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El crudo relato de los taxistas sobre cómo es trabajar en un contexto de inseguridad y violencia en Mendoza

Ser taxista se convirtió en una profesión de riesgo en el último tiempo. MDZ te cuenta qué herramientas tienen los choferes para combatir la inseguridad y cómo es viajar en épocas de violencia.

Cristian Minich
Cristian Minich viernes, 29 de marzo de 2024 · 07:45 hs
El crudo relato de los taxistas sobre cómo es trabajar en un contexto de inseguridad y violencia en Mendoza
Los taxistas son víctimas de asaltos recurrentes Foto: Rodrigo D'Angelo / MDZ

Después de varios hechos delictivos con distinto grado de violencia en los que fueron víctimas taxistas, los conductores presentaron un petitorio en la Legislatura de Mendoza en reclamo de medidas para combatir la inseguridad. Y si bien hubo una respuesta rápida del Ministerio de Seguridad y volverán los controles fijos y móviles, las medidas parecen no ser suficientes. MDZ se subió a un taxi para conocer cómo se puede cuidar el conductor y cómo es la respuesta de los agentes de Policía. 

Según Hugo, nuestro chofer, "salir a la calle es andar con mucho miedo de no volver a la casa", al tiempo que asegura que "hoy en día andar en el taxi es uno de los trabajos más peligrosos que hay".

Esa frase se condice con el último episodio que tomó trascendencia en los medios. Fue el ocurrido en cercanías del Campo Papa el último lunes, donde un chofer de 51 años fue salvajemente golpeado en la cabeza por una pareja de delincuentes que estaban armados y hasta habrían realizado dos disparos. 

La luz violeta y el botón de pánico

A lo largo del recorrido, el taxista nos mostró el botón de pánico y la luz violeta que es señal de alarma para la Policía. El primero es clave, "siempre y cuando funcione, sino estamos a la vera de Dios", dice, mientras que la segunda merece un párrafo aparte.

Mientras circulábamos por Ciudad, Hugo prendió la luz violeta, que se refleja en el techo, en los paragolpes y en los costados del vehículo. Incluso, encontró un patrullero, por lo que comenzó un simulacro de pedido de auxilio. 

La situación de los taxistas es crítica. Foto: Santiago Tagua / MDZ

"En este momento tengo la luz violeta encendida. El conductor de ese móvil que viene detrás nuestro tendría que prender la sirena, encerrarme y bajarlos a ustedes. O no sabe que esa luz es cuando uno va con algún problema o está obviando la situación, nos mira como si fuéramos turistas. Así a veces uno se siente impotente", se lamenta.   

Luego, agrega que esa señal funciona por intermedio de un botón de pánico. Así, "cuando la Policía ve la luz, tiene la obligación de pararnos, porque vamos en un estado en el cual necesitamos que nos controlen o bien que nos asistan si es un caso de emergencia".

Las zonas peligrosas

Otra de las grandes preocupaciones para los conductores son las llamadas "zonas rojas". Así identifican a algunos sectores del departamento de Las Heras, a la zona del oeste de Godoy Cruz, al bajo de Luján de Cuyo o a Rodeo de la Cruz, en Guaymallén, por citar algunos ejemplos.

Hugo nos cuenta que fue víctima de ilícitos en varias oportunidades y dice que "no hay ningún taxista al que no le haya tocado alguna vez". Luego, agrega que "la peor fue cuando llevé a un joven desde la guardia de un hospital hasta el barrio La Estanzuela. Él lloraba desconsoladamente como si hubiera fallecido un pariente o algo así y antes de llegar me agredió con una piedra en la cabeza, cerca de la oreja, y me robó algunas pertenencias. Me asistió un Policía del Comando, me llevaron a una salita de La Estanzuela y desde ahí me trasladaron en ambulancia hasta el Hospital Español. Estuve tres días internado por un traumatismo de cráneo". 

La situación de los taxistas es crítica. Foto: Rodrigo D'Angelo / MDZ

Cuando estábamos por finalizar el viaje, le consultamos qué haría si le pidiéramos cambiar el destino para ir a un lugar peligroso, algo que suele ocurrir: "en ese caso, puedo hacer como que se descompone el auto o aprieto el botón de pánico para que la Policía me siga y me controle", manifestó. 

Finalmente en destino, le pedimos al chofer que nos aguarde a que ingresemos a la redacción para buscar el dinero para pagar el traslado. "No van a volver con un arma, ¿no?", respondió. Y es que esa es otra de las estrategias delictivas a las que pueden enfrentarse en algunas ocasiones. 

Así es viajar en taxi en tiempos de violencia

 

 

 

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