Pase de facturas

Duro fracaso de Máximo Kirchner en el intento de calmar la bronca de los diputados de su bloque

Máximo Kirchner no logró contener el malestar de los diputados del bloque del Frente de Todos en las herméticas reuniones que viene manteniendo esta semana. El impacto del resultado de las PASO pone en cuestionamiento su liderazgo porque muchos lo consideran corresponsable del fracaso electoral.

Beto Valdez
Beto Valdez jueves, 30 de septiembre de 2021 · 17:04 hs
Duro fracaso de Máximo Kirchner en el intento de calmar la bronca de los diputados de su bloque
Foto: Twitter Luana Volnovich

Máximo Kirchner comenzó a realizar reuniones herméticas con diputados del bloque que conduce para contener la bronca por la rotunda de derrota que recibió el Frente de Todos en las PASO. Pese a los exagerados mecanismos de discreción y las presiones para evitar trascendidos, varios participantes de esos encuentros rompieron ese acuerdo y revelaron que al jefe de La Cámpora no le fue nada bien y se vio desafiada su autoridad.

La envergadura de la derrota y las malas perspectivas para las elecciones generales de noviembre envalentonaron a los diputados en el contacto frente a Máximo, figura indiscutida hasta las PASO y que ahora también aparece cuestionada. Hasta ahora, el titular de esa bancada realizó dos reuniones en la oficina que tiene para estos menesteres en el segundo piso del Congreso. La primera fue el lunes con legisladores de la provincia de Buenos Aires y CABA, y el miércoles con los patagónicos.

Los invitados no pudieron llevar a sus asesores y además fueron obligados a dejar sus teléfonos celulares en la puerta imitando la metodología que siempre utiliza Cristina Fernández de Kirchner para evitar episodios indiscretos o filtraciones indeseadas. Hasta el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro presionó sobre varios legisladores para abortarles contactos informales con el periodismo. “Estos se creen que estamos en 2011 cuando CFK arrasó con el 54%, no entienden que también perdimos por culpa de ellos”, dice a MDZ un diputado de la Patagonia.

El intento de catarsis y “control de daños” evidentemente no logró su objetivo en el ánimo convulsionado de muchos integrantes de esa bancada. “Máximo hizo una descripción de varios factores que nos llevaron a la derrota, pero no se hizo cargo de nada, ni asumió su cuota de responsabilidad”, comenta un bonaerense. Si bien el jefe del camporismo dejó entrever que prácticamente la elección de noviembre está perdida, hizo hincapié en “no perder por goleada”, achicar la diferencia sobre todo en la provincia de Buenos Aires.

“No se puede hacer el distraído porque los candidatos de La Cámpora perdieron peor que nadie, sobre todo su protegida Mayra Mendoza en Quilmes, cuando el resto de los intendentes de la Tercera mantuvimos los distritos”, comenta con fastidio un diputado vinculado a los Barones del GBA. Parecería que la derrota y la sensación de fin de ciclo K genera un “sálvese quien pueda” y le da coraje a los que venían masticando bronca desde hace tiempo por lo que consideran “un manejo sectario” de parte del diputado Kirchner y su madre.

También algunos diputados dejaron entrever que la crisis interna podría agravarse si las urnas de noviembre muestran una derrota más profunda. Pero el jefe del bloque se mostró evasivo y sólo insistió en la necesidad de respaldar al presidente Alberto Fernández a partir del día después de los comicios generales. Los patagónicos fueron todavía más contundentes en el pase de facturas y se animaron a cuestionar duramente el mal manejo de la cuarentena, la intransigencia por el regreso de las clases y el fastidio contra el jefe de Estado. “Maxi está golpeado y sabe que ahora se viene lo peor”, sintetizó un vocero del Frente de Todos.

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