Receta súper fácil para que prepares tu propia mantequilla de maní

Si estás buscando una receta sencilla, nutritiva y deliciosa, esta mantequilla de maní casera es perfecta para ti. Con tan solo unos pocos ingredientes, puedes preparar un alimento versátil que se adapta tanto a desayunos como a meriendas. Ya sea que la untes sobre una rebanada de pan, la incorpores en batidos, la uses como dip o la agregues a tus postres favoritos, la mantequilla de maní es un clásico que nunca falla. Esta preparación casera no solo es más saludable que muchas opciones comerciales —libre de aditivos y conservantes innecesarios—, sino que además puedes ajustarla a tu gusto personal: más cremosa, más espesa, sin azúcar o con un toque de sal.
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Además, hacerla en casa te permite elegir ingredientes de mejor calidad, como maní orgánico o tostado sin sal, y controlar exactamente qué estás consumiendo. La clave está en los pequeños detalles que hacen una gran diferencia en sabor y textura. En este paso a paso te enseñaré cómo lograr una mantequilla suave, untuosa y sabrosísima, ideal para mantener en tu alacena y disfrutar en cualquier momento del día. ¡Vamos a la receta!
Ingredientes
500 g de maní tostado sin sal y sin piel, cucharadas de aceite neutro (puede ser de girasol, maní o coco),
1/4 cucharadita de sal (opcional), 1 cucharadita de miel o azúcar (opcional, solo si se desea endulzar), 1/2 cucharadita de extracto de vainilla (opcional, para dar un toque aromático).
Procedimiento
- Antes de comenzar, asegúrate de que el maní esté completamente frío si lo has tostado recientemente. Puedes comprarlo ya tostado o hacerlo tú mismo en el horno a 180°C durante 10–15 minutos, removiendo a la mitad del tiempo para evitar que se queme. Es importante que el maní esté sin piel, ya que esto mejora la textura final. Si lo tienes con piel, puedes frotarlo con un paño de cocina seco una vez frío para retirarla.
- Coloca el maní en el vaso de un procesador de alimentos potente. Tritura durante 1 o 2 minutos. Al principio obtendrás una mezcla granulada parecida a una arena gruesa. Abre el procesador, raspa los bordes con una espátula de silicona y sigue procesando.
- Sigue triturando el maní en intervalos de 1 minuto, haciendo pausas para no sobrecalentar el motor del procesador. Poco a poco, la grasa natural del maní comenzará a liberarse, y la mezcla pasará de ser arenosa a una pasta espesa y luego a una crema más fluida. Este proceso puede tomar entre 5 y 10 minutos en total, dependiendo de la potencia del aparato.
- Cuando la mantequilla comience a tener una consistencia cremosa pero aún densa, añade las 2 cucharadas de aceite para suavizarla. Elige un aceite neutro que no altere demasiado el sabor del maní. Procesa nuevamente durante 1 o 2 minutos hasta integrar completamente. Si te gusta una mantequilla muy fluida, puedes agregar una cucharada extra de aceite.
- Este es el momento para personalizar tu mantequilla. Si deseas una versión dulce, añade la miel o el azúcar y el extracto de vainilla. Para realzar el sabor del maní, una pizca de sal ayuda mucho. Añade lo que prefieras, y vuelve a procesar 30 segundos más.
- Prueba una pequeña cantidad. Si la notas muy espesa, puedes añadir un poco más de aceite. Si te parece que necesita más dulzor o sal, ajusta a tu gusto. La mantequilla debe quedar cremosa, suave y fácilmente untable.

Vierte la mantequilla de maní en un frasco de vidrio limpio y seco con tapa hermética. Guarda en la despensa si planeas consumirla en menos de 2 semanas, o en la nevera si deseas conservarla por más tiempo (hasta 1 mes). Al estar hecha sin conservantes, es normal que se forme una ligera capa de aceite en la parte superior con el tiempo; solo revuelve antes de usar.
Tips MDZ: si te gusta con trocitos, reserva un puñado de maní, pícalo groseramente y agrégalo al final, después de procesar la crema. Tambien puedes experimentar con otros frutos secos, como almendras o nueces, usando la misma técnica.
La mantequilla de maní casera es excelente para hornear galletas, hacer barritas energéticas o mezclar con yogur y frutas. Es tan deliciosa que no podrás parar de comerla. ¡Y a disfrutar!