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Macri también usó en 2015 aquella bomba del 'dólar recontraalto” de Menem contra Alfonsín

La estrategia del caos no es nueva y resulta más vieja que la injusticia. En 1989, un apurón con el dólar de los equipos de Carlos Menem desencadenó la inflación. <b>Fue con la promesa de un "dólar recontraalto"</b>. Ahora se le achaca a los contrapuestos equipos de cada uno de los dos Fernández del peronismo estar haciendo lo mismo. Pero la herramienta también la tuvo al alcance de su mano Mauricio Macri. <b>Primera conclusión</b>: si para cambiar todos hacen lo mismo, no se cambia nada, sino que se vuelve al mismo lugar en donde estábamos. <b>En el video de esta nota, un repaso por la historia argentina que vale la pena escuchar.</b>

martes, 30 de julio de 2019 · 14:32 hs

La política argentina es tan poco original, que como si viviéramos en un bucle de tiempo, condenados a repetir los errores en forma continua y sin posibilidad de salir de allí catapultados hacia una realidad mejor, repite recetas una y otra vez. El resultado para una misma forma de hacer las cosas les sirve: ganan los mismos, pierde el país.

Hoy muchas notas recuerdan la operación realizada por el peronismo para que el presidente Raúl Alfonsín abandonara el poder lo antes posible. Con Carlos Menem ganador y Guido Di Tella golpeando las puertas de los organismos internacionales de financiamiento, propuso aquello del “dólar recontraalto” y, obviamente, en el país cuya matriz de viveza criolla es la especulación (y la financiera en particular) los que podían hacerlo salieron a comprar dólares baratos un viernes suponiendo que el lunes estaría así de alto como lo había dicho el vocero del presidente electo. Resultado: corrida financiera, estallido inflacionario, caos, incertidumbre, debilidad para el ejercicio de la ciudadanía sin un tutor fuerte y a quien delegarle, digamos, "todo". Perdedores: los de siempre. Ganadores: los de siempre.

Escuchá el podcast:

A todo gobernante nuevo le conviene llegar desde un escenario caótico, para mostrarse paternal y prócer de “un nuevo comienzo”, siempre. Nada de continuidades que permitan al país avanzar en una línea racional: esa posibilidad solo cabe en los países vecinos, pero aquí no.

Hoy está azuzando a los monstruos Alberto Fernández, necesitado de romper su techo electoral, importándole bastante poco hacerlo con nuestras cabezas, ya que el objetivo es uno solo “volver” y para eso hay que “ganar o ganar”. Más ambición de poder que vocación por la gestión pública, en forma desaforada.

Pero para ser justos, ahora que la mayoría de las versiones mediáticas hacen un per saltum entre aquel “dólar recontraalto” que prometía Menem e hizo irse a Alfonsín antes de tiempo y las trapizondas del contradictorio equipo de Los Fernández, hay que mencionar lo que hizo el propio Mauricio Macri en los últimos días de Cristina Kirchner, cuando le recriminaba a Scioli, su contrincante, “¿en qué te han convertido, Daniel?”.

En noviembre de 2015, Macri aseguró que “un dólar a $16 no tendrá incidencia en los precios internos”. Cuando asumió NéstorKirchner en mayo de 2003, el dólar valía $2,90. Sobre el final de la segunda gestión de Cristina Fernández el precio oficial alcanza los $9,60, cepo mediante y cotizaba a $15 en negro, denominado “blue” o “mercado paralelo”. El Día 1 de Macri en la Casa Rosada, el dólar oficial cotizó formalmente a $9,84.

En el último tramo de la campaña, justificó Macri entonces que “los formadores de precios lo hacen al dólar paralelo y no al oficial”. Escribió entonces el periodista Fernando Alonso: “Cuando un candidato con las probabilidades de Macri de acceder a la presidencia rompe con la lógica del teorema de Baglini es porque está detrás de otro objetivo, que debería ser superior al de ganar las elecciones, como podría ser desestabilizar a la administración de Cristina Fernández para generar un clima de descontrol económico que justifique un plan de ajuste como el que reiteradamente sostienen sus economistas que será necesario para corregir los desequilibrios macroeconómicos”.

Lo curioso es que Alonso también en 2015 como hoy lo estamos reproduciendo todos citó el antecedente que desplazó forzadamente a Alfonsín de la presidencia. Leámoslo, para evitar remar con un solo remo y seguir dando vueltas sobre el mismo sitio, siempre:

- “Hurgando en el pasado, surge la comparación con la transición entre el presidente saliente Raúl Alfonsín y el entrante Carlos Menem, todavía sin convertirse al ultraliberalismo pero ya conciente que una salida caótica de su predecesor mejoraba más que condicionaba su llegada al gobierno’”.

- “En aquel proceso político fue el economista Guido Di Tella uno de los asesores de Menem quien sorprendió anticipando que el presidente electo quería un ‘dólar recontraalto´”.

- “La economía que dejaba Alfonsín tenía un déficit fiscal de 10 puntos del PBI, el default externo, el déficit comercial y las arcas del Banco Central vacías. Las declaraciones de Di Tella aceleraron cualquier proceso en marcha hasta desembocar en la primera hiperinflación”.

- “Las declaraciones de Macri se parecen en mucho a aquellas de Di Tella. Y la economía que deja la gestión de Cristina Fernández también tiene un 10% de déficit fiscal, default externo y reservas exhaustas. Solo que, políticamente, el Gobierno demostró tener mucha más capacidad para gestionar la crisis”.

La cita a este periodista es antojadiza y no responde a otra cuestión más que al azar: el que busca, encuentra y no resulta tan difícil encontrar momentos análogos en la historia política argentina, si es que la memoria propia no nos alcanza o si las nuevas generaciones están pendientes de un presente permanente.

Y el tema final a subrayar, en todo caso, ya no es lo que dice Alberto Fernández, las posverdades de Cristina Kirchner, lo que hace, no hace o tropieza al intentar hacer Mauricio Macri, sino esta pasión criolla por el caos, empezar de nuevo, el mesianismo político y el poderoso motor de la economía del país representado mejor por la especulación que por la producción, a pesar de los esfuerzos ingentes de cientos de miles de emprendedores por cambiar la realidad desde abajo.

Algunos videos que hay que escuchar: