Menos calidad de vida: las causas que apagan la intimidad en parejas
Aun con esta tendencia, cada persona vive su sexualidad de manera única. Para algunos, las causas de la poca intimidad van por otro camino.

La vida íntima es calidad de vida
La intimidad de muchas parejas sufre una caída que no pasa desapercibida y preocupa a especialistas. Un estudio reciente en Estados Unidos revela algunas de las causas de porqué el sexo en pareja se ha reducido a un promedio de una vez por semana, marcando una tendencia que sorprende.
Las causas de este problema
El estrés encabeza la lista de factores que afectan la vida sexual. Las presiones laborales, la falta de descanso y las responsabilidades diarias consumen energía y reducen el deseo. Esta tensión constante no solo impacta el cuerpo, también altera el ánimo, dificultando el encuentro íntimo. Sin relajación ni tiempo de calidad, la pasión pierde espacio en la rutina.
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La tecnología también juega un papel central. El acceso inmediato a entretenimiento digital y contenidos eróticos genera una gratificación rápida que desplaza el interés por el contacto real. Para algunos, resulta más cómodo elegir fantasías en línea que exponerse a un encuentro físico.
El miedo a vincularse añade otro obstáculo. Muchas personas priorizan la independencia y temen perder libertad al entregarse a una relación profunda. La idea de compromiso puede generar ansiedad, lo que se traduce en menos relaciones sexuales. Esta actitud se observa tanto en jóvenes como en adultos que buscan evitar situaciones que impliquen emociones intensas.
Los cambios en la percepción del sexo también influyen. Para algunos, dejó de ser una necesidad básica y se convirtió en una experiencia secundaria frente a otras formas de satisfacción personal. La búsqueda de bienestar puede centrarse en la amistad, el trabajo creativo o el deporte.
Además, problemas de salud como la disfunción eréctil, desequilibrios hormonales o efectos de ciertos medicamentos pueden disminuir el deseo o dificultar la respuesta física. Estos factores, combinados con el cansancio cotidiano, crean un panorama en el que el sexo pierde regularidad