El insólito motivo por el que Cacho Garay sumó una nueva imputación

El humorista mendocino Juan Antonio Garay Márquez (68), conocido popularmente como Cacho, fue imputado en los últimos días por desobediencia, tras ser acusado de violar la prohibición de acercamiento hacia su expareja, la que se le impuso luego de que ella lo denunciara por violencia de género. Un audio de WhatsApp de un segundo, la nueva prueba contra el sospechoso. 

El artista se encuentra en prisión domiciliaria por decisión  del fiscal Daniel Carniello, que le endilgó los delitos de amenazas agravadas por el uso de arma en contexto de violencia de género, abuso sexual con acceso carnal en un número indeterminado de hechos, privación ilegítima de la libertad agravada por ser cometida contra su cónyuge y tenencia de armas de fuego de uso civil.

Según la acusación, el comediante le envió un audio muy breve  a la mujer, y durante esa comunicación Garay no emitió palabra alguna y sólo se escuchó sonido ambiente.

Lo realizó desde la casa de su hermana en Coquimbito, Maipú, donde el imputado cumple el arresto desde mediados de abril.

Desde la fiscalía entendieron que Cacho de esa manera violó la prohibición de acercamiento y el mensaje podría resultar una amenaza, y por eso se le agregó la calificación de desobediencia. 

Cabe recordar que a fines de abril pasado Garay  recibió la prisión preventiva que le dictó el juez Juan Manuel Pina, en modalidad de domiciliaria. 

La investigación en su contra comenzó en Córdoba, luego de una fuerte discusión que mantuvo la pareja en la habitación de un hotel de Carlos Paz en la que estuvieron hospedados durante el fin de semana de Semana Santa. 

Tras la denuncia de la mujer en esa ciudad, ambos regresaron a Mendoza. Ella quedó alojada en un establecimiento de contención para víctimas de violencia de género, mientras que él se fue a la propiedad en la que vivían, en calle 20 de Septiembre de Luján de Cuyo. 

Allí la Policía allanó y se llevó detenido al sospechoso por el hallazgo de armas, aunque recuperó la libertad al día siguiente con la rendición de una fianza de $1.000.000. La Justicia también le ordenó la exclusión del hogar que compartía con su ex. 

Luego llegó la ampliación de la declaración de la víctima relatando nuevos hechos, que terminarían en graves imputaciones para Cacho Garay.