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Cómo es el centenario edificio de Londres que guarda 400.000 lingotes de oro, incluyendo numerosos que pertenecen a Venezuela y están en disputa con Reino Unido

La BBC pudo visitar el interior del Banco de Inglaterra, uno de los edificios más protegidos y seguros del país.

El resonante portazo resuena en las paredes de la imponente entrada con columnas del Banco de Inglaterra.

Por el suelo y las paredes se extienden imponentes mosaicos y esculturas que representan leones, montones de oro, rayos y antiguos dioses romanos.

"Cuando se construyó este edificio, fue diseñado como un banco en funcionamiento. Había gente entrando y saliendo todo el día", explicó Jenni Adam, curadora del Museo del Banco de Inglaterra.

"Y de inmediato se sintieron abrumados por esta sensación de grandeza, junto con un montón de mensajes sobre lo que está sucediendo en este sitio", dijo.

Hace cien años comenzaron las obras de construcción del actual edificio del banco, un lugar que comenzó como una casa unifamiliar en el siglo XVIII y se expandió durante los siglos.

Para conmemorar este centenario, se ha inaugurado una nueva exposición en el museo de la institución que revela más sobre lo que se puede encontrar dentro de uno de los edificios más seguros de Reino Unido.

Antes de su inauguración, la BBC tuvo la oportunidad de visitar el interior de la edificación en la que se toman algunas de las decisiones financieras clave del país y que alberga unas 400.000 barras de oro en las bóvedas de su sótano, entre ellas unas 31 toneladas que pertenecen a Venezuela y que desde hace años son centro de una disputa legal y diplomática entre Londres y Caracas.

Uno de los salones del Banco de Inglaterra con columnas y paredes verdes.
Monica A Walker Vadillo/Museo del Banco de Inglaterra
Los salones del banco central inglés están suntuosamente decorados.

Los orígenes

El banco recibió su primera Cédula Real en 1694, cuando se fundó "para uso y beneficio del público, con el fin de gestionar la deuda nacional y mantener la estabilidad financiera en Gran Bretaña", afirmó Adam.

Resultó ser un gran éxito y, para 1734, se trasladó a su ubicación actual en Threadneedle Street, la City londinense, el centro financiero del país.

Las instalaciones se hicieron más grandes y poco a poco ocuparon un terreno de 14.000 m² dentro de un muro sin ventanas.

Varios arquitectos de renombre trabajaron en el banco, incluyendo a John Soane en el siglo XIX, y su edificio fue considerado una de las joyas de la City, el corazón financiero de Londres.

Una foto aérea de la demolición del edificio del Banco de Inglaterra
Museo del Banco de Inglaterra
Para principios del siglo XX, el edificio del Banco de Inglaterra se había quedado pequeño y fue demolido para levantar uno nuevo.

Sin embargo, en las primeras décadas del siglo XX, la magnífica obra de Soane ya no estaba a la altura de su propósito.

"Para la Primera Guerra Mundial, el personal del banco había pasado de unos 1.200 empleados en 1914 a unos 4.000 en 1918, y era evidente que existía un verdadero problema de capacidad", explicó Adam.

"Estaba realizando una labor colosal gestionando una costosa deuda nacional, entre muchos aspectos diferentes, por lo que se decidió demolerlo y reconstruirlo", dijo.

A pesar de los esfuerzos por conservar gran parte de su carácter histórico, el proyecto, que duró 14 años, resultó controvertido, y un experto en arquitectura calificó la demolición como "el mayor crimen arquitectónico cometido en Londres en el siglo XX".

Una imagen compuesta en la cual se ve un mosaico de la era romana donde se ven dos leones junto a una columna y una figura de Mercurio
Museo del Banco de Inglaterra
Un mosaico de la era romana fue encontrado durante las labores de construcción del actual edificio, el cual está lleno de figuras de Mercurio, dios de las finanzas.

Una muestra de riqueza

A su finalización en 1939, el proyecto, dirigido por el arquitecto Herbert Baker, costó un total de 5 millones de libras (el equivalente a casi US$ 388 millones actuales), sin escatimar en gastos para la creación del banco central del país.

La evidencia de tal riqueza se puede apreciar en todo el complejo, que se eleva siete pisos de alto y tres sótanos.

En la planta baja, mosaicos del aclamado artista ruso Boris Anrep se extienden a lo largo de un laberinto de pasillos abovedados grises y negros, con figuras y esculturas que cubren los accesorios y el mobiliario.

Leones dorados, símbolo de seguridad, se extienden por todo el espacio, desde la iluminación especialmente diseñada hasta las barandillas de las escaleras, mientras que incluso las manijas de las puertas son recreaciones en miniatura de Mercurio, la deidad romana de la comunicación y las finanzas.

"Hay una auténtica mezcla de modernidad y antigüedad. Da la sensación de que, aunque este edificio es relativamente nuevo, ha estado aquí desde siempre", aseveró Adam.

"Hay un largo legado, una larga herencia. Puedes confiar en él, va a perdurar", apuntó.

Un salon con paredes tapizadas de rojo y en el que se ve seda y remates dorados en el techo.
Monica A Walker Vadillo/Museo del Banco de Inglaterra
Los salones del edificio están llenos de detalles dorados, los cuales recuerdan que sus bóvedas hay 400 mil lingotes del preciado metal.

Pasado, presente y futuro

También hay indicios de un legado aún más antiguo al pie de una larga escalera de caracol, donde se exhibe un mosaico romano descubierto en la década de 1930.

