¿Por qué los republicanos tienen un elefante y los demócratas un burro como emblemas?
Ambos símbolos fueron popularizados por Thomas Nast, el primer caricaturista político de Estados Unidos.
Este martes 5 de noviembre, mientras los estadounidenses votan, las imágenes de elefantes y burros decoran campañas, memes y hasta botones de apoyo. Estos símbolos, profundamente arraigados en la cultura visual del país, representan a los dos partidos más grandes y divisivos de Estados Unidos: el elefante para los republicanos y el burro para los demócratas. Pero ¿cómo nació esta icónica representación animal de la política estadounidense?
Ambos símbolos fueron popularizados por Thomas Nast, el primer gran caricaturista político de Estados Unidos, quien trabajó para Harper’s Weekly de 1862 a 1886. Nast, conocido por su sátira aguda, se dedicó a criticar con ferocidad a políticos y líderes corruptos.
Fue en 1874, en su caricatura “Third Term Panic” (Pánico del tercer mandato), que Nast utilizó por primera vez el elefante para representar al Partido Republicano. En ella, ilustró al elefante como una figura torpe y asustada, casi al borde de un precipicio, mientras un burro vestido con una piel de león (que simbolizaba al New York Herald, un periódico demócrata) asustaba a los otros animales.
Este elefante, etiquetado como “el voto republicano”, representaba el temor de los republicanos ante la posibilidad de que el presidente Ulysses Grant buscara un tercer mandato, algo ilegal.
Aunque Nast no fue el primero en asociar a los republicanos con un elefante –ya existía una frase de la Guerra Civil que decía “ver el elefante” como sinónimo de “luchar con valentía”–, su caricatura consolidó al elefante como el símbolo oficial del partido. Para Nast, el elefante representaba a un partido que, aunque grande y poderoso, a veces se tambaleaba en direcciones erróneas.
En cuanto al burro, la relación del Partido Demócrata con este animal se remonta a los tiempos de Andrew Jackson, quien fue apodado “jackass” (tonto) por sus oponentes. Lejos de ofenderse, Jackson adoptó el apodo y el símbolo, y así el burro comenzó a aparecer como representación de los demócratas.
En las caricaturas de Nast, el burro a menudo simbolizaba la terquedad y, en ocasiones, la obstinación del partido, mostrando a menudo al burro en situaciones precarias o cerca de la “caída económica”.
A través de estas caricaturas, Nast no solo personificó las características de cada partido, sino que reflejó sus propios puntos de vista sobre la política de su época.
Desde entonces, el elefante y el burro se convirtieron en íconos inconfundibles de la política estadounidense, representando no solo a los partidos en sí, sino también a las cualidades y defectos que Nast veía en ambos. A día de hoy, ambos partidos abrazan estos símbolos, que, aunque nacidos de una crítica satírica, se han transformado en emblemas visuales de su identidad política.