Comicios

Con las elecciones por delante, arrancó la carrera en Mendoza

El cronograma electoral en la provincia comienza a definirse y el próximo comicio incluye por ahora las PASO y será unificado con la Nación. La alarma en la estrategia del Gobierno y el PJ que busca entre los intendentes al candidato que encabezará las listas junto a Anabel Fernández Sagasti.

Marcelo Arce
Marcelo Arce domingo, 14 de marzo de 2021 · 07:12 hs
Con las elecciones por delante, arrancó la carrera en Mendoza
Foto: Prensa Mendoza

Si el escenario político nacional no cambia de manera drástica en las próximas semanas, en Mendoza las elecciones legislativas que se avecinan serán con internas abiertas y obligatorias previas y, además, se realizarán en simultáneo con la Nación.

Esta ratificación del cronograma no debería ser noticia. Pero en un país y en una provincia en donde los calendarios electorales quedan sujetos a la especulación política, el dato cobra relevancia. Está más que claro que no somos Borgen. La alternativa que venía manejando la Casa Rosada de suspender las PASO está un tanto desdibujada a esta altura y por eso Rodolfo Suarez ya comenzó a diseñar un esquema electoral que contemple aquí también la realización de las internas partidarias para definir candidatos. ¿Qué cambiaría este escenario? Que la interna del peronismo a nivel nacional meta finalmente la cola y las PASO sean suspendidas por el Congreso. Para el oficialismo mendocino, esta posibilidad se aleja cada vez más.

El gobernador todavía no junta a los principales dirigentes de Cambia Mendoza para discutir el tema, pero se descarta que votaremos al mismo tiempo para elegir cargos nacionales y provinciales. Otra vez nos queda muy lejos el ejemplo de la serie danesa y las desventuras políticas de Birgitte Nyborg: Mendoza sancionó una ley hace cuatro años que estableció que las elecciones provinciales deben realizarse en forma diferenciada de las nacionales, pero dejó una puerta de salida para que los sucesivos gobiernos pudieran ajustar ese cronograma a su conveniencia de momento. La norma fija que hay que separar una elección de la otra, pero en el mismo texto dejó habilitado al gobernador de turno para unificar si así lo decide.

Hasta hace unos meses, Suarez dudaba acerca de qué hacer y oteaba el horizonte político nacional y su decisión de desdoblar o no estaba atada al devenir de la gestión de Alberto Fernández y su posible impacto en Mendoza. Sin embargo, en este punto, el primer mandatario fue quedando poco a poco preso de su propio discurso.

El mismo gobernador que pretende bajar el mensaje a la sociedad de que hay que achicar los gastos de la política a través de una reforma de la Constitución, deberá explicar que, además de la votación de este año, la provincia dispondrá recursos para ir a las urnas otra vez en febrero y en abril de 2022. Y no solo porque la ley así lo exige, sino que lo hace porque en realidad a su gobierno le puede llegar a convenir desde el punto de vista electoral que en Mendoza se vote en forma separada.

Una última referencia a la serie de Netflix que ya está en la etapa de producción para una cuarta temporada y en donde Nyborg ya no será primera ministra, sino Canciller. Es muy probable que Alfredo Cornejo ya la haya visto, pero si no lo hizo, debería. Borgen es también una semblanza de lo que en una parte del mundo representan hoy los liderazgos políticos femeninos y el desafortunado comentario del exgobernador acerca de la situación política de Santa Rosa y la mención de que a la intendenta María Flor Destéfanis “la maneja el marido”, lo deja en evidencia de que está parado del lado equivocado de la realidad.

No es necesario un acto de corrección política aquí. Sino la admisión de que se cometió un error al hacer esa mención. El propio Cornejo volvió a justificarse ayer. a través de un largo posteo en Facebook, en el cual insiste con que su acusación "no se trata de un tema de género, sino de honestidad". Y apeló a una “falta de autocrítica del kirchnerismo” que “se apropió de las banderas del feminismo con la necesidad constante de responder ante cualquier cuestionamiento lógico, ante cualquier denuncia justa de corrupción, avasallamiento de derechos o deshonestidad ante el electorado, con argumentos falaces y de cartón”.

Podrán tomarse como válidos estos últimos argumentos, pero el disparador original de esa crítica surgió de un comentario que no estuvo a la altura de quien aspira a ser presidente. Para criticar a Destéfanis, dio toda la impresión de que Cornejo terminó haciéndose eco de un chusmerío de pueblo y no de una observación surgida del análisis político y que haya tomado en cuenta, además, la potencia que hoy tiene el feminismo en la sociedad argentina.

Si pagará o no un costo electoral por sus dichos, el tiempo lo dirá. Pero lo que sí es prácticamente un hecho es que el actual diputado volverá a ponerse al frente de una campaña electoral para competir, ahora, por una senaduría nacional.

No solo se apresta a cumplir el deseo de Suarez (quien lo quiere a él y a Julio Cobos como cabezas de lista) sino que también le dará el gusto a los intendentes de Cambia Mendoza que ya se lo pidieron a coro. Cornejo cavila porque quiere que el gobernador asuma una serie de compromisos previos para dar el sí definitivo y está convencido de que correrá con desventaja ante Anabel Fernández Sagasti por los recursos nacionales que seguramente le volcarán a la candidata de Cristina Kirchner para reforzar su candidatura en Mendoza.

El peronismo también se acerca a la etapa de las definiciones. Anabel, como objetivo máximo de Cristina en la provincia, buscará su reelección en el Senado por seis años más y la duda es quién la acompañará como cabeza de las listas de Diputados. Una negociación ya está en marcha dentro del Frente de Todos y es que ese lugar sea ocupado por un intendente. Puede ser Emir Félix, Martín Aveiro y por supuesto que también corre aquí el lavallino Roberto Righi. Los tres dieron en su momento la batalla judicial contra Cornejo cuando este quiso ponerles freno a sus respectivas reelecciones y le ganaron. Pero, a dos años ya de esa disputa, asoma ahora la búsqueda una salida que los beneficie. Siempre lo dijeron: sabían que su tiempo como intendentes estaba llegando a su fin, pero lo que no iban a permitir era que fuera Cornejo quien los jubilara.

Cómo jugará José Luis Ramón en este esquema peronista, nadie lo sabe. Lo que está a la vista es su pegoteo con la Casa Rosada y serán las encuestas (y el arreglo interno que termine haciendo) lo que definirá si se presentará a competir con partido propio, terminará anexado en las listas que armará Sagasti o lo que sería para él la obtención de la medalla dorada por el salto: convertirse en funcionario del gabinete de Alberto Fernández.

El optimismo del Gobierno de cara a la elección puede dejar la impresión de que Suarez, Cornejo y Cobos transitarán la campaña en patines. Es cierto que las encuestas apuntan a que Cambia Mendoza revalidará sus títulos en la provincia, aunque el camino no será sencillo. Algunos sondeos ya le advirtieron al oficialismo que la victoria es probable aunque no será aplastante y que el porcentaje de votantes que se mantienen indecisos es alto. Una de esas mediciones marcó que el nivel de gente que todavía no sabe a quién votará llega al 35% en la provincia.

Ese electorado aún indefinido podría terminar dándole un voto de confianza al gobierno. Pero también está la alternativa de que opte por alguna de las terceras fuerzas que están en construcción y que, si adolecen de algún problema que aparece irresuelto todavía, es que ninguna de ellas tiene un candidato potente para mostrar. “En esta elección nadie se come aún a los chicos crudos. Si algo hay que hacer, es cocinarlos en la campaña para que no haya sorpresas”, se sinceró un oficialista.

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