Suarez se mete otra vez al laberinto peronista ¿hallará esta vez la salida?
Ya comenzaron los contactos del Gobierno con los intendentes del PJ para conseguir que avale el endeudamiento en dólares. Por ahora es una intriga si lo conseguirá, ya que tiene que negociar con más de un líder. Entre ellos, la neo-liga de los intendentes que responden a Fernández Sagasti.
La interna peronista jugará otra vez un rol fuerte en la definición del Presupuesto 2021 y el anhelo del gobierno de Rodolfo Suarez de conseguir la autorización de endeudamiento para realizar obras, además del permiso para refinanciar obras (roll over).
Es que, debajo de una aparente tranquilidad, las divisiones del principal partido de la oposición siguen presentes. Con más razón en los albores de un nuevo año electoral.
Un mensaje de Anabel Fernández Sagasti hacia adentro del PJ parecía presagiar una discusión presupuestaria menos erizada que la anterior, cuando Suarez se quedó al final sin financiamiento para obras. Esta vez, la senadora nacional del kirchnerismo dejó en manos de los intendentes mendocinos del PJ la negociación que se viene.
Podía interpretarse que Fernández Sagasti se corría del debate, y con ello, toda presión nacional del kirchnerismo para condicionar el presupuesto mendocino. Pero no parece ser así, debido a que el eje de los intendentes justicialistas, que en el pasado la enfrentaba, ya no es ajeno a su dominio.
De los seis intendentes del PJ, cinco están más o menos cerca de Fernández Sagasti. Es un vínculo que la senadora nacional alimenta con beneficios. Sin ir más lejos, el recientemente lanzado programa nacional "Municipios de pie", que reparte fondos en todo el país (160 comunas) por más de 1.000 millones de pesos.
El programa es controlado desde la Nación por el ministro del Interior, Wado de Pedro, y en Mendoza tendrá como beneficiarios a los cinco intendentes de Anabel: Lavalle, Santa Rosa, La Paz, Maipú y Tunuyán.
"Municipios de pie" provocó un fuerte pataleo del intendente radical de Godoy Cruz, Tadeo García Zalazar, ya que ningún municipio de la UCR quedó adentro del plan federal del Gobierno Nacional. Pero detrás de esta pelea, había otro dato importante que quedó velado: el reparto dejó afuera también a un intendente justicialista.
En efecto, San Rafael, el municipio controlado por Emir Félix, quien es el jefe comunal menos afín (por no decir enfrentado) a La Cámpora, no ligó fondos nacionales de este programa.
Para el Gobierno provincial, lo de "Municipios de pie" fue un dato importante, más allá de que Félix minimice que lo hayan dejado afuera de los fondos de la Casa Rosada. Aparentemente, porque no tiene "manager" en Buenos Aires.
Pasado en limpio, el verdadero comunicado de Fernández Sagasti podría ser, entonces, que el Gobierno provincial tiene que negociar el presupuesto con los intendentes de Anabel. Se plantea allí un dilema para Suarez, ya que el gobernador no puede marginar a Félix, debido a su poderío en la Legislatura.
De hecho, no es lo que ha ocurrido. El vicegobernador Mario Abed, quien tiene la instrucción suarista de negociar con todos, ya tuvo un diálogo con Félix sobre la pauta de gastos 2021.
El jefe comunal de San Rafael, como de costumbre, no aseguró nada. "Hay que ver para qué quieren el endeudamiento y el roll over, y cómo se devuelve", señaló. El peronista se ha ganado el mote de "palo enjabonado", por lo difícil que es para los acuerdos.
Lo que observa en el horizonte, entonces, es una discusión difícil, en la que el oficialismo deberá moverse con mucha cautela para sacar el presupuesto.
Félix buscará tener un protagonismo político que La Cámpora le retacea en el firmamento interno del PJ. Para el Gobierno esto es un dilema, ya que si ningunea a Félix, se le complicará la sanción en la Cámara de Diputados.
En efecto, Félix controla al peronismo en la Cámara Baja. Del mismo modo, La Cámpora, tiene el mando en el Senado. Cualquier endeudamiento requiere dos tercios de los votos y para ello, Suarez los necesita a los dos, y más: en el medio hay intendentes del PJ que conservan cierto perfil de líberos, como Roberto Righi (Lavalle).
Es un desafío el presupuesto, otra vez. Abed está tanteando a los intendentes peronistas sin urgencia, y sin meterse en las intrigas de la interna. Con la entidad que le da de haber sido uno de ellos, hasta hace poco.
Al cierre de esta nota le faltaba, por ejemplo, Martín Aveiro (Tunuyán), quien está enfermo de coronavirus y lo obliga a esperar. Pero no hay apuro. A la pauta de gastos le faltan entre dos o tres semanas, por lo menos, para llegar al recinto en Diputados.
El escenario para Suarez, si no fuera por la interna del justicialismo, sería un poco más favorable que cuando tuvo que discutir el presupuesto de este año.
Un punto a favor suyo es que la Cámara de Diputados de la Nación acaba de aprobar una línea de financiamiento para obras hídricas provenientes de un fondo árabe. Mendoza aparece en el esquema con acueductos y otras obras por 120 millones de dólares que manejará Irrigación.
El impulso del frente de Todos en el Congreso al financiamiento saudí es un buen antecedente para esta parte del endeudamiento que pide el gobernador. Pero hace falta un "doble conforme": la Legislatura provincial tiene que dar su propia autorización para el financiamiento en cuestión.
O sea, el desafío del gobernador, otra vez, es negociar con todas las caras del PJ para tener 350 millones de dólares de endeudamiento y "roll over" para refinanciar 11.000 millones de pesos el año que viene.
¿Con quiénes? Con Fernández Sagasti y su neo-liga de intendentes propios. Pero también con Félix, el inevitable del peronismo local.