La imagen de Alberto Fernández cae en la variable que más lo perjudica

La consultora Poliarquía realizó un estudio sobre "lo que está haciendo Alberto Fernández en relación al coronavirus". En la tercera semana de abril, se ve un pico verde de 84% que lo aprueba y un piso rojo de 9% que lo desaprueba. Actualmente esas variables tendieron a cambiar considerablemente y hoy están a sólo 14 puntos de distancia: 53% y 39%.

La caída de la imagen del presidente se centra en el manejo de la crisis por la pandemia en Argentina. El estudio incluyó un relevamiento de 1.678 casos telefónicos, entre el 31 de agosto y el 3 de septiembre. Los encuestados fueron personas en centros urbanos de más de 10.000 habitantes y sólo a mayores de 18 años.

Cuando arrancó la pandemia en el país en marzo, Alberto tenía 48 puntos de aprobación y 34 de desaprobación. A día de hoy, la diferencia de 14 puntos se mantiene, pero subieron ambos parámetros. 

El director de Poliarquía, Alejandro Catterberg, analizó los números: "¿Por qué creo que Alberto Fernández tuvo y todavía tiene niveles de popularidad relativamente altos? Esto dependía de tres variables".

Las variables, según Catterberg, son:

1. Lo que fue su posición inicial respecto al coronavirus y la pandemia, que estaba en sintonía con lo que una mayoría social demandaba y recibió bien.
2. Un posicionamiento superador de la grieta. Las conferencias de prensa en las que el Presidente se sentaba junto a Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta, que ya terminaron, eran conferencias en las que la sociedad veía una clase política que parecía que se unía y unificaba, más un Presidente que hablaba en un tono moderado.
3. El último punto es que venimos en los últimos tres o cuatro meses, con una inflación corriendo al 2%, que es mitad de lo que veníamos teniendo.

Además, el director agrega que la inflación cada vez aumenta más y que el Alberto Fernández tranquilo ya quedó en el olvido. Ahora se ve a un presidente más kirchnerista y menos moderado a la hora de declarar y buscar consenso. 

Fuente: Clarín