Viajaron a Córdoba para disfrutar el fin de semana XXL pero vivieron una pesadilla
Cuatro amigos de Santa Fe que viajaron a Córdoba por el fin de semana XXL sufrieron el robo de tres motos: les incendiaron una y les destrozaron las otras dos.
Lo que buscaba ser un fin de semana XXL de descanso en las sierras de Córdoba entre amigos terminó convirtiéndose en una pesadilla.
Lo que buscaba ser un fin de semana XXL de descanso entre amigos terminó convirtiéndose en una pesadilla. Cuatro jóvenes de Santo Tomé, provincia de Santa Fe, que habían llegado este jueves a las sierras de Córdoba fueron víctimas de la inseguridad. Según denunciaron, les robaron tres motos, una fue incendiada y las otras aparecieron destrozadas en un descampado.
“Llegamos entre la una y las dos de la tarde, comimos algo, volvimos, lavamos las motos y nos quedamos tranquilos en la casa”, contó Lionel, uno de los damnificados. Nunca imaginaron que mientras dormían, y en medio de una noche ventosa, delincuentes patearían el portón de la vivienda que alquilaban en la localidad de San Antonio de Arredondo, a pocos kilómetros de Villa Carlos Paz. para llevarse sus motocicletas.
Te Podría Interesar
Al despertar, la escena fue desoladora: las dos Kawasaki Z400 y la Suzuki DR650 habían desaparecido. La búsqueda comenzó de inmediato. La primera pista apareció a solo una cuadra, en la costanera: la Suzuki estaba completamente quemada. “Una moto con 15 litros de nafta ardiendo en plena calle, y nadie vio nada… es rarísimo”, lamentó Lionel.
Noche de terror en las sierras de Córdoba
Horas después, siguiendo huellas de neumáticos y rodeando un basural en la zona de Mayu Sumaj, dieron con las otras dos motos. Estaban escondidas entre ramas, arrojadas por una barranca y vandalizadas al extremo. “Las dejamos nuevas para viajar y ahora no sirven más. Todo roto: instalación eléctrica cortada, cachas hechas pedazos, manubrio, suspensión… destruidas”, describió.
La indignación creció cuando llegó la Policía. Según relataron, los efectivos tomaron declaración, pero se negaban a caratular el hecho como robo argumentando que no hubo violencia directa. “¿Cómo que no? Rompieron cerraduras, forzaron trabavolante, patearon el portón. Eso es violencia sobre la propiedad”, insistió Lionel. También criticaron la falta de acompañamiento: “Nos dijeron que no podían levantar huellas porque no eran de vidrio. Te sentís solo”.
Para los jóvenes, el golpe fue económico y emocional. Aseguran que el esfuerzo de años quedó deshecho en una sola noche. “Nos arruinaron las vacaciones y lo que nos costó toda una vida. Uno de mis amigos todavía estaba pagando la moto. Te destruye”, cerró Lionel, aún conmocionado por el episodio.


