Ramón en su salsa: pegado al kirchnerismo, su voto será clave para aprobar la reforma

El dictamen sobre la reforma judicial que el kirchnerismo impuso divide más las aguas. En la Cámara Alta el oficialismo tiene la aprobación garantizada por el peso de la vicepresidenta Cristina Fernández. Pero la tensión recaerá sobre Diputados y allí las luces estarán sobre algunos legisladores en particular. Se trata de quienes tienen posturas volátiles y que pueden aportarle al gobierno los votos que necesitan para dar quórum y aprobar la reforma. 

En ese plano, el mendocino José Luis Ramón tiene un rol protagónico. El ex líder de Protectora avaló el proyecto con su presencia en la presentación y ahora, aseguran, tiene una sonrisa en su boca porque "se incluyeron en el dictamen algunas sugerencias" realizadas por él. 

Ramón parece dar por aprobada la reforma. Es que posteó en las redes algunos mensajes que van hacia "adelante". "Debemos avanzar hacia el cumplimiento de la norma en los próximos nombramientos de la estructura judicial", dijo el diputado mendocino, bajo el hashtag #ReformaJudicial. Justamente el principal punto del proyecto del oficialismo es la creación de nuevos juzgados y cargos. Así, Ramón ahora pide que los cargos nuevos, más de 20 en Comodoro Py y tres en Mendoza, sean ocupados según la ley. "Vamos a exigir el respeto por el ingreso democrático a la justicia. La no aplicación de la Ley 26.861 aleja la justicia de sus beneficiarios y hace imposible el ingreso de nuevas perspectivas", dijo Ramón.

En los alrededores del Congreso al mendocino ya lo toman como parte del oficialismo. Sus movimientos en tándem con la senadora Anabel Fernández Sagasti así lo marcan. Pero las dudas también están en cómo se moverá su bloque: si responderán al mandamiento de apoyo o sacarán los pies del plato. En la Cámara de Diputados el oficialismo necesita 11 votos "extra bloque" para conseguir quórum y aprobar la reforma. Antes, deben habilitar la prórroga para sesionar de manera remota. La misión de convencer y negociar está en manos de Sergio Massa y Máximo Kirchner. Ramón está contado por el oficialismo casi como propio. 

Los próximos días serán clave para el futuro de una reforma que, según lo plasmado en el dictamen aprobado en el Senado, tiene la huella indeleble de la vicepresidenta.