Día cero en Río de Janeiro luego de la guerra policial contra el narcotráfico que está dejando más de 130 muertos
La ciudad amaneció con extraña "normalidad" mientras persisten los ecos de los enfrentamientos y la incertidumbre entre los habitantes.
El miedo sigue latente. Las operaciones policiales del martes marcaron un antes y un después en la historia reciente de Río de Janeiro.
XRío de Janeiro intenta recuperar su rutina cotidiana en medio de una atmósfera de incertidumbre, un día después del operativo policial más mortífero en la historia del estado de Brasil. La intervención, dirigida contra organizaciones del narcotráfico, dejó al menos 130 muertos y millones de residentes conmocionados.
Río de Janeiro comenzó el día cero
Según el Centro de Operaciones y Resiliencia de Río (COR-Rio), alrededor de las 6 la ciudad regresó a la fase 1 de evaluación de riesgo urbano, lo que indica condiciones normales en términos operativos. Sin embargo, en las calles el panorama es otro: avenidas despejadas, comercios aún cerrados y un silencio inusual que contrasta con el bullicio característico de la “Cidade Maravilhosa”.
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Volvió la normalidad, pero con temor
Todas las vías principales se encuentran abiertas al tránsito desde la madrugada. La última en reabrirse fue la autopista Grajaú-Jacarepaguá, en dirección a Jacarepaguá, a las 2.45. El sistema de metro funciona con normalidad en sus líneas 1, 2 y 4, al igual que los trenes de SuperVia, que confirmaron la prestación habitual del servicio. Aun así, las cámaras de vigilancia muestran un movimiento vehicular muy inferior al habitual, especialmente en zonas céntricas como la Avenida Brasil, la Linha Vermelha y la autopista Lagoa-Barra.
El miedo sigue latente. Las operaciones policiales del martes marcaron un antes y un después en la historia reciente de Río de Janeiro.
Los colectivos urbanos también operan con normalidad, aunque las autoridades recomiendan a los pasajeros verificar sus recorridos directamente con las empresas, ante posibles modificaciones de última hora. Las paradas de transporte público en la Zona Sur, como las de Rua Voluntários da Pátria y Praia de Botafogo, amanecieron casi desiertas, reflejo de la cautela con la que los cariocas enfrentan este día posterior al operativo.
El miedo sigue latente. Las operaciones policiales del martes marcaron un antes y un después en la historia reciente de Río de Janeiro, una ciudad que hoy amanece en calma aparente, pero con heridas aún abiertas.


