Crumble de durazno y almendra: un postre casero que encanta

El crumble de durazno y almendra es un postre clásico y reconfortante, ideal para cualquier ocasión. Con una combinación de duraznos dulces y jugosos, cubiertos por una capa crujiente de almendras, avena y mantequilla, este platillo ofrece una experiencia de texturas y sabores que encantan a todos. Su sencillez y facilidad de preparación lo convierten en una opción perfecta para quienes desean disfrutar de un postre delicioso sin complicaciones.

El durazno, una fruta de temporada muy apreciada por su sabor suave y ligeramente ácido, se mezcla perfectamente con la cobertura crumble, que se hornea hasta adquirir una textura dorada y crujiente. La adición de almendras le aporta un toque de sabor y un crujido extra, mientras que el uso de avena en la cobertura crea una armonía perfecta entre suavidad y crocancia.

Este crumble no solo es delicioso, sino también versátil: puedes personalizarlo agregando otras frutas o especias según tu gusto. Ya sea para un almuerzo familiar, una merienda con amigos o una cena especial, el crumble de durazno y almendra es una opción perfecta para quienes buscan un postre fácil de hacer pero lleno de sabor y satisfacción. ¡Vamos a la receta!

Ingredientes

Para el relleno de durazno: 6 duraznos maduros, pelados, deshuesados y cortados en rodajas (puedes usar duraznos en almibar si no tienes frescos), 2 cucharadas de azúcar (puedes ajustar al gusto, dependiendo de la dulzura de los duraznos), 1 cucharadita de jugo de limón fresco, 1 cucharadita de esencia de vainilla, 1 cucharada de maicena (fécula de maíz) para espesar el jugo de los duraznos, 1/2 cucharadita de canela en polvo (opcional).

Para la cobertura crumble: 1 taza de harina de trigo (también puedes usar harina integral para una versión más rústica), 1/2 taza de azúcar moreno (puedes usar azúcar blanca si prefieres), 1/2 taza de almendras fileteadas (también puedes usar almendras picadas o molidas para una textura diferente), 1/2 taza de mantequilla fría, cortada en cubos pequeños, 1/2 taza de avena en hojuelas (opcional, para darle un toque extra de textura), 1/4 cucharadita de sal, 1/4 cucharadita de canela en polvo (opcional).

 

Procedimiento

Prepara el relleno

1. Comienza pelando y deshuesando los duraznos. Corta la pulpa en rodajas o trozos pequeños, según prefieras. Si estás usando duraznos en almíbar, asegúrate de escurrirlos bien antes de utilizarlos.
2. En un bol grande, coloca las rodajas de durazno. Agrega el azúcar, el jugo de limón, la esencia de vainilla, la fécula de maíz y la canela (si decides usarla). Mezcla bien para que los duraznos se impregnen con estos ingredientes y la fécula de maíz actúe como espesante al cocinarse.
3. Deja reposar la mezcla durante unos minutos mientras preparas la cobertura crumble. Esto permitirá que los sabores se integren y los duraznos liberen un poco de su jugo.

Prepara el crumble

1. En otro bol, combina la harina, el azúcar moreno, las almendras fileteadas (o picadas), la avena (si decides usarla), la canela y la sal. Remueve bien para distribuir todos los ingredientes secos.
2. Incorpora los cubos de mantequilla fría a la mezcla de ingredientes secos. Usando tus dedos o un mezclador de repostería, comienza a trabajar la mantequilla con los ingredientes secos hasta que la mezcla tenga una textura arenosa, con pequeños trozos de mantequilla visibles. Si no tienes un mezclador de repostería, también puedes usar un tenedor para esta tarea.
3. Para obtener una textura más crujiente, puedes enfriar la mezcla de crumble en el refrigerador durante unos 15-20 minutos antes de usarla. Esto ayudará a que el crumble se quede más firme al hornearse.

Monta y hornea

1. Precalienta el horno a 180°C (350°F). Engrasa ligeramente una fuente para hornear de tamaño mediano (aproximadamente 20x20 cm o 8x8 pulgadas).
2. Vierte la mezcla de duraznos en la fuente para hornear de manera uniforme.
3. Extiende la mezcla de crumble sobre los duraznos, asegurándote de cubrir toda la superficie. No es necesario presionar demasiado; solo distribúyelo de manera uniforme.
4. Lleva al horno precalentado y hornea durante unos 35-40 minutos, o hasta que la cobertura esté dorada y crujiente, y el relleno de durazno esté burbujeando por los bordes.

Deja enfriar un poco antes de servir. El crumble de durazno y almendra es delicioso tanto caliente como a temperatura ambiente. Si lo deseas, puedes acompañarlo con una bola de helado de vainilla o nata batida para darle un toque extra de sabor.

Este crumble de durazno y almendra es perfecto para saborear de un postre casero, fácil de hacer y lleno de sabor. ¡Y a disfrutar! Recuerda, si tienes dudas o quieres aportar sugerencias de recetas, nos puedes contactar a cocinemosjuntosmdz@gmail.com te contestaremos a la brevedad.