Vito de Palma: "La cultura woke ha querido serruchar las raíces de occidente"
En la víspera del viaje del presidente de la Nación, Javier Milei, a Italia, MDZ conversó con una voz autorizada: Vito De Palma.
Más allá de ser un destacado periodista deportivo especializado en el Calcio, Vito de Palma es el presidente de Fratelli d’Italia -el partido de Giorgia Meloni- en Argentina.
¿Qué busca el presidente argentino con este viaje fugaz a Italia? ¿A qué se debe la evidente afinidad entre Javier Milei y Meloni? ¿Se conformará una Liga de Naciones Conservadoras? ¿La humanidad está en medio de una batalla espiritual? De todo esto, y mucho más, habla Vito de Palma a continuación.
- Vito, ¿cómo ves esta visita de Milei a Italia?
- Es la 5.ª vez que se ven en lo que va de 2024, lo cual no deja de ser algo llamativo. Es verdad que Giorgia Meloni en los dos años en los cuales ha sido Primer Ministro de Italia ha tenido una actividad internacional muy importante: se ha vuelto un personaje central también por las crisis que están atravesando otras figuras. Normalmente, el eje principal de la Unión Europea estaba representado por Alemania y Francia. Pero todos saben lo que está pasando en Francia con [Emmanuel] Macron: está totalmente deslegitimado por los votos. Alemania está pasando una crisis económica muy severa, tuvo que convocar a elecciones y seguramente habrá un cambio importante también allí.
A falta de un interlocutor, Giorgia Meloni se está volviendo muy central. Tuvo muchísima influencia en la formación de la nueva Comisión [Europea]. Por primera vez en la historia hay un vicepresidente ejecutivo italiano: Raffaele Fitto. Así que cosechó una serie de triunfos. Ella se lleva muy bien con [la presidente de la Comisión Europea] Ursula Von der Leyen. Logró que la Comisión Europea, aún la anterior, que era de tracción de izquierda, virara un poquito con la política de inmigración y ahora todos quieren copiar el modelo italiano. Ella tiene un plan muy importante con el tema del Mediterráneo. El Plan Mattei se dio en llamar. Enrico Mattei era un dirigente italiano, que fue asesinado con un atentado, que quería abrir el juego a los países productores de petróleo, no solo para que sacaran el petróleo, sino haciendo que ellos desarrollaran una industria extractiva propia para poder crecer. Ojalá ese plan hubiese prosperado en su momento porque no tendríamos ahora los desastres que tenemos en África. Pero Meloni lo vuelve a proponer justamente con su nombre, porque entiende que la única manera de darle una solución real al tema de la inmigración ilegal es mejorar la situación de los pueblos en su casa, hacer que no tengan esa pulsión de ir a buscar mejores horizontes en otro lado.
Entonces Meloni es una figura central en este momento. Pero no deja de llamar la atención que es la 5.ª vez que ya se encuentra con el presidente argentino Javier Milei. Evidentemente hay un feeling especial y yo voy un poco más allá: creo que más allá de las personalidades de los dos personajes, hay una idea de alianza estratégica entre Sudamérica y Europa en general. Pero en particular Italia y Argentina son países absolutamente complementarios en el sentido de que uno tiene lo que le falta al otro. En los dos sistemas hay una sobreposición que son el casi millón de italianos, de pasaportes italianos, de votantes italianos, que están acá. Entonces, ese conjunto, de casi 1 millón de personas, vota para el presidente argentino, pero también que vota para decidir sobre la política italiana. Pero te hablaba de complementariedad en el sentido de que, por ejemplo, en Sudamérica, en Argentina en especial, hay una enorme cantidad de espacio no contaminado de baja densidad poblacional, y todo tipo de recursos necesarios. Desde el punto de vista agrícola, mineral, hidrocarburos.
Es decir, está todo eso, pero hay poca capacidad de transformación. Italia, en cambio, es un país que no tiene fuerzas naturales. Tenemos una densidad poblacional tremenda, no hay grandes recursos que no sean los artísticos que produjimos a lo largo de la historia. Pero hay una enorme capacidad de transformación. Entonces sería como el matrimonio perfecto.
- ¿Pero por qué crees que se da esa complementariedad ahora? O sea, si bien existía antes, nunca se había dado de una manera tan estrecha. Por lo menos en esto que decimos de un presidente que lleva un año en ejercicio y se reúne por 5.ª vez con Meloni. ¿A qué atribuís esa sintonía?
Hay un panorama internacional que está virando, claramente. Nosotros venimos de un par de décadas en las cuales el globalismo quiso torcer el rumbo del mundo occidental y en esa política de cambio, la idea final era destruir los valores del mundo occidental; es decir, esas políticas al final terminaban siendo autolesionistas.
Doy un ejemplo que es clarísimo: los automotores. La Unión Europea votó una ley por la cual desde el 2035 no se podrán vender autos de combustión interna. Los autos de combustión interna, en toda Europa contribuyen en la contaminación global en un 0,3%, pero China contribuye en un 50% y para pasar a eléctrico hay que comprarle los autos a China. Entonces nosotros para bajar un 0,3% las emisiones de vida de los autos de combustión interna, estamos provocando que China quizás pase del 50% al 55%, es decir, es absolutamente autolesionista. Las crisis en Alemania, la huelga de Volkswagen, todos los problemas que se están viendo, Stellantis -que es un gran grupo italiano- está a punto de fundirse, está pidiendo ayuda; entonces es una política absolutamente antioccidental.
¿Y qué se está dando entre Milei y Meloni, que no son tan similares en cuanto a ideas políticas y sobre todo en cuanto a ideas económicas? Son escenarios totalmente diferentes. En Italia vos no podés emitir o dejar de emitir porque está el euro. Todas las medidas económicas siempre tienen que pasar bajo la lupa de la Comisión Europea. Son situaciones totalmente diferentes. En cambio, acá hay mucha más autonomía y Milei la está aprovechando a pleno.
Pero sí hay algo en común que es fundamental, que es la defensa de los valores occidentales; es decir, los dos trabajan en forma conservadora pero ¿conservadora de qué? Conservadora de los valores que han llevado a la civilización que hoy tenemos.
Se habla tanto de los “pecados” de Occidente, pero la realidad es que si ahora tenemos democracias, si ahora tenemos civilización, si ahora tenemos respeto por la vida, aún esos grupos pequeños que gritan tipo los LGTB tienen esa voz, tienen la posibilidad de gritar, tienen las conquistas que han podido conseguir, gracias al modelo de civilización occidental, que es un modelo tolerante, es un modelo cristiano, es un modelo de respeto, es un modelo de amor y de crecimiento.
Entonces Europa, Estados Unidos y todo Occidente han crecido y han tirado, porque después India, China no cambian el modelo, copian el modelo, pero lo hacen de manera autoritaria, con gobiernos autoritarios. Es una batalla, acá la llaman batalla cultural. Yo iría más allá, es una batalla universal e histórica, porque en toda la historia vienen luchando esas dos visiones.
- Dicen que es una batalla espiritual...
Es una batalla espiritual. La verdadera batalla es espiritual, es entre el espíritu y la materia.
Lo que se dicen progresistas en realidad quieren retrotraernos a un tipo de vida en el cual lo único importante son las necesidades materiales y por eso todo se arregla con diferentes modelos de distribución.
En cambio Fratelli d’Italia, yo puedo hablar porque soy el representante, pero creo que también cuando Milei habla de batalla cultural o cuando lo hace Donald Trump, o cuando lo hacía Jair Bolsonaro, también hay una visión espiritual de la vida.
Hay una idea de que los problemas económicos o prácticos, digamos, de la convivencia, no se pueden resolver sin atender primero cuáles son los valores que han llevado el mundo hacia dónde está.
A una planta le podés podar la rama que querés, la podés ir arreglando y vuelve a crecer, pero si le cortan las raíces, la planta se muere. Eso es lo que ha querido hacer la cultura woke: serruchar las raíces del mundo occidental. Y lo que está haciendo Milei, lo que está haciendo Meloni, y también sumaría a Elon Musk -desde su posición de empresario y próximamente también como político porque va a tener un cargo- es defender a muerte esa guerra.
- De hecho, Musk se juntó ahora en Notre Dame con Meloni y Trump.
Meloni tuvo una reunión con Trump y todos los diarios estadounidenses salieron con los elogios que Trump le dirigió a Giorgia Meloni y los diarios europeos diciendo que Meloni se perfila como la verdadera interlocutora de Trump. Entonces, esa idea de Milei de hacer una Liga Conservadora… “Eso es elemental Watson”, como diría Sherlock Holmes. Es decir, es lo primero que hay que hacer. Muchos de los problemas que estamos viviendo son debido a la izquierda. Nosotros, los italianos, tenemos una enorme responsabilidad, porque nosotros produjimos al señor Antonio Gramsci, que es el padre de la teoría. Ellos supieron trabajar juntos. El Foro de Sao Paulo es un ejemplo claro, con todos los desastres que ha traído. En cambio, el conservador es más tímido, es más prudente, ¡es conservador! Entonces es menos agresivo. Pero no debe ser así cuando vos tenés un enemigo que es tan fuerte, que hace un daño tan profundo y que va a minar la base misma de la civilización.
- Creo que Milei dijo recientemente que hay que ser “Gramsci de derecha”...
Exactamente. Hay que empezar a unirse, a protegerse. Fijate lo que está pasando con las elecciones en Rumania y Georgia. Ya lo vimos con Trump y Bolsonaro. Trump y Bolsonaro fueron estafados, porque esas elecciones fueron fraudulentas. Y cuando la gente, espontáneamente, sobre todo el caso de Brasilia, salió a la calle para protestar ante el fraude, esos fueron catalogados como “actos fascistas”. Hay mucha gente en Brasil que recibió hasta 17 años de cárcel de condena, casi sin juicio, con un poderío de la Corte Suprema. Trump casi no se pudo presentar por un impeachment.
- Me da pie para hacer un paréntesis: Hay 300 refugiados brasileños en estos momentos en Argentina que están pidiendo asilo justamente por estas persecuciones judiciales.
La excanciller Diana Mondino había empezado los trámites [de asilo]. Ahora, veo que un juez empezó los trámites de extradición de esa gente. Ojalá que no… porque esos son realmente perseguidos políticos. Pero fíjate, en Georgia gana la línea de derecha, entonces salen todos a la calle y vos lees los diarios occidentales, del lado del mainstream, que hacen un relato diciendo que ellos [los que ganaron] son “fascistas”, que quien ganó no tenía que ganar. Entonces, ¿qué democracia es así? Cuando gana la derecha no vale, la gente “vota mal”, es “tonta”; y cuando gana la izquierda hay que respetarla y no se puede ni salir a manifestarse. Es tan clara la doble vara y tan claro el relato dominante que hay que empezar a desarrollar… esto, que estamos acá hoy. Esto de los medios es fundamental.
Yo fui candidato a diputado en el 2022. ¿Cuál fue la más grande dificultad que encontré? No tenía acceso a los medios y si tenía acceso a los medios, Meloni era “neofascista” y “ultraderechista”. Fijate ahora si es “ultraderechista” una mujer que habla con todos, que trata de poner a todos de acuerdo, que se gasta tratando de encontrar la paz en Ucrania, la paz en Israel, que trata de darle un orden que sea realmente democrático a Europa. Pero nosotros tuvimos que enfrentarnos a la negación del acceso de manera total a los medios de comunicación argentinos. Por eso es fundamental que vayan surgiendo medios que también muestren que hay muchísima gente.
No se puede hacer solo con las redes sociales. Yo sé que el gobierno argentino, el presidente Milei, pudo ganar también quizá en gran parte gracias a las redes sociales. Pero no se puede dejar de tener los medios tradicionales. Los medios tradicionales son fundamentales y permiten un espacio de profundización mucho mayor que las redes sociales en donde ese ida y vuelta es casi violento: el meme, el chiste, la burla, el insulto. En cambio lo que se necesita es que la gente tenga también donde asimilar conceptos más elaborados.
- De hecho, también apuntan a veces a públicos distintos. Hay un público que no está en las redes o que consume más medios tradicionales y también hay que llegar ahí… Tocaste muchísimos temas de geopolítica, e incluso de la batalla espiritual, pero se nos termina el tiempo y te quería preguntar puntualmente sobre la visita de Milei a Italia, ¿en qué contexto se da y particularmente de qué se trata este encuentro que está organizado en Roma?
Atreyu es como el congreso del partido. En Italia los partidos suelen tener congresos nacionales, donde se discute la línea política del partido. En este caso, siendo gobierno también se discute. Es un gobierno de coalición, no hay que olvidarlo. Si bien los cuatro partidos que pertenecen a la coalición (Fratelli d’Italia, Forza Italia, la Liga y Noi Moderati) son muy cercanos ideológicamente, obviamente cada uno tiene -como se dice en Italia- “diferentes sensibilidades” con respecto a ciertos problemas. Entonces, más allá que Fratelli d’Italia tenga la amplia mayoría, siempre un gobierno de coalición necesita discusión, debate, acuerdos; que es la democracia, acordar. Atreyu es fundacional con respecto a Fratelli d‘Italia: siempre se hizo y todos los años se hace desde la existencia del partido. Es un espacio en el cual no solo hablan los de Fratelli d’Italia, no solo hablan los aliados de Fratelli d’Italia, sino que también hay invitados de otros partidos.
El lunes estuvo Fausto Bertinotti del Partido de la Refundación Comunista y fue realmente aplaudido porque es un intelectual muy inteligente, que sabe explicar su punto de vista, que se puede aceptar o no, pero lo importante es que te lo explique bien. En ese marco, que Milei pueda ir a llevar su discurso, que pueda ir a dar un ejemplo práctico de cómo no se puede realmente cambiar la economía si no hay una idea ética fuerte detrás de eso, eso es importantísimo, porque es un escenario que llega al mundo, es un escenario en el cual va a poder confrontar con muchos otros políticos importantes. Pero sobre todo algo que manifiesta [la presencia de Milei en Atreyu] es que más allá de esa coincidencia, de esa complementariedad de la cual yo te hablaba, hay un feeling personal entre ellos, eso es evidente. A esta altura del partido… Voy a cumplir 66 años, tengo casi exactamente la mitad de mi vida vivida en Italia y la mitad de mi vida vivida en Argentina, y así que no podía ser más ítalo argentino, tengo dos hijos nacidos en Italia y dos en Argentina. Solo me faltaría una esposa argentina, pero con una me sobra. [risas]
- Para terminar y agradeciéndote por tu tiempo, te hice esta pregunta hace un tiempo y ahora espero que la respuesta sea distinta: final del próximo Mundial, Argentina vs. Italia. ¿Por quién hinchas? ¿Argentina o Italia?
No, Italia. Yo nací en Italia. Tengo el corazón italiano. Después vine acá y me enamoré de Argentina. Pero en el fútbol… Hay una película famosa acá en la cual Francella dice “vos podés cambiar de idea política, podés cambiar de trabajo, podés cambiar de esposa, pero de equipo de fútbol no se cambia”.
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