Violencia extrema

Pidió "piedad" pero lo condenaron a perpetua por ahorcar y matar con un cable HDMI a un programador

Prisión perpetua para el hombre que ahorcó con un cable HDMI y tiró a la pileta a un programador. Antes de ser condenado pidió piedad y misericordia. El hecho ocurrió en 2022 en San Isidro.

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MDZ Policiales martes, 5 de diciembre de 2023 · 21:36 hs
Pidió "piedad" pero lo condenaron a perpetua por ahorcar y matar con un cable HDMI a un programador
El condenado cuando fue capturado. Foto: Gentileza

El ladrón que el año pasado entró a robar a una casa de la localidad bonaerense de San Isidro y asesinó a un programador de 41 años al estrangularlo con un cable HDMI y luego lo tiró a la pileta, fue condenado a prisión perpetua. 

Se trata de Mauricio Nahuel Fernández (31), quien fue sentenciado a la pena máxima del Código Penal como autor del crimen de Federico Sáenz (41), en un hecho ocurrido el 22 de junio de 2022 y que tuvo como testigos a la novia de la víctima y a dos sobrinas, de 8 y 11 años. 

El fallo fue dictado por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de San Isidro, integrado por los jueces Alberto Ortolani, Gonzalo Aquino y Sebastián Hipólito Urquijo, al término de un juicio que se había iniciado el 30 de octubre pasado.

Tal como había solicitado en el debate el fiscal Sergio Szyldergemejn, el TOC 1 condenó a Fernández como autor de los delitos de homicidio "criminis causae" (matar para ocultar otro delito y lograr la impunidad), robo agravado por escalamiento en tentativa y privación ilegítima de la libertad agravada por violencia, todos en concurso real".

Con la última reforma que hubo en 2017 del artículo 14 del código, el acusado no tiene la posibilidad de pedir la libertad condicional por haber recibido perpetua, lo que equivale a pasar 50 años en la cárcel, es decir, que recién podría llegar a recuperar la libertad cuando en 2072, a sus 80 años.

Si bien los abogados del particular damnificado, Felipe Juan Galo Roncoroni y Antonio Santiago Victorino Roncoroni, también habían pedido la misma pena, el tribunal no coincidió, como propusieron ellos en el alegato, sumarle al homicidio el agravante de la alevosía ni declarar a Fernández reincidente, ya que, si bien en 2011 fue declarado culpable por otro tribunal de San Isidro por "robo agravado por el uso de arma blanca", la pena por ese delito ya estaba vencida desde 2016.

Al describir la mecánica del hecho, los magistrados destacaron que "el imputado, con la finalidad de consumar y asegurar los resultados del delito de robo que se encontraba desarrollando y con la inequívoca intención de causar la muerte de Federico Sáenz, procedió a colocar alrededor de su cuello un cable HDMI anudándolo por detrás, ejerciendo fuerza sobre el mismo hasta lograr conforme su propósito, quitarle la vida. Deceso precisamente que se produjo a consecuencia de la asfixia por estrangulamiento a lazo".

También remarcaron que "luego de realizar dicho accionar el aquí imputado, luego del deceso arrojó el cuerpo de quien fuera en vida Sáenz a la piscina de la propiedad, donde minutos más tarde fue hallado por personal policial".

Los tres jueces también subrayaron que el propio sospechoso "fue categórico" al reconocer la autoría del hecho y pedir perdón por la muerte que ocasionó cuando declaró y dijo: "Yo pido disculpas. Nunca quise matar a nadie, solamente entre a robar, les pido piedad, misericordia".

"Tengo tres chiquitos, yo me desvivo por ellos. Toda mi vida trabajé (…). Yo desde chiquito, que nací, mi madre me quiso dar en opción y me crió un tío, un abuelo siempre, nunca tuve un techo digno. Si usted me daría una oportunidad, que me puedan acercar a un lugar más cerca como para que yo pueda estudiar, para que yo pueda tener una carrera", fueron otras de las frases del ahora condenado asesino, dijo el hombre desde el banquillo. 

El hecho ocurrió el 19 de junio pasado, a las 11.50, en una vivienda ubicada en la calle Aguado 1251 de Boulogne, partido de San Isidro, en el norte del Conurbano.

Todo comenzó cuando la novia de Sáenz (41), una médica llamada María Laura Martínez (45), lavaba el auto en el patio delantero de la casa y un único delincuente saltó la reja de la propiedad y la abordó con fines de asalto..

El malviviente agredió y amenazó a la mujer y logró quitarle las llaves de la casa, con las que entró a la propiedad y cerró la puerta, dejando a la víctima del lado de afuera.

El delincuente golpeó y redujo al programador, mientras que su pareja logró salir corriendo a la calle y le pidió al empleado de la garita de seguridad de la cuadra que llamara a la Policía.

La víctima./Foto: gentileza

Cuando la médica regresó al frente de su vivienda, pero sin poder ingresar, pudo observar por las ventanas que el ladrón había dejado a su novio atado y sentado en el jardín trasero y cuando siguió pidiendo auxilio, el sujeto apareció para pegarle una trompada en la cara.

La pareja no tenía hijos, pero sí estaban allí dos sobrinas de 8 y 11 años, a quienes, según lo que contaron luego las niñas, el acusado también amenazó y les dijo que se quedaran encerradas en su cuarto porque quería "robar una bicicleta".

Al lugar llegaron móviles de la Comisaría 3ra. de Boulogne y de la Patrulla Municipal de San Isidro, quienes guiados por la mujer lograron ingresar a la propiedad por una puerta trasera y allí se encontraron con Fernández en la cocina, quien tenía una cuchilla en la cintura.

El sospechoso fue reducido y detenido por los primeros efectivos y las dos menores de edad fueron rescatadas, pero Sáenz fue hallado muerto en el fondo de la pileta. 

Al declarar en el juicio, Martínez recordó el momento en que lo encontró y las maniobras que llevó a cabo con intenciones de reanimarlo.

"En ese momento me acerco y… lo saco, era Fer. Lo saco arrastrando, lo tironeo de la campera y el policía que estaba al lado mío me ayuda a terminar", recordó la mujer,

Y agregó: "Yo soy médica, soy neonatóloga. Mi trabajo es salvar gente, ¿no? Lo sacamos y le trato de hacer maniobras de RCP. Ahí nos damos cuenta que tenía un cable en el cuello, como con doble vuelta, que no lo podíamos soltar. Entonces yo les aviso a los policías que vayan a buscar una tijera y les dije más o menos dónde estaba, pero como no la encontraban, la fui a buscar yo. Cuando volvimos le empezamos a hacer respiración boca a boca y el efectivo que estaba al lado mío le hacía masajes cardiacos".

Finalmente, dijo que luego llegó la ambulancia, cuyos médicos lo dieron por fallecido: "No respondía. Y ahí me dijeron que estaba muerto. Ya sabía porque habíamos estando varios minutos… aunque para mí fue una vida haciendo reanimación".

El hombre, que trabajaba para una empresa del exterior en la programación de apps y juegos para celular, había logrado desatarse las manos, pero tenía dos vueltas de un cable HDMI rodeándole el cuello, según determinaron los investigadores.

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