El extraño trastorno obsesivo de Megan Fox que dificulta su vida día a día
“El que mi boca toque lo que otro millón de bocas han tocado sabiendo todas las bacterias que puede tener, ¡aughhhh!”.
Megan Fox, actriz y modelo estadounidense, es conocida por ser una de las actrices más bellas de Hollywood debido a su encanto natural. La modelo logró mayor reconocimiento al interpretar a Mikaela Banes en “Transformers” en el año 2007, papel que le supuso varias nominaciones a premios. No obstante a pesar de su fama Megan es una persona como cualquier otra ya que también sufre de ciertas afecciones como lo es un trastorno obsesivo.
Es así que Megan Fox tiene una excesiva obsesión por la limpieza la cual la ha llevado a tener una vida un poco extraña ya que siempre carga consigo todo tipo de desinfectantes. El trastorno obsesivo de la actriz es con cocido como germofobia o misofobia , es decir, el miedo patológico a la suciedad, la contaminación y los gérmenes.
La germofobia está ligada al trastorno obsesivo-compulsivo, por el que se producen comportamientos específicos dirigidos a reducir la ansiedad asociada tal y como lo hace Megan Fox. Es así que quienes padecen de este trastorno tienden a lavarse las manos constantemente y a tocar objetos con cautela, en muchas ocasiones con guantes, sin que las condiciones sanitarias lo requieran.
El mayor temor de las personas con el trastorno obsesivo compulsivo de la limpieza se haya en las materias biológicas, en los olores corporales y en la suciedad visible. Por su parte Megan Fox confesó sufrir de dicho trastorno en una entrevista del año 2010 con la revista “Allure”, donde la modelo admitió que su trastorno solo se manifiesta con los asientos de los baños y con los cubiertos. Es así que ciertas actividades cotidianas como salir a comer a un restaurante son muy difíciles para la actriz.
Además de ello Megan Fox afirmó que para sobrellevar su trastorno obsesivo ha adoptado ciertas medidas como llevar consigo cubiertas desechables para los baños públicos. Sin embargo la situación de los cubiertos para comer es un problema que aún no resuelve ya que aseguró lo siguiente: “El que mi boca toque lo que otro millón de bocas han tocado sabiendo todas las bacterias que puede tener, ¡aughhhh!”. No obstante al parecer el haberse convertido en madre ayudó un poco a la actriz en esto debido a que en el año 2013 dijo a la revista “Marie Claire” que admitía ser una “Germofoba”, pero que el tener que lidiar con todo lo que implica cuidar a un bebé hace que se sienta: “80% mejor, lo cual está muy bien”.