EEUU: final del sueño americano y una democracia herida
El sueño americano que se representaba en la calidad de vida e institucionalidad que prometía EEUU se derrumbó. Señales de una crisis profunda.
Hace ya varios años se derrumbó el "sueño americano”. La seguridad de que con esfuerzo constante, férrea voluntad, deseos de superación e impronta emprendedora y creadora, el ascenso económico y humano estaban asegurados , se ha convertido prácticamente en una quimera.
No alcanzan esos parámetros para asegurar la prosperidad y una mejor calidad de vida. Millones de nativos y migrantes , sobre todo de México, América Central y también Sudamérica, luchan diariamente por conseguir los papeles de residencia y se esfuerzan en trabajos duros, no realizados por los estadounidenses, que les permitan sobrevivir. El” sueño americano” ha quedado lejos, muy lejos y reservado sólo para algunos elegidos.
Profesionales altamente capacitados y expertos en tecnología que aseguren capacidad y agreguen valor son los recursos humanos apreciados y requeridos por un durísimo y feroz escenario económico y
laboral.
The end of American dream
También lo que más sorprende , ocupa y preocupa a gran parte del mundo y en particular a los analistas políticos de mayor renombre mundial es el deterioro democrático del “país de la libertad y de la institucionalidad”. Desde algunos años se percibía un continuo deterioro de la vida institucional americana. Al rigor creciente de la vida económica , se sumaban la persistencia en la violencia ejercida por la policía sobre la población negra , el aumento del armamentismo de la población, sobre todo los blancos extremos, y un deterioro de la eficiencia y eficacia de la burocracia.
Con el advenimiento de Trump al poder se agregó, a las desventuras mencionadas, un populismo a la americana desconocido y la instauración de una grieta en la sociedad entre trumpistas fanáticos y los demás ciudadanos. Con su verborragia altanera y muchas veces con errores incomprensibles e insólitos Trump debilitó la otrora fuerte institucionalidad e incitó
y avaló una fuerte polarización.
Con su derrota electoral “ no aceptada” y con argumentos falaces e inaceptables consiguió tensionar in extremis al sistema democrático. El broche culminante fue la toma por varias horas del Capitolio, por un variopinto de personajes extremos, fanáticos y hasta lúmpenes algunos. Las amenazas a congresistas que darían formalidad al triunfo de Joe Biden, el destrozo de parte del Capitolio y sobre todo, la muerte de cinco personas , dejaron en evidencia la herida del sistema democrático americano, como pocas veces visto. El lugar, símbolo de la representación del pueblo, de cada uno de los ciudadanos estadounidenses, fue agraviado y herido, ante el silencio inicial de muchos y la incitación del propio Trump; “pórtense salvajes” tuiteo, para luego borrarlo.
El daño quedó hecho, la democracia fue lesionada y mucho y con convicción republicana va a tener que trabajar toda la política para restaurar la República lesionada. El otrora país de los sueños, de la democracia, de las libertades está en discusión e incluso en peligro. Su altanería debe mutar en sabiduría prudente para recomponer la herida abierta.
Con sus errores , prepotencias y excesos, EEUU es el país del mundo occidental más poderoso. En lo democrático institucional hoy se asemeja a la gran cantidad de países con sus democracias debilitadas y vacilantes. Un retroceso grave y no previsto en tal magnitud.
Nota de la redacción: Twiter suspendió la cuenta de Trump para siempre. Ahora la censura depende de las empresas privadas
tecnológicas dominantes? Pese a los exabruptos habituales de Trump, sus excesos y desvaríos , la suspensión de su cuenta constituye un acto de censura y eso también hiere y afecta la democracia.