Vivir del Estado: la becaria vacunada VIP y la paradoja que separa a ciertos políticos de los ciudadanos comunes
La vacunación de Stefanía Purita Díaz, una joven becaria de 18 años, dejó al descubierto los beneficios y privilegios con los que cuentan ciertos políticos por el solo hecho de tener un cargo.
Fue impactante la aparición pública de la becaria de la Municipalidad de Avellaneda, Stefanía Purita Díaz, quien a los 18 años fue vacunada privilegiadamente por su labor como administrativa en una dependencia de educación comunal.
Al explicar sobre su currículum, que enumeraba tres licenciaturas, ¡una de Harvard! y dados sus 18 años, aclaró que se trataba de un error y que en realidad está cursando dos carreras en simultáneo.
Es sabida la dificultad que conlleva todo estudio superior. Abordar dos en conjunto aparece como titánico y si se le agrega un trabajo en el sector público, luce prácticamente utópico.
Ante ello podrían deducirse dos opciones; o es ñoqui que percibe remuneración sin trabajar o mintió cuando afirmó que cursaba dos carreras en simultáneo.
Ante este despropósito, y en paralelo, se advierte la conducta del exintendente de Avellaneda, ahora ministro del gabinete de Alberto Fernández, Jorge Ferraresi, quien le dio un puesto laboral en la comuna a su cargo, y le posibilitó la vacunación privilegiada, cuando en la provincia de Buenos Aires todavía no está vacunado todo el personal de salud, quedando en claro la situación contrapuesta y claramente desventajosa que viven millones de ciudadanos comunes que diariamente luchan para sobrevivir en medio de la dura crisis económica que se transita.
El político, desde los fondos públicos, dispone a voluntad de nombramientos y otorga posibilidades indebidas.
Cualquier ciudadano común que posee un emprendimiento lucha diariamente, en un marco económico hostil, con innumerables obligaciones que lo asfixian y comprometen.
Pago de salarios, los aportes de la 931, tasas municipales de ABL, seguridad e higiene, ganancias, bienes personales, los anticipos de esos impuestos, ingresos brutos, doble indemnización, licencias dudosas de 6 meses por stress laboral, jueces que fallan en contra de los empleadores por sistema y automáticamente, son algunas de esas obligaciones.
Lo blanco y lo negro
Así pintan la realidad muchos políticos. Nunca pagaron una nómina salarial, no invirtieron, ni arriesgaron, ni están agobiados por tasas, impuestos y reglas absurdas. Sin embargo, disponen a discreción nombramientos, beneficios y privilegios.
La paradoja que separa a la mayoría ciudadana de algunos (demasiados) políticos.
Un detalle; la esposa del intendente Ferraresi, hoy ministro, que aseguran algunos periodistas es quien maneja en realidad el municipio, canceló inmediatamente la beca de la joven vacunada de privilegio.