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Se conoció cómo vivía el expolicía que tenía un cadáver en el placard y los detalles son escalofriantes

Horacio Grasso pasó años en un departamento del centro de Córdoba, con un cadáver oculto en un placard sellado.

Horacio Antonio Grasso, expolicía de Córdoba, había sido condenado en 2007 por el crimen de un niño.

Horacio Antonio Grasso, expolicía de Córdoba, había sido condenado en 2007 por el crimen de un niño.

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Horacio Antonio Grasso pasó sus últimos dos años, aproximadamente, con un cadáver en estado de descomposición oculto en un placard sellado con cemento. El exintegrante de la Policía de Córdoba, que fue condenado por el asesinato de un niño en 2007, cumplía con prisión domiciliaria en un departamento en pleno centro.

El horror se descubrió el último sábado en un edificio ubicado sobre calle Buenos Aires al 300, cuando dos albañiles que realizaban reformas rompieron el revestimiento de cemento y hallaron un cuerpo humano, presuntamente de una mujer, envuelto en mantas, atado con cables y en posición sentada.

Según relataron los vecinos, Grasso era conocido por sus hábitos desprolijos: andaba descalzo, tenía dos perros mal cuidados y solía dejar la puerta entreabierta. Además, remarcaron que era una persona descuidada con su higiene.

En tanto, se conoció que Grasso, quien residía en ese departamento desde 2020, no estaba en el lugar cuando se realizó el hallazgo, ya que había sido trasladado días antes a la cárcel de Bouwer por violar las condiciones de su prisión domiciliaria.

El expolicía de Córdoba estaba condenado por el crimen de un niño

El exagente policial fue condenado en 2009 por la Cámara 3° del Crimen de Córdoba a 27 años de prisión tras ser hallado culpable del asesinato de Facundo Novillo Cancinos. La víctima era un niño de 6 años que murió en 2007 al recibir un disparo de FAL en la cabeza en medio de un enfrentamiento entre bandas narco en Salta. Incluso, antes de ese hecho, Grasso ya había sido expulsado de la fuerza por estar implicado en un robo.

En 2019 consiguió la prisión domiciliaria por una afección cardíaca, pero más tarde agredió brutalmente a su madre y volvió a prisión. Al poco tiempo, obtuvo otra vez el beneficio de arresto domiciliario, esta vez con tobillera electrónica, medida que tampoco logró evitar que conviviera con un cadáver en el placard.

Ahora, la fiscalía que investiga el caso, a cargo de Florencia Espósito, trabaja para identificar a la víctima. Asimismo, aunque Grasso no fue imputado formalmente, los antecedentes y la escena hallada lo colocan en el centro de la sospecha.