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Prepara unos increíbles pastelitos de membrillo argentinos: receta y tips

Aprende paso a paso y fácilmente a preparar unos deliciosos pastelitos de membrillo con nuestra receta favorita e imbatible.
Pastelitos de membrillo argentinos: receta con masa casera Foto: Shutterswtock
Pastelitos de membrillo argentinos: receta con masa casera Foto: Shutterswtock

Si estás buscando una receta que combine tradición, sabor y un toque de nostalgia, los pastelitos de membrillo son la elección perfecta. Con raíces profundamente argentinas y una presencia habitual en las mesas familiares, estos dulces no solo conquistan por su sabor, sino también por el placer de prepararlos en casa.

El membrillo, con su textura espesa y su dulzura particular, es el corazón de este manjar. Acompañado de una masa crocante y hojaldrada, crea un contraste irresistible que evoca recuerdos de meriendas compartidas, tardes de invierno y fiestas patrias. Esta preparación es ideal tanto para principiantes como para cocineros con experiencia, ya que, aunque requiere atención en ciertos pasos, no es complicada. La clave está en trabajar con paciencia, respetando los tiempos de la masa y cuidando el horneado.

Además, hacer pastelitos en casa tiene ese encanto artesanal que difícilmente se encuentra en los productos industriales. Ideales para una ocasión especial o simplemente para disfrutar con el mate. ¡Vamos a la receta!

Los pastelitos de membrillo son un clásico de la gastronomía argentina, especialmente populares durante las fiestas patrias como el 25 de mayo y el 9 de julio. Fuente: Shutterstock

Ingredientes

500 g de harina común, 100 g de manteca derretida, 1 huevo, 1 cucharada de vinagre blanco, 1 cucharadita de sal, 150 ml de agua tibia (aproximadamente), 300 g de dulce de membrillo, fécula de maíz para espolvorear, azúcar glass para decorar (opcional), aceite para freír (cantidad necesaria).

 

Procedimiento

  1. En un bol grande, coloca la harina junto con la sal. Hace un hueco en el centro y añade la manteca derretida, el huevo y el vinagre. Comienza a mezclando con una cuchara o con la mano, integrando los ingredientes desde el centro hacia los bordes. Agrega el agua tibia de a poco, amasando hasta obtener una masa suave, homogénea y algo elástica. Es importante no excederse con el agua: debe ser la justa para formar la masa sin que quede pegajosa. Una vez lista, cubre con un paño y deja reposar 30 minutos.
  2. Mientras la masa reposa, corta el dulce de membrillo en cubos pequeños. Para facilitar su manipulación, puedes calentar ligeramente en el microondas o a baño maría con una cucharadita de agua, solo lo justo para ablandarlo. Reserva.
  3. Una vez que la masa ha descansado, divídela en dos partes iguales. Espolvorea fécula de maíz sobre la mesa y comienza a estirar una de las partes con palo de amasar hasta lograr un espesor fino (2-3 mm). Corta cuadrados de unos 6 x 6 cm aproximadamente. Repite el proceso con la otra mitad de la masa, procurando que los cuadrados sean del mismo tamaño.
  4. Coloca un cubo de dulce de membrillo en el centro de la mitad de los cuadrados. Toma un segundo cuadrado y colócarlo encima, de manera que sus puntas queden intercaladas con las del de abajo, formando una especie de estrella de ocho puntas. Presiona bien alrededor del dulce para sellar, y luego pellizca cuidadosamente las puntas para darle la forma clásica de pastelito. Repite con todos los cuadrados.
  5. Calenta abundante aceite en una sartén profunda o una olla. El aceite debe estar bien caliente, pero no humeante (unos 170-180°C). Fríe los pastelitos de a pocos, dándolos vuelta para que se doren parejo. Tardarán entre 3 y 4 minutos en estar listos. Una vez dorados, retírarlos con espumadera y colócalos sobre papel absorbente.
Aunque hoy existen variantes, el relleno más tradicional es el dulce de membrillo, un clásico de las abuelas. Fuente: Shutterstock


Si se deseas, espolvorea con azúcar glass una vez fríos, aunque también pueden comerse tal cual. Se recomienda acompañarlos con una buena infusión caliente, como mate o café.

Los pastelitos de membrillo son más que una simple preparación: representan una parte entrañable de la gastronomía casera, llena de recuerdos y sabores auténticos. Estos pastelitos no solo te permite saborear un dulce sabroso, sino que también conecta con lo cultural y emocional. Prepararlos en casa es una experiencia gratificante, ideal para compartir en familia y revivir la tradición de hacer dulces caseros con cariño. Vale la pena probarlos y convertirlos en un clásico de tu cocina. ¡Y a disfrutar!