Análisis

Qué quieren los dos sectores contrapuestos que pueden gobernar Argentina

El politólogo Paulino Rodrigues habló en MDZ Radio sobre los escenarios posibles después de que se conozcan los resultados electorales.

MDZ Radio
MDZ Radio domingo, 14 de noviembre de 2021 · 20:33 hs
Qué quieren los dos sectores contrapuestos que pueden gobernar Argentina
Foto: La Nación

El politólogo de MDZ Radio, Paulino Rodrigues, hizo un balance sobre esta elección general tras el cierre de la votación en todo el país. Dijo que ningún boca de urna es serio y que la oposición tiene una responsabilidad que el pueblo le quitará si no la ejerce. 

Estos son los puntos más importantes de su columna:

  • La participación de esta elección fue arriba del 72%, es más que en las PASO pero menos que cualquier elección es general, pese al buen clima general del país, salvo excepciones.
  • Tengo la impresión de que a partir de las 21 horas vamos a tener que leer y empezar a descifrar hacia dónde va el Gobierno, qué Gobierno queda desde mañana, cómo es el peso específico de los equilibrios internos dentro del Gobierno, qué actitud toma Cristina Fernández de Kirchner y cómo eso repercute en el Gobierno y en la oposición qué identidad irán a buscar.
  • Hoy la oposición fue un instrumento de la sociedad para decirle "basta" al Gobierno pero no tienen ningún cheque en blanco. Y, por otra parte, resta dilucidar cuán homogénea es, porque hacia adentro se discuten liderazgos ya -a partir de mañana- de cara al 2023.

¿El diálogo entre el Gobierno y la oposición  es posible?

  • Ningún sector de la oposición se sentará a dialogar mañana ingenuamente después de una victoria electoral con un Gobierno debilitado para ese abrazo de oso y para terminar por validar aquello que ese Gobierno no hizo y pateó para adelante, como el sinceramiento de tarifas, la devaluación y eventualmente las reformas estructurales que hay que debatir: jubilatoria, tributaria y laboral. No veo un caldo de cultivo para un diálogo genuino, fecundo, fruto de la confianza y de la fortaleza de un gobierno. 
  • La oposición puede decir: "¿quieren diálogo?, bueno nos sentamos a dialogar pero con estas condiciones: bajamos de 167 impuestos a menos de 120, hay derogar 40 impuestos. Reforma laboral, que incluye entre otras cosas el no aporte obligatorio a los sindicatos sino que pasa a ser un aporte voluntario. Y derogar los convenios colectivos de trabajo y establecer una reforma que establezca un seguro de desempleo generalizado que el trabajador o empresario pague mientras se lleve adelante la función. Con lo cual el empresario tiene determinado cuál será el costo de la indemnización futura. 
  • Todo eso ahuyenta al oficialismo. Va a depender de qué quiere la oposición. Ahora la sociedad los va a mirar, porque si la oposición se diluye y termina abrazada por el oficialismo, cuidado porque no tienen votos propios, sino prestados.
  • En Argentina hay 2 partidos políticos. Uno es el de los que creen que tomando café en una mesa se resuelven los problemas del país si se ponen de acuerdo. Allí estarían Horacio Rodríguez Larreta, Sergio Massa, Alberto Fernández, Manzur, los gobernadores, algunos dirigentes gremiales, expresiones de JxC, etc.  
  • Luego están los extremos, los que creen que Argentina sale adelante si un sector se corre del escenario político en términos de importancia. Esos son los Cristina, con La Cámpora, el kirchnerismo más explícito, los Sabbatella y los Macri, con Patricia Bullrich, Cornejo, Milei.
  • Los Macri dicen: "Para que este país salga adelante hay que hacer una reforma que rompa los sindicatos, discutir el sistema de obras sociales para los gremios -algo inédito en el mundo-. Si no rompemos con los privilegios que ostentamos hasta acá no hay construcción posible de Argentina en términos de empleo genuino, inversiones, reglas de juego, etc".
  • Desde el otro sector te dicen: "Tenemos que romper las corporaciones, las grandes empresas, poner más impuestos, tener un estado más omnipresente. ¿Quién financia? Emitamos, licuemos con la inflación las deudas de todos y así vivimos.
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