Beneficios impositivos

Mendoza discriminada: por qué el Gobierno dejó sin nada a la Provincia

El Gobierno nacional generó un nuevo régimen de promoción que discrimina a las provincias del Centro. Mendoza queda en medio de vecinos que tendrán ahora más diferencias: la Patagonia con tarifas subsidiadas, el Norte con menos cargas tributarias. Todo, en medio de una decadencia general.

Pablo Icardi
Pablo Icardi viernes, 26 de marzo de 2021 · 08:58 hs
Mendoza discriminada: por qué el Gobierno dejó sin nada a la Provincia
Foto: Tèlam

Es una realidad que se vive cada día en la calle: comercios cerrados, personas que dejan sus oficios para reconvertirse, jóvenes con pocas oportunidades. Ahora el INDEC lo puso en cifras, que en realidad son también relativas por la subestimación de muchas situaciones que escapan a las mediciones oficiales.

Los datos son duros: la mitad de los mendocinos tienen problemas de empleo. O están desocupados, o tienen un trabajo muy precario o a pesar de tener empleo necesitan trabajar más para poder llegar a fin de mes. El desempleo está cerca del 11% y hubo un fuerte crecimiento respecto al año pasado. La pobreza supera el 40% y hace una década que en Mendoza no se crea empleo genuino. 

La radiografía agobia. Pero ocurre una curiosidad. Mendoza se sigue tomando como una provincia "rica", que puede prescindir de ayudas. Tanto, que quedó en medio de todos los beneficios fiscales, de tarifas y de promoción que la Nación lanzó, lanza y piensa ejecutar. Promoción industrial en el Norte; tarifas diferenciadas en el Sur. Y Mendoza, que sobreviva. 

En alerta

El Gobierno nacional lanzó un plan de reducción impositiva que busca beneficiar a las provincias del norte del país. Es una especie de promoción industrial que busca sanear con una medida efectista, varias carencias estructurales que se arrastran desde hace años. La medida implica una fuerte reducción de las cargas patronales (el principal costo del empleo) en hasta un 80% para las empresas que se radiquen allí y generen nuevos empleos. Aunque parece que fuera una medida regional, hay cortes geográficos bastante arbitrarios. Se incluye a La Rioja, a pesar de que esa provincia ya tuvo promoción industrial y se supone que es del "nuevo Cuyo". También podrían incluir a San Juan. 

En Mendoza hubo alerta, pero como casi siempre llegó tarde. Ni los delegados provinciales del gobierno nacional, con Anabel Fernández Sagasti a la cabeza, ni el Gobierno, con Rodolfo Suarez como obvio interlocutor, advirtieron lo que pasaba. Mendoza, al igual que otras provincias, perdió con el régimen de promoción industrial que benefició a las "vecinas". Mudanzas, empresas que eligieron San Juan o San Luis en vez de Mendoza y ahora son galpones fantasma y hasta casos de corrupción. Ese fue parte del balance de una medida que no funcionó. Un cálculo conservador pone en 150 mil millones de pesos los perjuicios de ese régimen, aunque hay otros intangibles difíciles de medir, como la caída del empleo. El CEM hizo un estudio sobre el tema y los datos fueron tomados para demandar a la Nación. En vez de cobrar la demanda ganada, Mendoza eligió negociar y aceptó ser resarcido con 1023 millones de dólares para hacer Portezuelo del Viento.  

Según el Presidente Alberto Fernández  buscan "equilibrar un poco las grandes asimetrías que hay entre aquellos que producen en el norte con aquellos que producen en el centro del país”.  Curiosamente las provincias del "Centro" que el Presidente menciona son las más díscolas hacia su Gobierno, con Mendoza y Córdoba como ejes.

El nuevo esquema va a dejar a Mendoza en el medio. La Patagonia tiene tarifas diferenciadas de gas, electricidad y combustibles. El Norte, menos cargas patronales.  El problema es el enfoque. La nueva promoción industrial no genera condiciones para la inversión, para el crecimiento. Busca, en cambio, "distribuir la pobreza". En una economía virtuosa, la forma de promover el desarrollo es la inversión, la competitividad de la economía. Mejorar desde las rutas, a las condiciones para promover que haya "más recursos", no mudar los pocos que ya existen.

 

 

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