. Poniendo los números crudos, le dijo a MDZ. “Estamos, mal y todo, ganando la Provincia por cinco o seis puntos. En la Primera Sección alcanzamos el 42% de los votos, y en la Tercera, llegamos al 50%. Cambiemos (no utiliza la nueva nomenclatura) no llega al 40% en la Primera Sección Electoral y en la Tercera saca algo menos”.
En su análisis, las otras fuerzas, según datos que proyectan las terceras fuerzas desde hace cuatro años, retienen “8%, Espert; 6%, Randazzo; 5%, la Izquierda; y 4%, votos nulos o en blanco”. No son datos que no puedan considerarse lógicos.
Algo parecido, sin tantas precisiones, sostienen desde Juntos. En todos los análisis se empieza a definir una clara victoria de Diego Santilli, por amplio margen, fundamentalmente en el Conurbano. Después marcan paridad en Mar del Plata y La Plata y una ventaja importante para el radical en el interior bonaerense. De dar una proyección, los consultados creen que la PASO terminará con “el Colorado” en 22% y el correligionario en 14%. Si se suman, ambos representarían un piso del 36% para la oposición.
No siempre la realidad es lineal, y todos los encuestadores han tenido que sufrir esa consecuencia. A la abismal diferencia que ofrecen las entrevistas presenciales con las telefónicas se suman "la percepción en la calle" y los intereses de cada uno de los entrevistados.
Entre las cuestiones no resueltas en el oficialismo hay varias. La tensa relación entre Axel Kicillof y los intendentes, fundamentalmente de la Primera Sección Electoral, que no tienen intervención alguna en el Gabinete y en los ámbitos de conducción de ninguna de las cámaras legislativas.
La otra pretensión donde no hubo avances es la reelección de esos jefes comunales, charlada mil veces con Máximo Kirchner. Quizás como sea el resultado de septiembre, no tan amigable al oficialismo, hace que "todos ganen". Mientras que Alberto Fernández se verá forzado a abrir el Gabinete, el kirchnerismo deberá ceder en la pretensión reeleccionista de la mayoría de los interesados.
En cuanto a Juntos, Rodríguez Larreta debe ser claro, primero, ante sus socios. Muchos le desconfían por sus conexiones manifiestas con referentes peronistas del Frente de Todos, no sólo Massa. Luego, tendrá que reconstituir su relación con los radicales, tanto porteños como bonaerenses y del interior. Sea como sea el resultado, hoy son un actor imprescindible para sus ambiciones.