Por el ojo de la cerradura

El violento robo a un dirigente político y la inseguridad que crece incluso en barrios privados

El violento robo que sufrieron Balter y su familia generó shock, pero es sintomático: crecen los robos, incluso en barrios privados. Además: el discurso que el Gobernador no quería dar y los contagios entre colegas.

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MDZ Política domingo, 9 de mayo de 2021 · 00:05 hs
El  violento robo a un dirigente político y la inseguridad que crece incluso en barrios privados
Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

La inseguridad que crece

La inseguridad crece desde hace tiempo en toda la provincia. Incluso en zonas que en teoría tienen una protección particular, como los barrios privados. También por las víctimas. Ocurrió cuando asaltaron al intendente de Capital Ulpiano Suarez y ayer con el violento robo en la casa del dirigente demócrata Carlos Balter.

Al ex candidato a gobernador le robaron en su casa del barrio privado Pueyrredón en un hecho que fue extremadamente violento. Al parecer los delincuentes ingresaron por un baldío y el lugar, a pesar de tener seguridad privada, no contaba con sistemas más sofisticados de alerta y cuidado, como cámaras. Hubo destrozos dentro de la casa.

Pero lo ocurrido no sorprendió tanto a los habitantes de ese y otros barrios privados, pues aseguran que "los golpes" de ese estilo han crecido: ingresan de manera intempestiva y violenta, roban lo que alcanzan y casi siempre media la violencia. 

Tras el violento robo a Balter, hubo reuniones de vecinos, reclamos que recrudecieron y presión sobre las autoridades. 

Balter es uno de los dirigentes políticos de mayor trayectoria desde el regreso de la democracia. Era el favorito para ser gobernador en 1999, pero perdió frente a Roberto Iglesias. El impacto de la Alianza y una campaña sucia que lo perjudicó, evitaron que llegara al "sillón de San Martín". En los últimos años había vuelto a la política dentro del PD más ortodoxo.

Los problemas por la inseguridad crecen. En el Gobierno el ministro Raúl Levrino mantiene el bajo perfil y eso inquieta, incluso, en el oficialismo. 

El discurso que ni el gobernador quería dar

A decir verdad, el mensaje de Rodolfo Suarez ante la Asamblea Legislativa del pasado 1 de Mayo no pasará a la historia. Primero porque el discurso del gobernador estuvo dominado, con razón, por la crisis desatada por la pandemia del coronavirus y eso le viene quitando margen al Gobierno para avanzar en cuestiones estratégicas como el desarrollo productivo de la provincia o para hacer anuncios importantes.


Sin embargo, lo que se notó también, fueron las dificultades que tuvo para transmitir su mensaje con la claridad necesaria. El propio Suarez no quería hacer un discurso que durara casi 120 minutos como ocurrió, sino que había apostado por un mensaje mucho más corto y que apuntara directamente a lo que quería decir.



Luego de un debate con sus asesores, terminó perdiendo la pulseada para que incluyera la larga lista de enunciados de obra de gobierno que, como habitualmente se hace, los mandatarios leen en ocasiones como estas. “No es mi perfil, no me hagan leer un discurso de casi dos horas”, les pidió el gobernador a sus colaboradores. “Si estas obras no se mencionan ahora, no se mencionan nunca”, le respondieron. Y Suarez terminó accediendo.  

Contagios entre amigos

El covid no discrimina y en las últimas semanas hubo varios dirigentes contagiados. El caso más notorio fue el del diputado nacional y ex gobernador Alfredo Cornejo, quien comenzó a tener síntomas en su casa y debió internarse en el Hospital Central por las complicaciones que tuvo. Justo le tocó ir al Hospital que como gobernador había planificado ampliar para otro tipo de patologías. Cornejo se contagió por contacto estrecho con un colaborador.

Y no fue el único. Dentro del equipo con el que el ex mandatario comparte habitualmente reuniones hubo otros contagiados, como el subsecretario de justicia Marcelo D´Agostino. Incluso Cornejo coincidió en la sala de internación con un viejo amigo. 

Histórica bodega se transforma: ¿será un complejo inmobiliario?

La ex bodega Giol, un patrimonio histórico indiscutido de la historia de la vitivinicultura argentina, y que en algún momento fue la más grande del mundo, ha sido adquirida por un grupo de familias para reconvertirla. El Grupo Armentano es uno de los adquirentes, aunque la transacción aún no concluye.  "Actualmente se está haciendo un relevamiento de la propiedad, y la idea es recuperar el espacio histórico y hacer desarrollos inmobiliarios", dijo Nicolás Armentano a MDZ.

El casco antiguo, ubicado frente a calle Ozamis y que tiene 130 años, se preservará. Pero aún está en proceso de análisis el proyecto, que dependerá del estado estructural de las instalaciones, la necesidad de cuidado patrimonial y las condiciones del negocio. 

 

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