La determinante decisión de la reina Isabel II que involucra a Harry y el príncipe William

Tras el fallecimiento del duque Felipe de Edimburgo el pasado viernes 9 de abril se comenzó con la organización del funeral y los inconvenientes propios de las medidas de restricción por la actual pandemia que azota al mundo.  A la difícil decisión que tiene que tomar doña Isabel al resumir la lista de invitados a tan solo 30 personas, cuando en un evento de tal magnitud habrían concurrido más de 800 en otras circunstancias, se suma un nuevo inconveniente.

El dilema que enfrenta la reina Isabel II es protocolar ya que su nieto, el príncipe Harry, al no ser más un miembro activo de la familia real conlleva un acuerdo poco satisfactorio para él. El duque de Sussex dejaría de usar el título de Su Alteza Real con el que nació y, más relevante, perdería los honores militares que logró como royal en activo. Algo que, en teoría, le impediría plantarse en el funeral de su abuelo Felipe con uniforme militar, según estipula la Ley de Uniformes del Reino.

Enrique podría llevar sus medallas pero no el uniforme, algo que le haría destacar sí o sí frente a su hermano, el príncipe William. Este hecho podría generar que la atención del funeral se centre en el esposo de Meghan Markle, quién ya se confirmó que no dirá presente en dicho evento.

Ante este escenario la única que tiene la posibilidad de darle una solución a dicho problema es la reina Isabel.  "No será legal que ninguna persona que no sirva en las Fuerzas Militares de Su Majestad llevar el uniforme de ninguna de esas fuerzas sin el permiso de Su Majestad" reza la ley de 1984.

Esta no sería la primera vez que Isabel otorgaría ese permiso especial a su nieto predilecto ya que le otorgó dicho beneficio para su casamiento con Markle. En dicha ocasión el príncipe Harry apareció con el uniforme de los Royal & Blues, el regimiento con el que había servido en Irak y Afganistán como artillero de helicópteros de combate.