Análisis

Aceleradamente, Máximo y Cristina pierden el respeto de los socios

Ahora, de repente, todo se dice y no se cuidan ni las formas ni los modos. Máximo Kirchner, Sergio Massa y Cristina Fernández de Kirchner empiezan a ser los centros de todos los enojos, cuando antes sólo caía en el presidente Alberto Fernández. Habrá que ver qué pasará después del 14 de noviembre.

Alejandro Cancelare
Alejandro Cancelare domingo, 3 de octubre de 2021 · 22:17 hs
Aceleradamente, Máximo y Cristina pierden el respeto de los socios
Foto: Télam

En otro momento hubiera sido imposible que Hugo Moyano le hubiera dicho "mínimo" a Máximo Kirchner. Lo dijo durante una de las últimas reuniones de los dirigentes obreros de su cercanía antes de las PASO. Es que él no lo quiere. Intuye que es reciproco, pero la campaña hizo que todo se diluyera en una anécdota, donde estaba a flor de piel su corrimiento de la lista de candidatos en desmedro del "prolijo" Sergio Palazzo. 

La Bancaria es uno de los sindicatos que más empleos perdió en el último tramo de la Pandemia

Moyano había sido el presidente del PJ bonaerense cuando el peronismo perdió en 2009. Ahora está pidiendo lo mismo para el hijo de los dos presidentes, quien se hizo cargo del partido de manera remota. Le reprocha a los Kirchner, además, que La Bancaria es uno de los sindicatos que más empleos perdió en el último tramo de la Pandemia, a pesar que el sistema financiero "siguió ganando como nunca". 

Moyano había sido el presidente del PJ bonaerense cuando el peronismo perdió en 2009

La posibilidad, siquiera analizada, que Alberto Fernández hubiera podido mantener tres días su postura con respecto al gabinete derrotado, es otro punto. Muchos creen que la discusión, que la vicepresidenta quiso zanjar con una carta, tendrá un segundo round, ¿definitivo? luego del 14 de noviembre, fecha de las elecciones generales.

Axel Kicillof tuvo que soportar que quien siempre lo defendió, destrozó las buenas relaciones con Horacio Rodríguez Larreta y quien siempre lo sostuvo en cada una de las posturas en favor de la cuarentena eterna, ahora lo haya llamado a Santa Cruz para imponerle un cambio de gabinete que todos le pedían, de manera directa o indirecta, desde Máximo Kirchner hasta Sergio Massa, pasando, por supuesto, por la mayoría de los intendentes.

Hace un mes, cuando todavía no había pasado el terremoto de la derrota de las PASO, Fernando Espinoza, el indisciplinado y siempre líbero intendente de La Matanza, había recibido al gobernador en un acto en su localidad con el brutal saludo. "Seguro que algunas cosas no las ha visto, porque lo traen directo". le tiró sin decir buen día. 

El viernes pasado, cuando lo recibió en Escobar, luego de sostener que Kicillof "no escucha" y que la derrota era "irremontable", Ariel Sujarchuk le comentó, en medio de todos los periodistas que los acompañaban en la Feria de la Flor, que "la gente pide muchas cosas, entre otras las reelecciones de los intendentes. La Reina de la Flor la tiene, por qué nosotros no?". Risas, y salidas por el foro. 

Axel Kicillof y Alberto Fernández

Así es casi a diario. Según informó Beto Valdez en este medio hace cuatro días, el presidente del bloque de diputados nacionales la pasó muy mal en una reunión de bloque, donde muchos de sus pares le dijeron, en público, lo que antes opinaban sólo en privado, y con mucho cuidado. 

Massa, quien no puede alinearse con Fernández porque sabe que el presidente es el principal responsable por su actual situación, ya que no pudo sostener a ningún funcionario de su confianza, "menos me bancará a mí", pensará, sigue insistiendo en que todos lo van a necesitar en algún momento. Sin embargo, hay muchos que no piensan igual, pero con tal de ganar, como lo han demostrado, se aferrarán a cualquier bote que los lleve a la otra orilla. 

"La cristinización del gobierno no va a suceder", dijo, tajante, un ministro que no suele hablar ni en off ni en on pero que conoce cómo son las relaciones después del 12 S. Para esto muestra cuanta encuesta le llega a su despacho. La culpa de la mayoría de lo malo del gobierno lo tendría la vice, más allá que la hecatombe electoral la produjo la clandestina de Olivos.

Los gobernadores y los intendentes ya empezaron a trabajar en su propia subsistencia. No hay proyecto de reelección para Fernández y parece que tampoco tienen demasiadas chances quienes vienen atrás, creyendo que pueden ser el cambio dentro del propio oficialismo. 

También hay hipocresía en los reproches de estas horas. A Kicillof, uno de los grandes derrotados política y personalmente, nadie lo quería cerca en la campaña. Ahora le endilgan que "no puso el cuerpo". Insidiosos, le pasan todas las facturas juntas, que el gobernador, por su mecanismo y relato, amontonó durante sus diecinueve meses de gestión. Pero todos lo dicen. "Cristina se equivocó con su designación".

Massa, Alberto y Máximo

La llegada de Martín Insaurralde a la jefatura de gabinete de la Provincia de Buenos Aires parece más una reivindicación para la política territorial que cualquier otra cosa. Era el candidato que no trabajó lo suficiente para ganarse la postulación en 2019 y tuvo que aceptar, como lo hizo el resto, que Kicillof y Carlos Bianco, con su Clío, le ganaran por voluntad y perseverancia la candidatura. 

Pero Insaurralde era la síntesis de un grupo que se siente mucho más identificado con él que con el ex vecino de Caballito. Ahora creen que puede ser la cara del proyecto en 2023. Pero, pasaron cosas, y el intendente en uso de licencia de Lomas de Zamora lo sabe. 

Ni Cristina Fernández de Kirchner es la que garantiza los votos. "Con ella ahora tampoco se puede", dicen hirientes. Y Máximo Kirchner no pudo enderezar las distancias que tienen los modos y los métodos con la sociedad a la que pretende representar. Habrá que ver si en cuarenta días eso lo revierten para constituirse, como pretenden, en los conductores del todo. 

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