El sindicalista petrolero que derrotó a Alicia, pero puede ser funcional a Máximo Kirchner

Claudio Vidal, el polémico líder del gremio petrolero de Santa Cruz, se transformó en otra de las grandes sorpresas de las elecciones del domingo. Obsesionado por llegar a la gobernación de esa provincia y al no llegar a ningún acuerdo con Alicia Kirchner, decidió ir por afuera del Frente de Todos y logró entrar en segundo lugar luego de Juntos por el Cambio, desplazando al oficialismo y quedándose que una banca de diputados nacionales.

De origen peronista y amigo de Máximo Kirchner, muchos creen que Vidal va a ser uno de los diputados “neutrales” que finalmente serán funcionales al FdT en la nueva composición de la Cámara de Diputados. Muy probablemente no se integre a la bancada que preside el jefe de La Cámpora y arme un monobloque. “Va a dar quórum siempre y seguro que cuando a Máximo lo necesite vote junto a los K”, dicen desde JxC aquellos que ya empezaron con el poroteo de la nueva cámara.

El secretario general del Sindicato Petroleros y Gas Privado de Santa Cruz no es un acérrimo opositor al Frente de Todos, ni mucho menos. Nació en la política con el kirchnerismo como telón de fondo: fundó en 2019 el partido SER desde el corazón del sindicato petrolero que dirige desde 2013 (que por estas horas busca retener sin mayores inconvenientes) y hasta julio pasado fue un aliado estratégico del kirchnerismo local.

Su partido se impuso en las localidades petroleras (casi por extensión a su poder gremial) y en las dos localidades de la Cuenca Carbonífera donde tiene sede la empresa Yacimientos Carboníferos Río Turbio, de la cual fue interventor Aníbal Fernández. El de SER no fue un ascenso descollante: 10 mil votos más sacaron en comparación a las PASO. Aun así, duplicó la suba del FdT, que mejoró en 5.000 sufragios, mientras que Jxc cayó en 1.200 votos.

Apuntalado por la caja del Sindicato Petrolero, en estos dos años Vidal amplió su plataforma electoral, construyó gimnasios, llevó ayuda social a los barrios, edificó escuelas, levantó proveedurías a precios más económicos y marcó presencia en toda la provincia con acciones sociales. Una campaña más que ambiciosa. Es titular de un gremio con cerca de 8.000 afiliados en la provincia de Santa Cruz con muy buenos salarios.

Tuvo un ascenso meteórico en términos económicos, sociales y políticos en muy poco tiempo. Se inició en el mundo petrolero como peón en la empresa WellPro. Cobró notoriedad en 2011 en la toma de la planta de YPF de Las Heras por despidos y retrasos salariales. Era delegado de los operarios de la empresa Quintana y fue el líder de la revuelta. Con 35 años en 2013 ganó las elecciones del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Santa Cruz. Y fue reelecto en 2017 con una victoria contundente. Ha acumulado tanto poder y dinero que lo llaman el "Moyano santacruceño".

Evidentemente la cantera de dirigentes kirchneristas en el terruño de Néstor se viene agotando y en esta oportunidad el oficialismo decidió presentar como candidato a diputado al intendente de Puerto Deseado, Gustavo “Kaki” González, y a la actual funcionaria municipal de Río Gallegos, ex-UCR, Moira Lanezán Sancho, y a Carlos Aparicio, delegado del Ministerio de Trabajo en Caleta Olivia. Candidatos con escasa competitividad como para defender la gestión provincial.

Tan confiado estaba que el domingo, cuando todavía no habían terminado de contarse los últimos votos de las urnas, Vidal lanzó su carrera a la gobernación para 2023. Se trata de una carrera meteórica; otros advierten que es el emergente de un kirchnerismo-peronismo inmerso en una crisis de liderazgo que busca un heredero local. Su perfil agresivo y duro, típico de los sindicalistas petroleros, pueden ponerle un techo en el 2023. La cuestión central es si La Cámpora local va a jugar o no detrás de su postulación a gobernador. Todo va a depender de su negociación con Máximo.