Así es la casa donde murió Diego Maradona: por qué quedó en el centro de la polémica
La casa donde murió Maradona reveló improvisación, un cuarto armado en un playroom y un baño portátil. Cinco años después, sigue siendo uno de los elementos más discutidos de la causa.
La vivienda está ubicada en el barrio privado San Andrés, en Tigre.
XA cinco años de la muerte de Diego Maradona, la casa en la que pasó sus últimos días sigue siendo uno de los aspectos más discutidos de toda la causa. Ubicada en el barrio privado San Andrés, en Tigre, la propiedad tenía jardín, piscina y un entorno estéticamente agradable. Pero puertas adentro, estaba lejos de ofrecer las condiciones mínimas para alojar a una persona que se recuperaba de una cirugía cerebral y tenía movilidad reducida.
La vivienda había sido alquilada de urgencia tras su salida de la Clínica Olivos, con la idea de que sería un lugar de transición mientras se buscaba una residencia más adecuada. Sin embargo, el apuro, la improvisación y la falta de evaluación médica hicieron que se eligiera una casa que, desde el primer día, no estaba preparada para un paciente de esa complejidad.
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La escalera que lo cambió todo
El diseño arquitectónico de la casa tenía un problema crítico. Todos los dormitorios estaban en la planta alta. Para un paciente que no podía subir escaleras por sus problemas en las rodillas y su estado posquirúrgico, esto convertía a la vivienda en un escenario inadecuado.
Esa limitación, es hoy uno de los puntos centrales del expediente. Para la fiscalía, la falta de criterios médicos en la elección del domicilio fue una de las primeras decisiones erróneas en la cadena de fallas que rodeó la internación domiciliaria del astro.
El cuarto improvisado donde pasó sus últimos días
Ante la imposibilidad de acceder a la planta alta, el equipo que lo acompañaba improvisó una habitación en el playroom de la planta baja. Ese espacio, pensado originalmente como sala de juegos, se transformó en el lugar donde Maradona vivió y luego falleció el 25 de noviembre de 2020.
El ambiente tenía condiciones mínimas:
- Una cama doble colocada de urgencia.
- Un televisor de 32 pulgadas, su principal entretenimiento.
- Un sillón de masajes como asiento habitual.
- Ventanas tapadas con placas de durlock o madera, reduciendo la luz natural para manejar su insomnio y, según algunas interpretaciones, para aislarlo del exterior.
- Una puerta corrediza para darle algo de privacidad, aunque el espacio era un área de paso.
- Pero lo más polémico era el baño. Como el de la planta baja tenía bañera y era pequeño, se instaló un inodoro químico portátil afuera del playroom. Este punto fue duramente criticado, ya que no era una condición digna ni sanitaria para un paciente en recuperación.
Una casa que se volvió prueba judicial
Aunque el foco de la causa está puesto en los siete imputados, la casa de San Andrés se transformó en un elemento clave para la fiscalía. No por su estética, sino por su improvisación, falta de planificación y condiciones inadecuadas para una internación domiciliaria.
Los puntos más cuestionados en el expediente incluyen:
- Ausencia de una habitación accesible.
- Baño no adaptado y uso de un sanitario portátil.
- Falta de equipamiento médico básico.
- Ambiente reducido y poca ventilación por ventanas tapadas.
- Aislamiento excesivo del paciente.
Un lugar que quedó marcado
Ahora, a cinco años de la muerte del Diez, la casa de San Andrés es mucho más que la casa donde pasó sus últimos días Maradona. Para la Justicia es una pieza clave en la causa. Lo que debía ser un espacio de recuperación terminó convertido en una habitación improvisada, con comodidades mínimas y decisiones que hoy están bajo la lupa.




