Y un día apareció el ministro de Seguridad, Raúl Levrino

Sin lugar a dudas el 2020 fue un año que se salió de los planes de cualquier funcionario. Todos los ministros del gabinete de Rodolfo Suarez debieron dejar de lado sus metas y enfocarse en sobrepasar un año repleto de demandas. En ese contexto, se vieron obligados a aumentar su exposición y ser creativos para, por ejemplo, reactivar la economía o administrar un estado sin recursos. En ese plano, durante todo el ejercicio hubo un ministro que contrastó con el resto y prácticamente no figuró en la agenda. Se trata del ministro de Seguridad, Raúl Levrino, quien este sábado dejó de lado el "perfil bajo" y encabezó la conferencia de prensa por los incidentes en la Legislatura.

No lo hizo para hablar del caso de Florencia Romano, tarea que delegó en el jefe de Policía, Roberto Munives. Fue este último el que junto a los fiscales Fernando Guzzo y Claudia Ríos confirmaron el femicidio de la adolescente de 14 años. En realidad, a lo largo de todo el año Levrino ha sido esquivo a las cámaras y micrófonos. La mayoría de los temas vinculados con el Ministerio de Seguridad fueron comunicados por Munives o el subsecretario de Relaciones Institucionales, Néstor Majul.

Esto no quiere decir que Seguridad haya tenido poca actividad a lo largo del año. Todo lo contrario. Fue esencial en el control del aislamiento obligatorio en los primeros meses de pandemia y debió articular en conflictos puntuales como el tránsito entre fronteras. Pero para todos esos temas los voceros fueron siempre los mismos: Munives y Majul.

Ni siquiera el 23 de diciembre del año pasado, cuando se produjeron incidentes y represión durante las protestas contra la modificación de la ley 7722, Levrino salió a dar explicaciones sobre esos hechos. A eso le siguió una polémica en torno al monto que pensaba desembolsar el Ministerio de Seguridad por la compra de dos drones que costaban 50 mil dólares. Las explicaciones en ese caso tampoco las dio el ministro, sino el jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad, Hugo Sánchez.

En concreto, las apariciones públicas de Raúl Levrino han sido pocas. Defendió el presupuesto en la Legislatura, participó en conferencias de prensa junto al gobernador para hacer anuncios referidos a las fases de la cuarentena y no mucho más. "Está muy abocado a la gestión", responden desde su entorno cada vez que se intenta contactarlo por algún tema.

Puede que se trate de estilos de gestión y no está mal que así sea. Pero es inevitable marcar el contraste con el resto del gabinete provincial. El ministro de Hacienda Lisandro Nieri dando explicaciones constantes sobre la caída de la recaudación, las renegociaciones de deuda y la necesidad de contar con herramientas financieras para hacer frente al 2021. La ministra de Cultura y Turismo, Mariana Juri, recibiendo en persona a los mendocinos varados y avanzando sobre el turismo interno antes que otros puntos del país, allanando el camino para el arribo de turistas este verano. Incluso encarando el desafío de reconvertir la Fiesta Nacional de la Vendimia pensando en los artistas que dependen de ella.

Ni hablar del ministro de Economía Enrique Vaquié, quien ha tenido un año agitado con temas que van desde la reactivación de Potasio Río Colorado, el sector petrolero o los planes provinciales para poner en marcha la economía como el programa Enlace, o Mendoza Activa. O el caso del ministro de Infraestructura Mario Isgró, quien a pesar de la pandemia logró mantener en marcha el plan de obras de la provincia y el proceso licitatorio de Portezuelo.

El Ministro de Gobierno, Víctor Ibáñez, ha tenido que articular cada fase de aislamiento y distanciamiento en los que ha estado la provincia, muchas veces estudiando en detalle los decretos nacionales para encontrar una luz por donde escapar a las restricciones. Pero además de ello, es uno de los artífices de la reforma constitucional que ingresó a la Legislatura y del Consejo Económico, Social y Ambiental que comenzó a funcionar este año. 

Y por último la ministra de Salud Ana María Nadal. No hay dudas de que enfrentó un desafío enorme y probablemente haya sido una de las funcionarias que más batería gastó en el teléfono este año. El sistema sanitario fue clave para el éxito del manejo de la pandemia en la provincia de Mendoza y si no fuese por la tarea de todos los agentes, desde la ministra hasta los enfermeros y camilleros, la estrategia de Rodolfo Suarez de apostar al equilibrio entre economía y salud hubiese sido inviable.

Incluso los secretarios Natalio Mema y Humberto Mingorance han tenido más roce en los medios que Levrino. O el director General de Escuelas, José Thomas, cuya participación ha sido activa en la reconversión a la virtualidad de las clases y en el impulso a una reforma educativa. Y no es que al ministro de Seguridad le falte experiencia o que no se sienta cómodo frente a los micrófonos. Mientras se desempeñó como funcionario en la Municipalidad de Ciudad su estilo fue completamente diferente con una alta exposición.

Sea cual sea el motivo, ayer Levrino se sentó al centro de la mesa y encabezó la conferencia de prensa en el Ministerio de Seguridad en la que manifestó que durante los disturbios del viernes "quemaron símbolos de la democracia". Además el funcionario afirmó que los hechos que se dieron durante la manifestación en protesta por el femicidio de Florencia Romano fueron "violentos, antidemocráticos, antisistema y extremistas, que no tienen absolutamente nada que ver con el espíritu de miles de mujeres y hombres que se convocaron a la movilización".