El repentino sincericidio de un candidato que vaticina la derrota del Frente de Todos
"Lo único que queda claro es que en cada localidad todos tenemos conocimiento de quién no fue a votar y debemos ir a buscarlo. No sabemos cuál será el resultado de la operación, pero el esfuerzo está ahí", reconoció un importante candidato a MDZ. Por qué creen que la experiencia "fracasó".
“Vamos a buscar cada voto hasta debajo de las piedras. Pero así y todo no sé si nos alcanza”, le dijo uno de los más conocidos candidatos de la lista de diputados nacionales del Frente de Todos a MDZ, que además no entiende cómo no se le da un rol más importante a Victoria Tolosa Paz en medio de la campaña. “La invisibilizan, la corren pero la lista es la lista”, agregan.
Lo que le queda en claro a quien le habla en absoluta confianza a MDZ, conocedor de todos los recovecos de la alianza gobernante, que “el Frente que deseábamos constituir en 2019 fracasó. No dimos respuestas y así como está tampoco las dará. Es imprescindible reconfigurar el proyecto”.
En su análisis, las concertaciones como las que se intentó en Argentina, “no se arman tal cual lo hicieron Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa. No se pueden lotear todos los ministerios”, apuntó. Al tiempo que propone modelos más exitosos, donde “cada uno se dedica a lo que más sabe. Acá, en cambio, todos creemos que sabemos de todo”.
Esta descripción, contada casi de manera descarnada por uno de los que más creyó en el “volvemos mejores”, se sigue observando en la actualidad, cuando la multiplicidad de corrientes que conviven en el Frente de Todos arman y rompen alianzas y que los cambios, impuestos “para contener y seguir la sangría”, son sólo eso, diques de contención.
Al presidente Alberto Fernández no le gusta el rol que le están dando y en el que también se autoimpuso. “Lo hacen quedar como un vago que se despierta tarde”, le dijo uno de sus colaboradores con referencia a los horarios que dispuso Juan Manzur para su tarea diaria, que inicia a las 07.00 metódicamente.
Tampoco confía Máximo Kirchner, quien ya empieza a hablar mucho más seguido de lo que lo hacía habitualmente. Si bien no pudo contestar por qué motivo necesita tantas propiedades, en diálogo con Alejandro Bercovich, sí está dispuesto a explicar qué modelo persigue para la Argentina que pretende representar.
Las miradas diferentes también abundan cuando se toca el tema económico. Aquí, Sergio Massa, Máximo Kirchner, Axel Kicillof y muchos otros creen que el ciclo del trío Martín Guzmán, Matías Kulfas y Claudio Moroni, a cargo de Economía, Producción y Trabajo, respectivamente, está acabado.
Sin embargo, los que quedan del nonato albertismo creen que si hubiera habido más Guzmán & Cía y menos kirchneristas defendiendo a funcionarios como Federico Basualdo, en Energía, o Paula Español, en Comercio Interior, la suerte del Gobierno hubiera sido otra. Y ni que hablar de Nicolás Trota, quien pretendía abrir mucho tiempo atrás las escuelas, clausurada por la troika bonaerense de Kicilof – Baradel – Kreplak y Gollán.
Ahora, todas las fichas están en que “los nuevos” salven la ropa y se transformen en la nueva cara del Gobierno. Mientras que Manzur podría resistir si el resultado general mejora, Martín Insaurralde en provincia de Buenos Aires, se transformaría en el conductor natural de la Provincia si achica la diferencia en contra o, inclusive, revierte la elección de las PASO en noviembre próximo.
Sin embargo, la misma desconfianza que empezó a generar Manzur en algunos ministros y diputados, se profundizó cuando se va a la provincia de Buenos Aires, el corazón del problema del kirchnerismo, que se transformó en un partido del Conurbano, en particular, de la Tercera Sección electoral, zona oeste y sur del Gran Buenos Aires lindero con la Ciudad.
En la gobernación, los problemas que pretendía solucionar Kirchner con la intervención maternal de la vicepresidenta sobre el gobierno de Kicillof, no desaparecieron.
A Insaurralde, el jefe de campaña virtual, intendente en uso de licencia de La Plata, amigo de Máximo y Sergio Massa, no le dieron la misma jefatura que tenía su antecesor, Carlos Bianco, a quien le armaron una asesoría especial con muchas responsabilidades que antes recaían en jefatura.
Ahora están pensando en amigos de Massa para llenar esos casilleros. Un importante legislador, con varios años de mandato, fue llamado el mismo día de los anuncios para que se incorpore. Luego de una serie de consultas, se quedó dónde estaba. Igualmente, “para que no pongan a más desconocidos”, es muy probable que algún otro amigo de Kirchner y Massa asuman en los próximos días.
Con otro perfil, tampoco le gustó demasiado a Leonardo Nardini, quien se tomó licencia de Malvinas Argentinas para hacerse cargo de Obras Públicas provincial, que su antecesor, Agustín Simone, haya sido “premiado” con áreas que antes pertenecían a Infraestructura.
Desde Brasil, Daniel Scioli averiguó sobre un anticipo de MDZ. Quería saber cuán cierto era que su nombre estaba siendo analizado para el día después de las elecciones generales. “Lo que lo había atrapado era la Cancillería, pero ahora, con Santiago ahí, que a su vez lo conoce y se quieren mucho, no hay mucho espacio”, confesó un amigo que dialoga muy frecuentemente con él.

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