El "efecto invierno" que va a complicar más a Mendoza

La ley de presupuesto que fue aprobada por el Senado volverá a la Cámara de Diputados porque el oficialismo incorporó un artículo. Es, justamente, el que detalla dónde recortar gastos para hacer frente al pago de la deuda de este año y que el Gobierno buscaba refinanciar, pero no consiguió autorización. Adjuntas van las planillas para recortar partidas en algunos ministerios y en dos rubros en particular: el de obras y el de gastos de capital. “No vamos a poder equipar los hospitales, ni el Polo Judicial, ni terminar algunas obras”, explicaba Lisandro Nieri.
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Pero la restricción presupuestaria va a ser mayor y ya no por la falta de autorización para financiarse. El problema son los recursos. Mendoza va a tener menos ingresos, así como ocurrirá en todo el país.
Todas las fuentes de ingresos de la Provincia están a la baja, incluso las que dependen del Gobierno nacional. Y las perspectivas son negativas. La recaudación por el IVA, por ejemplo, está muy por debajo de la inflación y las provincias lo sienten.
El impuesto a los ingresos brutos, el principal tributo provincial, también está a la baja. Se trata de uno de los impuestos más distorsivos, pero también que más ingresos genera para el Estado. Al igual que el IVA, es un indicador de la actividad económica. Desde mayo del 2018 todos los indicadores económicos son negativos.
Así como la reactivación prometida por el Gobierno nacional no llega, para los próximos meses se espera que la retracción sea más aguda porque hay actividades económicas importantes para Mendoza que no mejorarán por efectos del coronavirus. En invierno se espera que el turismo receptivo disminuya como ocurre en todo el mundo, lo mismo con la organización de congresos y todo lo relacionado al entretenimiento. Una especie de “efecto invierno” para prevenir la transmisión del coronavirus que va a afectar a la economía doméstica. Con todos encerrados en sus casas, se genera menos riqueza.
El turismo es la actividad más dinámica de la economía de Mendoza porque genera ingresos en el comercio, las bodegas, el transporte y todo el circuito de consumo. Por eso los pronósticos de caída del PBG este año quedarán cortos.
En el Gobierno analizan alternativas para hacer frente a la contingencia. La salida más “rápida” es la que tomó la Provincia de Buenos Aires: aumentar impuestos. Pero no es el camino elegido porque, entienden, no hay margen. “Si aumentas impuestos puede funcionar una vez, pero en algún momento se desequilibra todo y la economía cae más”, aseguran.
La estrategia del desgaste
En el gobierno sienten el golpe político por la negativa del PJ a autorizar la posibilidad de refinanciar la deuda y tomar créditos para obras. Del otro lado, en el peronismo disfrutan de lo que buscaban: un “triunfo” político en los papeles, aunque sin posibilidad de capitalizarlo, pero con efectos secundarios.
Si puertas adentro no pueden consolidar liderazgos, al menos se unen con un objetivo común: el desgaste de la figura de Rodolfo Suarez. Esa premisa tiene otra obsesión oculta (o no tanto). Tratar de responsabilizar discursivamente al ex gobernador Alfredo Cornejo por la fragilidad económica de la provincia.
Ayer hubo comunicación entre los tres sectores del peronismo para intentar que no se caiga la estrategia de votar de manera unánime en contra. La triangulación fue entre Anabel Fernández Sagasti, Emir Félix y Matías Stevanato. Los dos intendentes salieron rápido por redes sociales para marcar la cancha: Félix insinuó que habría nombramientos en el Senado y el intendente de Maipú aseguraba, al mismo tiempo, que no se iba a prestar a maniobras “de la vieja política”. Mientras, en el Senado, Adolfo Bermejo hacía uso de la palabra y mencionaba “rumores de ausentismo de legisladores” a cambio de favores. Pues los peronistas sugerían que el oficialismo ofrecía cargos en la Legislatura a cambio de votos o de “ausentismo”.
Si fue así, casi les sale. En la sesión de ayer faltaron Andrea Blandini y Bartolomé Robles y el Gobierno estuvo a un voto de conseguir los dos tercios para aprobar el endeudamiento. Para evitar el “triunfo” del Gobierno, Alejandro Abraham fue a votar en silla de ruedas. En el Gobierno estaban seguros que tenían los votos para aprobar el endeudamiento. Pero "llegó el llamado de Buenos Aires", explican, y se cayó el acuerdo.
La posibilidad de que el roll over y el financiamiento para obras se presente en proyectos extra Presupuesto no se descarta. Pero hay un problema de confianza mutua. El Gobierno y el PJ no se creen entre sí. De hecho las obras que podrían ser financiadas por el BID van a cumplir un año en los papeles. Primero no se aprobaron en paquete cuando las envió Alfredo Cornejo. Luego solo se autorizó la de la Ruta 82. Tampoco se hizo tras las elecciones como se había hablado. Y ahora también se desaprobó dentro del Presupuesto.
Con la renegociación de la deuda la situación es más aguda. “Lo que pedimos fue tener los instrumentos para enfrentar la situación y no tomar crédito. Son las mismas herramientas que tiene el Gobierno nacional y que acá por primera vez en la historia se niegan. Alberto Fernández tiene 9 emergencias declaradas y todos los días está emitiendo deuda para refinanciar”, explicó con bronca Lisandro Nieri. En Ministro de Hacienda asegura que es una obviedad que si las condiciones del mercado no son óptimas, no se toma deuda. Eso ya ocurrió, por ejemplo, con endeudamientos para algunas obras que no se tomaron porque era más caros de lo previsto. “Hubo autorizaciones para endeudarnos que no usamos porque no convenía. Lo que se necesita es tener las herramientas”, aseguró Nieri, quien cuestionó también al Gobierno nacional. “Desde que asumió el Gobierno nacional nada de lo que dijo ocurrió; salvo una cosa: De Vido está libre, pero la heladera sigue vacía, la economía frenada y no hay plan”, criticó.