Avanza la investigación

El macabro chat de los adolescentes imputados en el caso del menor que murió calcinado

A horas de que fuera hallado el cuerpo de Nicolás Alezander Cernadas en Mariano Acosta, salió a la luz un chat que compromete fuertemente a los dos adolescentes imputados por el asesinato.

Sebastián Berho jueves, 13 de octubre de 2022 · 19:31 hs
El macabro chat de los adolescentes imputados en el caso del menor que murió calcinado

El cuerpo sin vida de Nicolás Alezander Cernadas, de 13 años, apareció quemado en un descampado de Mariano Acosta. Lo pudieron identificar casi 24 horas después de su hallazgo. Fueron claves sus zapatillas y una remera de color claro que resistieron la voracidad del fuego. Hay dos menores, de 14 y 16 años, imputados por el macabro asesinato. Uno quedó preso ayer luego que su propia madre lo entrega a la policía. El otro, con antecedentes penales por robo a mano armada, también se entregó.

Los investigadores sospechan que le quitaron la vida al menor por placer, donde también no descartan el bullying. Ambos menores involucrados intercambiaron mensajes de texto y audio a través de la red social Instagram contando lo que habían hecho y tramaban fugarse hacia la localidad de Florencio Varela.

Los chats incriminan a los adolescentes

“Lo encontraron en la zona donde lo dejamos”, le envió uno de los menores a su socio. “Nooo. LPMM. Ya está cagamos”, responde enseguida. La secuencia de intercambio de mensajes se inicia con capturas de pantalla de la señal de cable Crónica que le estaba dando cobertura en vivo al hallazgo sin vida del cuerpo de Nícolas Cernadas. Hasta ese momento, nadie había identificado el cuerpo.

Captura de los chats que incriminan a los adolescentes imputados por la muerte de Nicolás. 

“Yo ando rre con la cabeza a full x lo de ayer”, escribe uno de los menores ahora detenida. La respuesta del otro menor involucrado es inmediata: “Ya se amigo. Pero, queda el cargo de conciencia igual. Lo hicimos verga”. La fiscal de menores Aldana Zingg logró acceder a los mensajes de voz y texto entre ambos menores y en ellos se centra la principal prueba contra los asesinos.

“Corte yo me voy a vivir a (Florencio) Varela. Corte porque sé que allá si me encuentra la gorra allá me puedo agarrar a los tiros tranquilamente porque están todos mis compa”, le manda en un mensaje de voz el menor de 16 años el martes a la tarde cuando ya se había identificado el cuerpo de Nicolas.

Pese a que se trata de un homicidio con alevosía, los imputados, ambos menores de edad, no serán detenidos en una cárcel y serán alojados en un Instituto de Menores de la Provincia de Buenos Aires. El crimen vuelve a poner en debate la ley de inmutabilidad en el país.

El chat entre los adolescentes imputados es escalofriante

Nícolas Alezaner Cernadas, de 13 años, tuvo una infancia difícil. No muy distinta a la que viven gran parte de los adolescentes de barrio vulnerables del Conurbano bonaerense. Sus padres lo abandonaron. Lo criaron sus tíos. Cursaba el sexto año de la primaria. Actualmente, vivía en Mariano Acosta en la casa de una abuela de uno de sus amigos. Y sufría bullying constantemente: sus compañeros lo apodaban “El Huerfano”. Así se lo relataron a los fiscales de Morón los diferentes testigos que declararon en la causa.

 La autopsia determinó que la causa de la muerte fue un paro cardiorrespiratorio traumático ocasionado por una lesión alveolar difusa y por energía calórica, es decir que murió por los cortes y tras ser prendido fuego aún con vida. En el lugar donde lo encontraron quedaron los restos de cenizas y el pasto quemado.

En los últimos años el número de menores muertos en forma violenta aumentó en territorio bonaerense. La mayoría aparecen vinculados a bandas narcos que los emplean para la venta de droga al menudeo o, incluso, para otros delitos como entraderas, robos y balaceras.

Aunque también otros menores fallecidos lejos están del mundo criminal, como bien podría ser el caso de Nicolas Cernadas. Sus ejecutores tenían antecedentes penales.

Hace una semana exactamente, apareció otro menor de 16 años tirado en un camino de tierra en la localidad de Tandil. Santiago González. Todavía no está claro lo que pasó. El adolescente tenía la mano izquierda quemadas y un fuerte golpe en el ojo izquierdo. La autopsia determinó que murió electrocutado con algo que tocó y eso le provocó un paro cardiorespiratorio traúmatico.
Una de las hipótesis de la fiscalía plantea que habría querido robar cables de luz o algo similar para luego vender el cobre y fue electrocutado. De todos modos, en la zona donde fue hallado no existen cableados. Santiago González era un alumno ejemplar en la escuela y no tenía antecedentes.

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