La estrategia de negociación que puso en alerta a los bonistas

El presidente Alberto Fernández quiere evitar el default y está dispuesto a acercar posiciones con los fondos internacionales que invirtieron 66.000 millones de dólares en títulos soberanos de la Argentina. Sin embargo, encontró una fuerte resistencia de los bonistas de Nueva York, quienes piden el desplazamiento del ministro de Economía, Martín Guzmán, como único negociador y amenazan con iniciar un juicio en los tribunales de Manhattan si el presidente no acepta los requerimientos financieros de los acreedores.

Como respuesta a las amenazas, el presidente avaló que el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, postergue un pago de 103 millones de dólares que debía cancelar esta semana. Entre los acreedores privados de Buenos Aires también aparecen varios fondos internacionales que compraron millones de dólares en títulos soberanos de la Argentina.

El domingo pasado, Kicillof conversó con Fernández y Guzmán y alineó su estrategia de negociación de la deuda provincial con la estrategia que habían definido el jefe de Estado y su ministro de Economía. Esa estrategia nacional abría la negociación con los acreedores privados, pero no implicaba la rendición incondicional.

Según consigna Infobae, el mensaje de Fernández a los acreedores privados a través de las acciones de Kicillof es que acuerden con la Argentina porque, si vencen las deudas, puede ocurrir que no se paguen hasta que se acuerde un canje de bonos que beneficie a ambas partes. 

El presidente quiere que los distintos acreedores acepten el gesto de buena fe concedido por Guzmán al aumentar un 10 por ciento la oferta oficial y que el canje de bonos no vaya más allá del 22 de mayo. Ese día vence la propuesta y además Argentina debe pagar 503 millones de interés de los bonos Global. Si no hay acuerdo con los acreedores privados, Fernández puede seguir los pasos de Kicillof y Argentina entraría en default.