Riesgo de extinción: dos fuerzas políticas se pueden dividir el poder y dejar sin representación a minorías

El escenario electoral que se planteó en Mendoza hace que se pueda dar una situación inédita en el futuro inmediato: la casi desaparición de diversidad política en la Legislatura y que un virtual bipartidismo o, mejor dicho, que todo se concentre solo en dos frentes. Cambia Mendoza y el Frente de Todos ponen en juego muchas bancas, pero los partidos minoritarios pueden perder representación ayudados por la atomización de ofertas y, así, los dos sectores mayoritarios podrían salir beneficiados: tendrán más cargos para repartir. A la vez, se corre el riesgo de perder diversidad, pluralidad de voces y que la agenda de temas sea monocorde. 

Todos los legisladores del Frente de Izquierda, de Protectora y Ciudadanos dejan su mandato y esos partidos dependen del desempaño electoral para sobrevivir. Las encuestas de hoy, con lo relativo que puede ser ese dato, no marca que ningún partido supere los 5 o 6 puntos de intención de voto, un caudal insuficiente para lograr algún cargo.

Escuchá la columna completa en MDZ Radio

En ese escenario hay un dato solapado: quien salga tercero  en las PASO (el mejor de los que pierdan) puede convertirse en una opción competitiva para los desencantados que en septiembre voten al azar o no voten y encuentren en noviembre una chance "de voto positivo".

La única legisladora de un frente opositor (por fuera del Frente de Todos) que tiene garantizada la continuidad es Mercedes Llano, que tiene mandato vigente. La diputada entró por Cambia Mendoza, pero luego se separó del oficialismo y ahora integra un frente opositor desde el PD. 

Escalas

El Frente de Todos, con el PJ como líder, y Cambia Mendoza, con eje en la UCR, tienen años de oficio político y estructura para cobijar a otras fuerzas sin mayores pudores y ser pragmáticos. Contienen opciones de izquierda y derecha; ateos y religiosos; ambientalistas y pro mineros. Los une la ambición de poder. Todo lo contrario ocurrió en las fuerzas chicas: negociaron durante meses para armar un frente y terminaron todos dispersos. 

El Partido Federal, el Partido Verde, Compromiso Federal, el Frente de Izquierda, Vamos Mendocinos, el Partido de los Jubilados y Dignidad Popular pelean en primer lugar por pasar el filtro de votos necesarios para competir en las elecciones generales. Es el 1,5% de los votos en cargos nacionales y el 3% de los votos en cargos provinciales. Sí, en Mendoza es más fácil ser candidato a senador nacional que a concejal. 

Pero el objetivo principal es tener alguna representación, para lo cual deben tener no menos del 10% de los votos en noviembre. El distrito donde más chances tienen de poder sumar un legislador es el primero, donde está la mayor concentración de población urbana y concentrada. También allí es donde el oficialismo el PJ son más fuertes. 

En Cambia Mendoza hay voces diversas, pero tienen voto de obediencia. Es lo que ha pasado con sectores como Libres del Sur, que fueron contenidos por la estructura cornejista; lo mismo, al menos por ahora, con otros legisladores. El más díscolo es Jorge Difonso, que se mantuvo adentro de esa estructura a pesar de las disidencias. 

En el Frente de Todos le cedieron un lugar de privilegio (aunque él buscaba otra cosa) a José Ramón. El fundador de Protectora puede conformar a futuro un "monobloque" que se diferencie; pero no tanto: si en el Congreso votó siempre con el Frente de Todos, ahora que es parte de esa alianza liderada por el PJ lo será más. 

El oficialismo pone en juego 13 bancas en diputados (entre propias y de aliados) y 9 en el Senado. Rodolfo Suarez se acostumbró a un mecanismo que es anormal si se toma una serie histórica: tener mayoría propia en la Legislatura. El escenario parece no poner en riesgo ese esquema, salvo que tome relevancia alguna tercera fuerza.