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Netflix: una encantadora comedia sobre el divorcio

Los protagonistas se enfrentan a lo que callaron durante años. Y eso, a veces, duele más que la ruptura.
La Iglesia funciona como un personaje más. Foto: Netflix
La Iglesia funciona como un personaje más. Foto: Netflix

El matrimonio terminó hace más de dos décadas, pero el papeleo sigue pendiente. Así arranca "Divorciados", una comedia en Netflix que tiene toques de ironía, nostalgia y un enredo burocrático más improbable. Lo que parecía un simple trámite se convierte en un rompecabezas.

La historia sigue a una pareja que, tras años de separación, decide anular su matrimonio por la vía religiosa. El problema es que la Iglesia no cede tan fácilmente. Lo que debería durar unos días se extiende en entrevistas, formularios y argumentos que rozan lo absurdo.

Roza en lo absurdo.

En esa odisea legal, los personajes vuelven al pasado. Lo hacen con cierta renuencia, entre recuerdos confusos y emociones mal enterradas. No buscan reconciliarse, pero tampoco pueden evitar enfrentarse a lo que fueron y ya no son. La película logra algo curioso: reírse del divorcio sin banalizarlo. Las escenas más divertidas son aquellas en que la Iglesia intenta comprender por qué un amor terminó. Con diálogos cargados de ironía y situaciones insólitas, la risa surge casi por reflejo.

Netflix apostó por una comedia ágil. Sin pausas largas ni dramatismo exagerado. Todo se apoya en los diálogos punzantes y en la química entre los protagonistas, que transmiten incomodidad, ternura y cansancio en dosis exactas.

A diferencia de otras películas sobre rupturas, aquí no hay enemigos. Hay dos personas que se toleran con dificultad, pero que conocen bien los puntos débiles del otro. Esa familiaridad se convierte en fuente de humor, pero también de incomodidad.

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