Confesó que mató a su padre y lo condenaron a 10 años de cárcel: por qué zafó de la prisión perpetua
Agustín Armendariz, admitió que mató a su padre, Guillermo, a fines del año pasado en Guaymallén. Qué motivos lo condujeron a cometer el parricidio.

Agustín y Guillermo Armendariz, hijo y padre que protagonizaron el caso de parricidio en Guaymallén.
MDZ.Cuando Guillermo Esteban Armendariz, de 59 años, murió el año pasado en su vivienda del barrio Pehuén de Jesús Nazareno, Guaymallén, la investigación apuntó contra su hijo, Guillermo Agustín, como el homicida tras descartar la hipótesis de un suicidio. Este martes, el joven confesó la autoría y fue condenado, aunque zafó de la prisión perpetua. ¿Cuál fue el motivo?
De acuerdo con la investigación que lideró el fiscal de Homicidios Gustavo Pirrello, existieron una serie de situaciones excepcionales que condujeron a que el joven, de 25 años, a perpetrar el parricidio.
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Por eso, pese a que el otrora estudiante de Derecho arriesgaba una pena a prisión perpetua, el representante del Ministerio Público Fiscal (MPF) tuvo en consideración que la víctima presentaba un trastorno depresivo y eso condujo a que se produjeran diversos conflictos dentro del seno familiar, que desencadenaron el asesinato por parte de su hijo.
La sentencia contra el joven parricida
Así, el fiscal Pirrello arregló con la defensa para definir la situación del imputado mediante un juicio abreviado inicial, en el que Armendariz hijo reconoció ante el juez Leonardo Camacho que mató a su padre y describió los motivos que llevaron a quitarle la vida.
Luego de escucharlo, durante la audiencia que se desarrolló a partir de las 8.30 en la Sala 4 del Polo Judicial Penal, el magistrado del Juzgado Penal Colegiado N°1 homologó el acuerdo entre las partes y lo condenó a la pena de 10 años de prisión por el delito de homicidio agravado por el vínculo con circunstancias extraordinarias de atenuación.
El contexto familiar como atenuante
La figura de las circunstancias extraordinarias de atenuación está contemplada en el Código Penal y se aplica en casos excepcionales donde una situación particular conduce al autor a cometer el homicidio. Si bien considera que el autor es culpable, su responsabilidad se ve disminuida por estos factores.
En este caso, el atenuante fue la complicada convivencia que la víctima generaba en su núcleo familiar. Fuentes cercanas a la investigación relataron a MDZ que, debido a que Armendariz padre sufría de una depresión endógena y era cleptómano, mantenía conductas conflictivas y nocivas hacia el resto de su familia.
Por ejemplo, de la instrucción surgió que la víctima orinaba en las paredes de su casa, tomaba sin permiso el teléfono de su pareja para realizar transferencias de dinero o simplemente robaba objetos de manera compulsiva. Además, las conductas que habría generado mayor malestar en su hijo, es que sufría constantes hostigamientos por parte de su padre.
Por si fuera poco, la hermana del joven homicida padece graves enfermedades y eso complicaba aún más la situación familiar. En ese sentido, debido a que Armendariz padre no trabajaba, era la madre quien mantenía la economía del hogar, otra situación que apesadumbraba al exestudiante universitario.
El parricidio en Guaymallén
La complicada situación familiar llegó a un punto límite el 4 de diciembre de 2024, cuando Agustín le pidió a su padre que fuera a buscar a su hermana a la parada del colectivo, petición que el hombre respondió de manera negativa y con insultos hacia el joven y también a su esposa.
Para los detectives esta situación fue "la gota que rebalsó el vaso", en un complejo contexto de permanentes conflictos que ocurrían de forma grave y repetitiva. Fue allí cuando Armendariz hijo atacó al progenitor y le quitó la vida.
Luego de perpetrar la agresión, el autor llamó a su madre a los gritos y le aseguró que su padre se había tirado desde el techo de la vivienda y lo encontró malherido en el patio. “Mamá, el papá se tiró de arriba del techo”, le dijo, palabras más, palabras menos, el joven a su progenitora, intentando ocultar lo que acababa de suceder.
Rápidamente, se comunicaron con la línea de emergencias 911 y solicitaron una ambulancia, aunque los médicos que arribaron a la escena solo pudieron constatar el deceso del hombre. A partir de allí se inició una investigación penal que para establecer los motivos que condujeron al deceso de Armendariz padre.
Sin embargo, días después, la autopsia al cuerpo del fallecido arrojó información que haría caer la versión que aportó el hijo de la víctima: el análisis forense estableció que la causa de muerte fue un golpe en la cabeza con un elemento filocortante.
Por ese motivo, Pirrello ordenó la captura del hijo, quien fue imputado y encarcelado. Ahora, casi un año después del hecho, el joven fue finalmente condenado a 10 años de prisión por matar a su padre, aunque se tuvieron en cuenta las circunstancias extraordinarias de atenuación, que le bajaron considerablemente la pena.