Un poco de humor

España fabricó trenes más anchos que los túneles (o viceversa, vaya usted a saber)

El Gobierno español fabricó a través de la empresa pública CAF trenes más anchos que los túneles, o túneles más estrechos que los trenes, y ahora no saben qué hacer: si cambiar los trenes, o devolver los túneles a sus constructores o encoger a los sufridos pasajeros.

Carlos Alvarez Teijeiro
Carlos Alvarez Teijeiro viernes, 10 de febrero de 2023 · 07:03 hs
España fabricó trenes más anchos que los túneles (o viceversa, vaya usted a saber)
Según la Policía Nacional, esta imagen fue robada del manual de instrucciones ‘Túneles: hágalos usted mismo’, lo que explicaría muchas cosas

El pasado jueves 2, El diario montañés lanzó la bomba de la que ahora todos hablan en la Península Ibérica.

La bomba: el Gobierno de España fabricó 31 trenes por medio de la empresa CAF sin tener en cuenta que algunos de los túneles que debían recorrer fueron construidos en el siglo XIX y son más estrechos que túneles recientes, lo que supone el desperdicio de 258 millones de euros y la creación de un problema que, según fuentes del Palacio de la Moncloa, “ya está resuelto” (sic), aunque extrañamente esa resolución tardará en verse "de dos a tres años", también según Moncloa, lo que dejará sin un anhelado medio de transporte a sus ya exfuturos usuarios de Cantabria y Asturias, al norte del país.

Pese a su muy disimulado ingenio, el presidente Pedro Sánchez ya ofreció una solución provisional.

Con la presentación esta semana del sesudo Informe clasificado "Que no caben, coño", elaborado por un sinnúmero de inexpertos, el Gobierno de Pedro Sánchez confirmó lo que muchos ya presentían a partir de largos e insistentes años de estudios primarios: que si A es más grande que B, pues eso, que ya se sabe.

Sin embargo, muy pocos habían reparado en lo que el informe señala con precisión, que lo grande puede serlo: “A. por lo alto y/o B. por lo ancho”, algo que al parecer no tuvieron en cuenta los por esas tierras así llamados ‘Ingenieros de caminos, canales y puertos’, amplio ámbito de competencias constructivas que, por desgracia, y al parecer, no incluye también a los túneles a pesar de los 6 años que insume la titulación universitaria en esta disciplina.

Una Comisión de expertos debatirá la próxima semana si se trata de una imagen paranormal inverosímil e inexplicable, como se presume.

De hecho, y con fines preventivos, la investigación presentada en el Informe recoge un capítulo multimedia desarrollado con Inteligencia Artificial e íntegramente dedicado a exponer al menos dos diferencias estadísticamente comprobables entre los túneles, los caminos, los canales, los puertos, los trenes y hasta las ovejas del paisaje, por las dudas, quedando los aeropuertos para mejor momento y estudios posteriores de mayor hondura.

Efectivamente, así fue, aunque resulte increíble: la compañía ferroviaria estatal del Reino de España, RENFE, fabricó para la Comunidad Autónoma de Cantabria y su servicio de cercanías unos modernos trenes que resultaron más anchos que los túneles que deben recorrer, lo que ya ha provocado innumerables renuncias (dos) y las tradicionales disputas entre el Gobierno y la oposición, culpándose de casi todo, algo para lo que no necesitan semejante excusa, como en todas partes del mundo.

Esas dos renuncias, además, fueron en realidad una jubilación y un cese ya previsto, según denunció ayer el diario madrileño ABC, y nada tuvieron que ver con lo sucedido, aunque se las quiso presentar como si así lo fuera.

Un Grupo de destacados científicos investiga si la fotografía corresponde a la entrada de un túnel o a su salida, pero no hay acuerdo por el momento.

Lo peor es que hace tres días apareció documentado en el diario El Mundo que el Gobierno de Pedro Sánchez estaba al tanto desde hace un año y medio de que esta situación terminaría por producirse. Y se produjo. Y nadie se inmutó. Ni perdió su cargo, salvo esos dos chivos expiatorios.

Cantabria, situada en el norte de la Península Ibérica, con Asturias al oeste y el País Vasco al este, y cuya capital es Santander, pasa ahora a integrar esa segunda división española de las comunidades autónomas que no poseen tren de alta velocidad, y si bien en este caso no se trataba exactamente de un tren de alta velocidad, sí de un tren muy avanzado que ya supuso una grandísima inversión cuya ausencia de resultados no perjudica sino a los propios cántabros más que a nadie, deseosos de ver modernizados sus vetustos FEVE, Ferrocarriles de Vía Estrecha, con una antigüedad promedio cercana a los 30 años.

Por si el ridículo fuera poco problema para el Gobierno, ahora la Unión Europea le reclama que se devuelvan los 150 millones de euros enviados para sufragar parte de esta obra, algo que muy probablemente no ocurra, ni afecte a las aspiraciones de Pedro Sánchez a la reelección. También aquí como en todas partes del mundo.

Afortunadamente, el informe “Que no caben, coño”, de 357 páginas, casi todas ellas escritas, debe decirse en honor a sus autores, culmina con un apartado que lleva por título “Recomendaciones para el futuro ferroviario del Reino de España”.

Allí, el texto detalla con dibujos coloreables la distinción entre túnel y cueva, arriba y abajo, derecha e izquierda, frío y caliente, delante y detrás, unidad métrica de medida y zapato y, sobre todo, alto y ancho, importantísimo en este asunto concreto de los túneles.

Imagen de archivo desclasificada de los inicios del proyecto.

La peliaguda diferenciación de “entrada” y “salida” referida a estas aberturas en la roca no fue objeto de ese trabajo, atendiendo a la dificultad que entraña, máxime habida cuenta de que cada una de esas aberturas pueden ser cualquiera de ellas, e incluso intercambiarse. Por este grave motivo, el Gobierno español convocó a una urgente reunión ministerial monográfica para el mes de diciembre.

Ahora bien, no todo está perdido, pues como sagazmente acaba de declarar el secretario de Estado de Infraestructuras, Xavier Flores, "a partir de ahora, mediremos los trenes".

Y olé.

 

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