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Detuvieron a una argentina en Bali y la condenaron por traficar cocaína en sus partes íntimas

La mujer argentina intentó ingresar cocaína escondida en su zona íntima. Fue detenida en el aeropuerto tras llegar desde Dubái y confesó el delito.

Una mujer argentina fue condenada en Bali a 7 años por traficar cocaína en su cuerpo.

Una mujer argentina fue condenada en Bali a 7 años por traficar cocaína en su cuerpo.

Una ciudadana argentina fue sentenciada este jueves a siete años de cárcel por intentar ingresar cocaína a la isla de Bali, en Indonesia, un país conocido por su legislación implacable contra el narcotráfico, donde incluso rige la pena de muerte para estos delitos.

Se trata de Eleonora Gracia, de 46 años, quien fue detenida el pasado 25 de marzo en el aeropuerto Ngurah Rai, tras arribar en un vuelo procedente de Dubái.

Las autoridades de la Agencia Nacional de Narcóticos de Indonesia actuaron a partir de un dato de inteligencia y procedieron a su detención apenas bajó del avión.

El hallazgo de la cocaína

Durante la requisa, hallaron en su cuerpo un cilindro recubierto por preservativos, alojado en su cavidad vaginal. Los análisis confirmaron que el envoltorio contenía más de 244 gramos de cocaína.

El caso también involucró al ciudadano británico Elliot James Shaw, de 50 años, señalado como el receptor de la sustancia. La declaración de Gracia, quien confesó que había recibido la droga en México y que le ofrecieron 3000 dólares por el traslado, permitió su arresto.

La justicia de Denpasar también lo condenó: deberá purgar cinco años y medio de prisión y pagar una multa de mil millones de rupias, equivalentes a más de 61 mil dólares.

Sentencia en Bali

La audiencia se desarrolló en el Tribunal de Distrito de la capital de Bali, donde los fiscales argumentaron que ambos acusados infringieron las estrictas leyes de estupefacientes del país, que prevén penas que llegan hasta los 12 años.

Gracia y Shaw se suman a una extensa lista de extranjeros condenados por tráfico en Indonesia. Aunque las ejecuciones no se practican desde 2016, el país aún mantiene decenas de condenas a muerte vigentes, incluidas las de varios ciudadanos extranjeros.