Aprende a preparar croissants esponjosos y crujientes: receta con tips y secretos revelados
Croissants caseros hojaldrados y dorados: aprende a preparar paso a paso esta receta clásica francesa y disfruta de un desayuno digno de panadería en tu hogar.

Prepara croissants de mantequilla: receta tradicional francesa para deleitar.
ShutterstockEsta receta de croissants caseros es perfecta para quienes buscan un desayuno especial con un pan suave, hojaldrado y lleno de sabor. Aunque requiere paciencia, el resultado vale cada minuto de preparación. Sigue el paso a paso para lograr croissants como los de panadería.
Los croissants son uno de los íconos más reconocibles de la panadería francesa. Su forma de media luna y su textura delicadamente hojaldrada hacen que sean un placer tanto visual como gastronómico. Aunque muchos creen que son difíciles, la verdad es que con tiempo, organización y técnica, es totalmente posible hacer croissants perfectos en casa. Esta preparación está pensada para quienes desean adentrarse en el mundo de la masa laminada sin experiencia previa, pero con ganas de aprender.
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Utilizando ingredientes básicos —harina, mantequilla, levadura, leche y azúcar— se puede crear una masa suave que, al ser laminada con capas de mantequilla, se convierte en un producto ligero, crujiente por fuera y tierno por dentro. Lo importante es respetar los tiempos de frío y reposo, ya que son clave para desarrollar las capas del croissant. Aprenderás a preparar la masa, laminarla, formar los croissants y hornearlos a la perfección. Ideal para un desayuno especial, una merienda elegante o simplemente para disfrutar de un pan de calidad artesanal.
Ingredientes
Harina 0000 500 g, azúcar 50 g, sal 10 g, levadura seca 10 g, leche tibia 250 ml, mantequilla sin sal 300 g (100 g para la masa, 200 g para el laminado), huevo 1 (para pintar), agua 50 ml (si es necesario).
Paso a paso para preparar tus croissants
- En un bol pequeño, mezcla la levadura seca con una cucharadita del azúcar y un poco de leche tibia (no caliente). Deja reposar 10 minutos hasta que se forme una espuma en la superficie. Esto indica que la levadura está activa.
- En un bol grande, mezcla la harina, el azúcar restante y la sal. Haz un hueco en el centro y vierte la levadura activada y el resto de la leche. Comienza a mezclar hasta formar una masa. Si está muy seca, añade un poco de agua. Amasa durante 5 a 10 minutos hasta obtener una masa lisa. Añade los 100 g de mantequilla blanda y amasa hasta que se integre completamente. Forma una bola, cúbrela con film y refrigera por al menos 1 hora.
- Coloca los 200 g de mantequilla fría entre dos hojas de papel manteca o film plástico. Golpéala suavemente con un rodillo y estírala hasta formar un cuadrado de unos 20 x 20 cm. Reserva en la heladera.
- Saca la masa del refrigerador y estírala en forma de cruz, dejando el centro más grueso. Coloca la mantequilla en el centro y pliega los bordes de masa hacia adentro, cubriendo completamente la mantequilla. Estira la masa en forma de rectángulo largo (aproximadamente 60 x 20 cm). Luego haz un pliegue simple: lleva un tercio inferior hacia el centro y luego el tercio superior sobre ese. Envuelve en film y refrigera 30 minutos.
- Repite el mismo estirado y pliegue dos veces más, dejando reposar la masa 30 minutos en el refrigerador entre cada vuelta. Esto creará las capas hojaldradas clásicas del croissant.
- Una vez hechos los pliegues, estira la masa en un rectángulo de aproximadamente 40 x 30 cm y 5 mm de espesor. Corta triángulos alargados (de base 8 cm y altura 15-18 cm). Haz un pequeño corte en la base de cada triángulo y enróllalos desde la base hacia la punta para formar la clásica media luna. Colócalos en una bandeja con papel manteca.
- Deja que los croissants leuden a temperatura ambiente durante 1 hora y media a 2 horas, o hasta que hayan duplicado su tamaño. Pincélalos con huevo batido justo antes de hornear, para lograr un dorado uniforme y brillante.
- Precalienta el horno a 200°C. Hornea los croissants durante 15 a 20 minutos o hasta que estén dorados. No abras el horno durante los primeros 10 minutos para evitar que pierdan volumen.
De la cocina a tu mesa
Retira del horno y deja enfriar sobre una rejilla. Puedes comerlos solos, con mermelada, rellenos de chocolate, jamón y queso, o simplemente acompañados de un buen café.
Preparar croissants en casa puede parecer un desafío, pero con paciencia y dedicación, el resultado es verdaderamente gratificante. Cada capa crujiente y dorada, cada bocado mantecoso y suave, refleja el cuidado puesto en cada paso. Esta receta no solo te brinda un delicioso pan casero, sino también la satisfacción de haberlo hecho tú mismo. ¡Y a disfrutar!