Cacho Garay ante sus horas más difíciles: qué pasará este miércoles
Juan Antonio Garay (68), el popular humorista conocido como Cacho, lo reveló este martes en el Polo Judicial, ante una nueva ampliación de su imputación: "Tengo miedo de ir a la cárcel", manifestó en la compañía de su abogado.
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Garay, acusado de reiterados abusos sexuales, privación ilegítima de la libertad y amenazas en perjuicio de su expareja, Verónica Macías, enfrentará este miércoles-desde las 8.30- otra audiencia, en la que la flamante fiscal del caso, Mónica Fernández Poblet, pedirá que le revoquen el beneficio de la prisión domiciliaria y que sea alojado en una penitenciaría.
En este sentido y teniendo en cuenta la determinación que muestra la representante del Ministerio Público y la gravedad de los delitos que le adjudican, que pase a un penal sería totalmente lógico.
Los abogados de la víctima, Cristian Vaira Leyton y Agustín Magdalena, acompañan, e incluso ellos le solicitaron este cambio a la fiscalía. Por su parte, el defensor, Daniel Romero, buscará que su cliente siga en la misma condición de detención, es decir, en la casa de su hermana en Coquimbito, Maipú.
La decisión quedará en manos del juez Federico Martínez, que hasta podría extender la audiencia hasta el viernes, último día antes del receso por la feria judicial.
Lo que también deberá resolver el magistrado es la situación de Sandra Astudillo (56), la empleada legislativa señalada en la causa como cómplice del comediante en los abusos a la denunciante.
Astudillo, reconocida por Garay como su pareja hace varios años, ya está en la cárcel desde la semana, luego de que Fernández Poblet le retire el arresto domiciliario que le había concedido el anterior fiscal a cargo del expediente, Daniel Carniello. Ahora se requerirá su prisión preventiva, la confirmación de que debe estar detenida.
En este contexto, hoy el principal acusado, que sí ya cuenta con preventiva, escuchó una nueva imputación en su contra: la tenencia ilegal de un arma civil encontrada en la vivienda que compartía con la víctima. Se trata de un revólver calibre 32.
Imputaciones contra Garay
Sobre el humorista, pesa la siguiente batería de delitos: amenazas simples, amenazas agravadas por el uso de arma, coacciones simples, coacciones agravadas por el uso de armas, robo simple, tenencia ilegal de armas de fuego de uso civil (en tres hechos), abuso sexual con acceso carnal en un número indeterminado de hechos, abuso sexual doblemente agravado por ser con acceso carnal y por ser cometido por dos personas y con el uso de armas en un número indeterminado de hechos, privación ilegítima de la libertad agravada por ser cometida contra una persona a la que se debe respeto particular en un número indeterminado de hechos y desobediencia de una orden judicial (violación de la prohibición de acercamiento al enviarle un audio de WhatsApp a su ex); todo ello en concurso real y en contexto de violencia de género.
Los delitos de Astudillo
A esta mujer, exreina de la Vendimia de Tunuyán en la década del 80, le endilgan las siguientes calificaciones: abuso sexual doblemente agravado por ser gravemente ultrajante y por ser cometido por dos personas y con el uso de armas, en un número indeterminado de hechos, todo en concurso real y en contexto de violencia de género.
El inicio
El caso comenzó en Córdoba, luego de una fuerte discusión que mantuvo la pareja en la habitación de un hotel de Carlos Paz en la que estuvieron hospedados durante el fin de semana de Semana Santa.
Tras la denuncia de Macías en esa ciudad, ambos regresaron a Mendoza. Ella quedó alojada en un establecimiento de contención para víctimas de violencia de género, mientras que él se fue a la propiedad en la que vivían, en calle 20 de Septiembre de Luján de Cuyo.
Allí la Policía allanó y se llevó detenido al sospechoso por el hallazgo de armas, aunque recuperó la libertad al día siguiente con la rendición de una fianza de $1.000.000. La Justicia también le ordenó la exclusión del hogar que compartía con su ex.
Con el avance de la pesquisa y más declaraciones de la víctima la situación de Garay se complicó notoriamente, quedando acusado por graves delitos, aunque con el beneficio de la domiciliaria.