Con imponentes salones bancarios, inspirados en los del edificio de Soane, ocultos tras el pasillo, el eco ocasional de golpes y explosiones es el principal recordatorio del carácter operativo del edificio.

Esta actividad también continúa por otro tramo de escaleras, pero en una atmósfera muy diferente, casi regia.

Un espacio, la antesala del primer piso, está revestida de seda roja y dorada, con pinturas centenarias colgadas en las paredes y una chimenea elaboradamente decorativa junto a un enorme ventanal que va del suelo al techo.

Al frente, unas gruesas puertas dobles de madera conducen a una lujosa sala octogonal de color azul pálido, donde el retrato de un exgobernador resplandece sobre una reproducción de una sala creada en la década de 1780.

Vista de la llamada sala del comité, la cual tiene forma octogonal y una mesa redonda en el medio.
Monica A Walker Vadillo/Museo del Banco de Inglaterra
En esta sala octogonal, cada mes, los directores del Banco de Inglaterra deciden si las tasas de interés suben o bajan.

Sin los micrófonos colocados alrededor de una mesa curva y dos pantallas de televisión, pocos creería que en este lugar se celebran cada mes reuniones que afectan a millones de personas.

Aquí es donde, hasta el día de hoy, se reúne el comité de política monetaria del banco para tomar decisiones sobre las tasas de interés, como parte de su responsabilidad de controlar la inflación.

"Por eso es importante tener puertas dobles para garantizar que nadie escuche estas conversaciones tan importantes y sensibles al mercado", aseveró Adam.

La atmósfera de un gran edificio antiguo con toques de modernidad se extiende por toda la planta, con muchos de los elementos de piedra de las antiguas chimeneas y columnas, similares a las de un banco, reutilizados por Baker.

Una de las salas del Banco de Inglaterra, en la cual se ve un reloj en la pared.
BBC
Hasta 2027, el Banco de Inglaterra permitirá el acceso a los curiosos que deseen recorrer sus salas.

Tras otro juego de puertas dobles se accede a la sala del tribunal, donde un atril con la marca se yergue frente a una chimenea del siglo XVIII, bajo un elaborado techo verde y paredes revestidas de oro.

Siluetas de monarcas de todas las épocas del banco adornan la sala, mientras grifos dorados protegen montones de oro sobre las puertas.

Una veleta también oscila mecánicamente en una pared, recordando una época en la que el puerto de Londres estaba prácticamente a las puertas del banco y era un elemento clave de la economía de la ciudad.

"Hay mucho simbolismo del dinero y las finanzas por todo el espacio... y dorado hasta donde alcanza la vista", añadió Adam.

Vista del salón empleado por los directores del Banco para el almorzar, en el cual se ve una mesa redonda en el medio.
Monica A Walker Vadillo/Museo del Banco de Inglaterra
En el salón amarillo, los directores del Banco de Inglaterra siguen almorzando.

Máxima seguridad

La necesidad de una estricta seguridad hace que las visitas al edificio sean extremadamente escasas. Lo único que se ve del oro son los dos lingotes que se conservan en el museo, propiedad del propio banco.

Por eso, Adam dijo estar tan contenta de poder presentar una exposición para "descubrir la arquitectura" y dar a la gente una idea de lo que hay dentro de la edificación.

"Llevo 15 años trabajando en el banco y, al venir aquí a diario, se vuelve algo normal", reconoció.

"Sin embargo, de vez en cuando uno da una vuelta y piensa: 'Esto es espectacular', y hay muchísimas historias y detalles que compartir", remató.

La fallecida reina Isabel II visitó las bóvedas del Banco de Inglaterra en 2012.
AFP via Getty Images
Pocas personas tienen acceso a las superprotegidas bóvedas del banco, donde hay 400 mil lingotes de oro de todo el mundo.

El Banco de Inglaterra guarda en sus bóvedas subterráneas 400.000 lingotes de oro, lo cual equivale a 310 toneladas y convierte a la institución en la segunda que más metal preciado custodia en todo el mundo, siendo superada solo por la Reserva Federal de Nueva York (Estados Unidos), se lee en su sitio web.

La enorme cantidad de oro no solo pertenece a Reino Unido. Un quinto del oro de los gobiernos del mundo se encuentra en el recinto y la razón es simple: Londres es el centro mundial del comercio del metal precioso.

Hoy, unos 72 países tienen parte de sus lingotes en el tricentenario banco, aseguraron desde StoneX Bullion, una firma especializada en el comercio de este mineral. Y entre esos países está Venezuela.

Desde 2008, el país suramericano tiene unas 31 toneladas del mineral en las bóvedas del Banco de Inglaterra, las cuales, desde hace más de un lustro, son el centro de una disputa entre Caracas y Londres.

Desde 2020, el Banco Central de Venezuela (BCV) y el gobierno de Nicolás Maduro han intentado vender esos lingotes, bajo la excusa de adquirir alimentos y medicinas.

Sin embargo, las autoridades británicas han bloqueado estos intentos venezolanos bajo la excusa de las sanciones internacionales impuestas a Caracas y a las dudas sobre la legitimidad del gobierno de Maduro.

*con información adicional de Juan Francisco Alonso

Maduro junto a unos lingotes de oro
Carlos Becerra/Bloomberg via Getty Images
El gobierno de Maduro tiene cinco años intentando hacerse con las 31 toneladas de oro que el país tiene en el Banco de Inglaterra.
Raya gris
BBC

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FUENTE: BBC